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No regatee con Dios

   (1ª parte)

Autor: William MacDonald

La palabra discípulo ha sido por demás utilizada, y cada usuario le hadado el significado de su conveniencia. El autor de este mensaje nos lleva aexaminar la descripción de discipulado que presentó Jesús en sus enseñanzas, lacual se halla también en los escritos de los apóstoles, para que aprendamos ydescubramos más acerca de este concepto.


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PE1814 – Estudio Bíblico
No regatee con Dios (1ª parte)



¿Cómo están amigos? Seguimos estudiando elManual del Discípulo de William MacDonald. En este caso el tema es: “No regateecon Dios”, y está basado en el pasaje de Mateo 20:1 al 16. Es entendible quealguien que lea esta parábola por primera vez piense que hubo un graveincidente de injusticia. Muchos se preguntarán cómo es que algo aparentementeinjusto puede estar siquiera en la Biblia. Revisemos la historia para entenderpor qué.El dueño de una viña necesitaba algunosobreros, así que fue a la plaza del pueblo, temprano en la mañana (digamos alas 6 AM), y encontró a algunos hombres que negociaron para trabajar con él esedía por un denario. Ése era el salario común en aquel entonces.

A las 9 AM contrató algunos hombres más,con el entendido que les pagaría lo que fuera justo. Nuevamente, alrededor delas 3 de la tarde, envió más hombres a la viña prometiendo hacer lo que erajusto con ellos. Luego, fue a las 5 PM y encontró a otros desempleados y lespreguntó por qué habían estado sin trabajar todo el día. Ellos le aseguraronque no era por pereza. Querían trabajar, pero nadie los había contratado. Asíque los envió a la viña, nuevamente prometiéndoles pagarles lo que era justo.

A las 6 PM le pidió a su administrador quele pagara a los hombres, y le diera a cada uno el salario total del día. Se lesdebía pagar en orden inverso, es decir, a los que fueron contratados en últimolugar se le pagó primero, y a aquellos que fueron contratados primero se lespagó en último lugar.

Esto significa que los contratados a las 6AM vieron que los contratados a las 5 PM obtuvieron la misma paga que ellos, ysu reacción fue predecible. Dijeron: “un momento, no es justo, trabajamos docehoras al calor del sol, y estos hombres que tan sólo trabajaron una horareciben la misma paga que nosotros. ¿Qué tipo de negocio es éste?”

Francamente no parece justo, ¿verdad? ¿Cuáles entonces la explicación? Lo veremos después de la pausa.

En primer lugar, debemos ver que esta parábolaes una continuación de lo que está escrito en el capítulo anterior. Note que elversículo 1 comienza diciendo:“Porque el reino de los cielos es semejantea un hombre…”El“Porque”es una conjunción, queestablece un puente entre los dos capítulos. En realidad, la parábola es unaexplicación del último versículo del capítulo 19:“Pero muchosprimeros serán postreros, y postreros, primeros”.Fíjese que laparábola termina, en el versículo 16, con palabras similares ésas:“Así,los primeros serán postreros, y los postreros primeros”.

Volvamos ahora al capítulo 19, versículo16, en el cual Jesús encontró a un hombre rico que quería hacer algo paraobtener la vida eterna. Jesucristo lo probó en dos aspectos. En primer lugar,le dio la oportunidad de reconocerlo a Él, no sólo como un buen maestro, sinocomo Dios.

En segundo lugar, usó la ley en un intentode producir convicción de pecado: El hombre fracasó en ambas pruebas y se fuetriste. No estuvo dispuesto a abandonarlo todo para seguir a Jesús.

Con ese trasfondo en mente,Pedro lerecordó al Señor que él y los otros discípulos habían hecho lo que el hombrerico no hizo. Ellos, literalmente, habían abandonado todo para seguirlo a Él.Luego, Pedro le realizó aquella pregunta crucial: “¿Qué, pues, tendremos?”

El Señor le aseguró una gran recompensa enesta vida y en la siguiente, pero luego agregó: “Pero cuídate de andarregateando Pedro. Si regateas con Dios, obtendrás lo que anhelas, pero puedesterminar siendo el último cuando se entreguen las recompensas. Cuando sirvas,no preguntes: ¿Qué hay en eso para mí? Deja eso conmigo. Te trataré en formajusta”.

El Señor añadió la parábola de los obrerospara ilustrar lo acababa de decir. Los hombres contratados en primer lugar habíannegociado con el dueño de la viña. Recibieron exactamente lo que habían acordado,y fueron los últimos en recibir la paga. Todos los demás fueron a trabajar sinhaber negociado con detalle anteriormente, dependiendo, por lo tanto, de que eldueño los tratara justamente. Fue así que obtuvieron más de lo que merecían.

Cuando los primeros se quejaron que habíanrecibido un salario bajo, el dueño les dio una lección sobre la diferenciaentre la justicia y la gracia. Ellos habían estado de acuerdo en trabajar porun denario y recibieron exactamente lo que habían negociado. ¡Eso es justicia!Los otros habían confiado en el dueño para que hiciera lo que era justo yrecibieron más de lo que merecían. ¡Eso es gracia!

La gracia es mejor que la justicia.Tantoen la salvación como en el servicio. En la salvación, si recibiéramos un tratojusto todos pereceríamos eternamente. Como dijo Mark Twain: “Si el cielo seobtuviera por méritos, tu perro entraría en él y tú te quedarías afuera”. En elservicio al Señor, si recibiéramos lo que es justo lo perderíamos todo, debidoa que nosotros somos siervos que no damos buen rédito.

Cuando confiamos en el Señor en esas áreas,descubrimos que Él nos da mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.

Escomo aquella niña cuyo padre la llevó a su país de las maravillas, es decir, ala tienda de dulces. Allí vio una gran caramelera, y le preguntó a su padre sipodía comprarle algunos de esos caramelos.

“Claro”, le respondió, “mete tu mano y sacacuantos puedas”.“No papi, tú mete la mano y saca cuantospuedas”.“¿Por qué quieres que haga eso?”“Porque tu mano es más grande que la mía”.

De eso se trata. La mano de Dios, es másgrande que la nuestra.

 

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