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Titulo: “Misterios revelados” 2/3
  

Autor: MarcelMalgo 
Nº: PE1159

La clave para que Dios pueda revelarle sus misterios a una persona, consiste en estar llenos del Espíritu de Dios, y un creyente de ese tipo ora concretamente por una revelación de lo escondido.-


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«Misterios revelados» 2/3

Hola querido amigo! ¿Qué le parece si antes de comenzar repasamos algunos puntos del pasado programa?

Si usted mal no recordará, estuvimos viendo que los misterios divinos normalmente están ocultos de nuestro entendimiento. Pero cuando se está en la voluntad de Dios, los mismos son revelados por Él, por el mismo Señor.

No todos los misterios divinos son revelados. Existen aquellos que permanecen ocultos.-

Estuvimos viendo que Jesucristo mismo, es por lejos el misterio más grande; y el Espíritu Santo de Dios trabaja con ahínco para revelarlo y descubrirlo cada vez más en nosotros. El Espíritu de Dios desea que nosotros conozcamos cada vez más a nuestro Salvador, que captemos cada vez más quién es Él y qué es Él. Jesucristo siempre continuará siendo un misterio, porque en definitiva no podemos captar la grandeza de Su gloria. Eso terminará cuando lo veamos tal como Él es.

Vimos que el oro misterio es nada menos quenuestro inminente arrebatamiento al reino celestial de nuestro Salvador Jesucristo. Pablo lo describe así:«He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados»(1 Co. 15:51-52).

Compartí con usted de que estoy convencido de que el Espíritu Santo, justamente en los tiempos actuales, quiere introducirnos cada vez más profundamente también en este misterio. Porque todas las señales indican que no falta mucho para que ocurra el arrebatamiento. Hoy en día vivimos en el tiempo del cual está escrito:«Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará».

Ahora bien, Miremos todavía un poco más atrás en la historia: Cuando José interpretó los sueños del Faraón de Egipto y lo aconsejó de cómo debía proceder en los años venideros, éste sólo pudo decir:«¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?». De ese modo, el gran soberano Faraón testificó que en José moraba el Espíritu de Dios. Ésa fue su explicación de porqué este joven israelita podía interpretar el misterio de sus sueños. Daniel, un hombre lleno del Espíritu, fue quien compareció aquella vez delante del rey Nabucodonosor para declararle su sueño y para explicarle lo que significaba. Los sabios de Babilonia no podían revelar el misterio del sueño, pero Daniel le dijo al soberano de aquellos tiempos:«… hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios»(Dn. 2:28).

La clave para que Dios pueda revelarle sus misterios a una persona, consiste en estar llenos del Espíritu de Dios, y un creyente de ese tipo ora concretamente por una revelación de lo escondido. Así también sucedió con Daniel, quien se fue a su casa, y comunicó el asunto a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías,«para que pidiesen misericordia del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia».

Dios quita el velo de las cosas escondidas, cuando las personas llenas del Espíritu que oran, se lo piden encarecidamente. Con eso yo no digo que siempre que nosotros le pedimos al Señor, Él nos revele las cosas escondidas. Si bien Dios nos escucha siempre que clamamos a Él, es totalmente soberano en cuanto a contestar nuestras oraciones. Pero esa no debe ser nuestra preocupación, sino el querer hacer lo que está escrito en la carta a los colosenses:«Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias». Porque en principio, la oración, justamente nos es dada por Dios para recibir luz en las cosas escondidas. Eso es una verdad bíblica.

¿Y cómo está eso en nuestro caso? ¿Será que el Espíritu de Dios realmente tiene lugar en nosotros? ¿Leemos la Biblia y oramos? Si entristecemos al Espíritu Santo en nosotros, por más que estemos leyendo la Biblia, todo en ella estará como trancado. Por eso se nos advierte:«No apaguéis al Espíritu …»(1 Ts. 5:19) y:«… no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención»(Ef. 4:30). ¿Cuándo entristecemos o apagamos al Espíritu Santo?

Tiene usted la respuesta estimado amigo?

¿Cuándo entristecemos o apagamos al Espíritu Santo?

Cuando en nuestra vida existen culpas y pecados no perdonados. Y si bien un Espíritu Santo entristecido o apagado no nos abandonará por completo, por nuestra propia culpa ya no podrá trabajar en nosotros como a Él le gustaría hacerlo. Su obrar se verá limitado. Y eso también significa que el Señor ya no podrá revelarle Sus misterios más importantes, ni levantar el velo de las cosas escondidas. Porque Dios, el Señor, saca a luz los misterios a través de Su Palabra, por medio del Espíritu Santo, como lo dijo el Señor Jesús:«… el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñarátodaslas cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho»(Jn. 14:26), y:«Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará atodala verdad … os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará …»(Jn. 16:13-14). Sí, el Espíritu de Dios nos quiere revelar, abrir y aclarar, los misterios de la Palabra. Pero, ¿cómo es posible que lo haga, si el Espíritu Santo en nosotros está bloqueado por los pecados no perdonados; cuando allí hay impurezas que son obstáculos para que Él levante el velo de sobre los misterios más grandes de Dios?

Daniel y José eran creyentes llenos del Espíritu, y solamente a ese tipo de personas le son revelados los misterios de Dios. Aun el Faraón tuvo que decir con respecto a José:«¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?»

Muchas veces Dios no nos puede revelar Sus misterios, porque somos personas que oran y que leen la Biblia. Porque solamente si leemos Su Palabra con oración, nos será revelado lo escondido que contiene Su Palabra. ¿Qué hizo Daniel cuando se encontró frente al misterio, imposible de solucionar, del sueño del Rey Nabucodonosor? Él animó a sus amigos a que juntamente con él oraran a Dios«sobre este misterio. … Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche.»No solamente el mundo, sino también algunos cristianos hablan de la Biblia como de un libro con siete sellos, y eso solamente porque ellos no leen sus Biblias con oración. También el Rey David comprendió muy claramente que él sólo podría comprender los milagros, o sea los misterios de Dios, si luchaba en oración por ello. Por eso, él oró:«Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley»(Sal. 119:18).

Comience también usted, si es que no lo ha hecho ya, a leer su Biblia con un corazón dedicado a la oración: Ore regularmente antes, durante, y después de la lectura. Si lo hace, se asombrará de cómo repentinamente los «pasajes oscuros» llegarán a ser claros para usted, cómo textos que no podía comprender, ahora sí los comprenderá, y cómo los antiguos «tiempos sedientos» se convertirán en un oasis de descanso. Conviértase en un cristiano que ora y que está lleno del Espíritu, a quien el Señor pueda abrir el corazón, con quien pueda compartir Sus pensamientos, y a quien pueda revelar Sus misterios.

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