Proyecto América / África – Zambia

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Este programa trata sobre el trabajo realizado por la organización Proyecto América en Zambia, África.


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EA590 – Entre Amigas –
Proyecto América. África-Zambia



Receta: Torta de Manzana


Entrevista con Julio Fernández

Sandra: Estamos con Julio Fernández, el es parte de Proyecto América. En esta oportunidad estuvieron por Zambia, África.

Julio: Así es, estuvimos ayudando en Zambia y fue una experiencia muy especial que pudimos vivir con todo el grupo. Cuando yo comencé a ir a la iglesia, era un adolescente y estuve en contacto con muchos misioneros. Allí había una frase que se escuchaba mucho, pero se decía en forma irónica y era que “No eras un verdadero misionero si no habías estado en África”. Pero en realidad todo el concepto que uno tiene referente a hacer misiones o viajar para hacer trabajos de servicios, tiene su punto culminante en un lugar como África. Solemos escuchar cosas feas o tristes de África, escuchamos del hambre, las guerras civiles, las enfermedades, por lo que mi mayor expectativa era saber con qué tipo de gente me iba a encontrar. Quería saber si eran diferentes, si eran consientes de lo que el mundo habla sobre el continente Africano. Me cuestionaba si la gente tenía razón sobre la pregunta de si ¿Dios se ha olvidado de África? Pero al llegar lo primero que pude ver, es que la gente en África es igual a todos. Nos encontramos con gente muy servicial, amable, atenta y muy cordiales. Que si bien tienen sus necesidades, son muy consientes de su valor. Y tienen arraigado muy fuerte muchos valores y que debemos aprender de ellos. El mundo se olvido de África, no Dios.
África es el basurero del mundo, pudimos ver que todas las culturas se han aprovechado de África, de su situación cultural. Porque no es que África no tenga recursos naturales, no tenga riquezas, sino que la situación cultural ha hecho que ellos mantengan muchas costumbres o métodos de sociabilización en que les han hecho quedarse un poco atrás.
Ellos viven en comunidades muy pequeñas, que se asemejan mucho a lo que son las aldeas o tribus indígenas de hace mucho años para nosotros. Pero que ellos las han mantenido a través del tiempo y eso ha hecho, por ejemplo, que tengan problemas de comunicación, pero no por el atraso tecnológico sino porque su manera de vivir es así. Esto también los ha llevado a que su gran problema es la falta de educación y eso ha provocado que otras culturas y países se aprovechen de ellos y los esclavicen.
Una de las cosas que yo vi, en Zambia, es que sin quererlo ellos todavía siguen siendo esclavos de su propia tierra. Porque la mayoría de las riquezas naturales y la producción del país está en manos de capital extranjero. Zambia es un país que podría ser rico y totalmente auto-sustentable. Porque tiene uno de los yacimientos de cobre más grandes del mundo. Si bien no es un lugar bueno para la agricultura y la ganadería, tiene otro montón de recursos como la minería o la explotación del subsuelo que podrían hacerlo un país fuerte. El problema está en la falta de educación en la mayoría de la población. Esto hace que casi todos sean trabajadores de otros por salarios muy, pero muy bajos. Después que conocen algo mejor, lo incorporan muy fácilmente y las respetan muchísimo. Esto lo pudimos ver en estos días que pudimos estar con ellos. Les llevamos un mensaje diferente con una actitud de servicio para enseñarles cosas que le pueden hacer tener una calidad de vida mejor. Se nos había dicho que no nos molestáramos en enseñarles a los Zambianos porque ellos no aprenden nada, no quieren trabajar. Pero nos asombro mucho poder ver los grandes cambios que pasaron en la aldea en que estuvimos en tan sólo cuestión de días.

Sandra: ¿Cuántos Uruguayos fueron?

Julio: Mas o menos unos 50.

Rocío: ¿Cómo fue el trabajo que realizado en Zambia?

Julio: Lo más impactante para mí del grupo, fue que en las condiciones en que estuvimos no fueron las mejores. Teníamos dos posibilidades, de quedarnos en una ciudad cercana, que era donde vivía el misionero que nos invitó o quedaron en la propia aldea en medio de la gente de allí. Pero para eso teníamos que renunciar a muchas necesidades básicas. Así que armamos un campamento improvisado con carpas. Improvisamos baños, duchas y una cocina campestre, y nos quedamos allí. Algo que quisiera destacar, es que no es fácil convivir 15 días en las condiciones en que estábamos, y trabajando desde las 7 de la mañana hasta las 18 h, con el calor que hace en Zambia. No solo la temperatura es alta, pasa los 40 grados, sino que no hay sombra. La vegetación del lugar es toda de arbustos y árboles muy pequeños y no hay lugar donde descansar, no hay sombra. Solo teníamos una carpa central que era donde podíamos comer y estar juntos y protegernos del sol.
Entre las 12 h y las 14 h era el momento que parábamos para almorzar y descansar, ya que al sol era imposible estar.

El lugar donde estaba a 1300 m sobre el nivel del mar, así que el calor y la presión era diferente y eso nos provocaba cierto desajuste físico.

La referencia que teníamos al llegar allí, era un misionero que vive en Zambia hace más de un año. Y tiene un proyecto de cambiar la realidad de la aldea Chishiko en la ciudad de Chongwe que es a unos 40 km de la capital, Zambia. Tiene un proyecto para que ellos prueben algo diferente, lo adopten y lo trasmitan a otras aldeas.
El punto medular del proyecto es la escuela, porque este misionero está convencido que el cambio comienza con la educación. Y después de estar allí, nosotros también estamos convencidos de ello. Tratando de que las cosas sencillas que pueden hacer cambiar a la comunidad, se debe comenzar enseñando en la primera infancia. Allí nos encontramos con una pequeña escuela improvisada, muy precaria.
Era una pieza de 2 metros por 2 metros, un techo de quincho que se llovía y piedritas como asientos. Allí había una maestra con muchas ganas de enseñar, con mucha voluntad, pero con poca preparación. Podemos decir que sabía apenas un poco más que los niños que allí concurrían. Pero manejaba muy bien los dos idiomas, (El inglés y el idioma de la aldea) y eso era muy importante.

Proyecto América tenía dos cosas importantes para hacer. Una era construir una escuela que pudiera albergar a más niños y en mejor condiciones. Y la otra era preparar mejor a las maestras que iban a trabajar con los niños. Así que algunas de las personas que llevamos en el grupo, eran maestras profesionales. Fue muy lindo ver a las maestras del grupo pasando horas junto a las maestras de allí, pasándole materiales, enseñándoles principios básicos de educación, entre otras cosas.
Gracias Dios les pudimos llevar útiles escolares y mucho material de educación.

En cuanto a la construcción de la escuela, Dios nos permitió hacer en 10 días, un lugar muy lindo. Con muy buena cimentación, con aislación térmica para que el calor no les afecte tanto y al mismo tiempo dure muchos años. Creemos que ese lugar va a ser el centro del cambio. También fue muy lindo poder llevar el evangelio.
Creemos que un punto de partida importante para alcanzar un logro de realidad, se puede comenzando con una educación más organizada y más estable.

El pueblo no cuenta con un medio de sustentación, cada uno vive con lo que puede. Algunos consigue un trabajo eventual, otros tienen una pequeña huerta muy precaria. Así que otra de las cosas importantes para lo que fuimos, era tratar de buscar algo para que el pueblo se sustentara y pudiera ayudar a otros y así poder crecer. Entonces comenzamos la construcción de un gallinero, un criadero de pollos. Allí es un negocio muy rentable. Porque la única carne que se puede conseguir, es la carne de pollo. Las personas que tiene una vaca no la sacrifican, ya que la ven como los ahorros para la vejes. Además es un negocio muy fácil que ellos pueden hacer y con muy poca inversión. Así que le ayudamos a construir un mega gallinero, donde pueden criar 3.000 pollos. Y donde eso les va a proveer de métodos para seguir creciendo. También construimos una huerta comunitaria, bastante grande también. En donde se plantaron miles y miles de semillas. Además de la construcción de cuatro posos de agua. Porque una de las condiciones que nos encontramos es que no hay agua. Era una procuración grande para nosotros, ya que sin agua no iba a poder crecer nada en la huerta. Pero el problema en realidad es que no hay certeza de cómo encontrar el agua, y no que no haya agua. Así que pudimos descubrir que haciendo pozos de un poco más de tres metros llegábamos al agua. Así que construimos varias para que no dependan solo de una, en los días que estuvimos allí, nunca nos falto agua para regar la huerta. Por lo tanto si ellos cuidan la huerta y la renuevan, todas las personas de la aldea podrán tener vegetales para el sustento diario.

Sandra: ¿Alguna anécdota o experiencia que te haya impactado?

Julio: África marca un antes y un después en la vida de todos los integrantes de Proyecto América que pudimos estar allí.
Yo me cuestionaba ¿Como vivir después de esa experiencia? Después de ver esa realidad, donde llegar a los 35 años es una hazaña. África es un continente muy necesitado. La pobreza es real, hay gente que muere de hambre o come una vez a la semana. Las enfermedades están muy diseminadas, enfermedades que son fácilmente curables. Es muy difícil acceder a los sistemas comunes de salud, y eso hace que la gente sufra. Y no debería ser así. Por lo que cualquiera que ha estado en África, tiene que volver pensando en que se puede hacer. Preguntándose ¿Qué debe hacer el cristiano?, ¿Qué debe hacer la iglesia? Cuando estoy con mis hijos me es inevitable pensar en la cantidad de niños huérfanos que vimos en África. Huérfanos porque sus padres murieron por enfermedades que en nuestro país son totalmente curables y allí mata a miles. Creo que la actitud correcta es pensar que se puede hacer desde el lugar en donde uno está, y no sentarse a llorar por ellos. Nosotros hablamos de esta aldea, porque es a donde Dios nos envío. Pero hay miles y millones de lugares que tienen necesidades.
El desarrollo del proyecto de esta organización que está en África, necesita gente que la apoye. Así que si estas pensando un lugar donde puede servir de una buena manera, piense en Zambia. Lo que principalmente se necesita es constructores, así que pueden ponerse en contacto con Proyecto América.

Rocío: ¿Se piensa volver?

Julio: La organización es muy difícil que vuelva. Porque tenemos una misión muy clara, que es llegar a muchos lugares. Y tenemos un montón de desafíos por delante. Pero en todos los lugares donde hemos ido a quedado gente. Dios ha llamado a personas de la organización a quedarse sirviéndoles y continuar el trabajo. Y creemos que esta vez no va hacer la excepción y Dios va a enviar gente a ayudar allí.

Sandra: Se han quedado en muchos lugares, por ejemplo: En Pisco, Perú se quedo un grupo trabajando en un merendero. En Nicaragua, en el Hospital de niños con cáncer. En Haití, fue un Ingeniero Agrónomo. En Brasil, fue un matrimonio mayor, que tienen cerca de 70 años y están trabajando en Valle de la Miseria.

Así que hay mucho trabajo por delante, y, nuevamente, si alguno desea saber más puede comunicarse con Proyecto América.

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