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Mi Corazón, un Hogar de Cristo

(2ª parte)

Rosa Marachlián continúa describiendo la casa del corazón. Y dice: Si entregamos la llave de nuestro corazón y permitimos que Dios sea El SEÑOR, una PAZ inexplicable. No se pierda este interesante programa.


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EA406 – Entre Amigas
Mi Corazón, un Hogar de Cristo (2ª parte)



Receta: Fettuccini con Salsa de Cerdo


Entrevista con Rosa Marachlián

Sandra: Bueno y ha llegado el tiempo de nuestra entrevista en el día de hoy, y para eso usted, no sé si se acuerda pero en el programa pasado, nosotras habíamos quedado con el compromiso de invitar nuevamente a Rosa Marachlián quien nos estaba contando acerca de nuestro corazón como un hogar para Cristo es lindo pensar en nuestro corazón como un hogar para nuestro señor Jesucristo. Esto pueden hacerlo solo aquellas personas que le inviten a morar en él en su corazón, que le inviten como salvador, que le inviten a entrar en el corazón, así que a Rosa que estuvo en el programa pasado estuvimos repasando de que una vez que Jesús entra en nuestro corazón, en diferentes habitaciones que le invitamos a recorrer y que sea dueño de esos lugares. Como por ejemplo la Biblioteca que como por ejemplo que hacía recordar a nuestra mente… a nuestros recuerdos, de qué alimentamos nuestra mente, también le hicimos pasar al comedor, el lugar que representa el deseo y los apetitos íntimos, y luego le hicimos pasar a la sala, un lugar de encuentro con el Señor Jesús, un lugar para charlar de él, para hablar con él, para plantearle nuestras cosas, y finalmente le habíamos invitado a pasar al taller. Ese es el lugar en donde tuvimos la oportunidad de poder ejercitar nuestros dones pero dándole a él, como maestro principal, la autoridad para que nos enseñe. Asi que bueno, por ahí nos quedamos con ganas de recorrer, más Rosa. Y en el lugar que estamos analizando existe, Rosa un cuarto de recreo. ¿Qué representa eso en nuestra vida Cristiana?

Rosa: Bueno, podemos afirmar, que la vida no solo se limita a la atención de la familia, ni al estudio, ni al trabajo de todos los días, en nuestras relaciones humanas, fomentamos actividades y programamos recreaciones que compartimos con los demás. Este aspecto de la vida está representado por el cuarto de recreo. Si invitamos a Cristo a nuestro hogar, es obvio que le hagamos participante de nuestra creaciones y diversiones. O le parece que no?

Sandra: Yo creo que sí…

Rosa: Claro, Dios nos creó para disfrutar de la vida, no? Y las alegrías generadas como resultado de nuestro tiempo, de recreación acompañadas por el Señor, son mucho más efectivas y duraderas. Ahora pregunto… todas nuestras diversiones, y relaciones, las compartimos con el Señor? Usted, las comparte con el Señor? Que clase de diversiones ofrece el mundo en el cual vivimos? A ver… la variedad de entretenimientos y de espacios de diversión es muy amplio. Hay paseos, excursiones, salas de juegos, programas de entretenimientos de la televisión, teatros, cines, fiestas, y muchas más ofertas de recreaciones que bombardean al cristiano y a la Cristiana en todo momento, y que también facilitan determinadas amistades. Lo que conservamos en nuestra Biblioteca, que representaba la Biblioteca?

Sandra: Era la mente…

Rosa: Muy bien, mas lo que disfrutamos en la sala de nuestra intimidad con el Señor… dará la pauta de lo que es compatible con la presencia de nuestro gran amigo Jesucristo, en las diversiones que programemos y en las amistades que tengamos. El cuarto de recreo de la mujer Cristiana, puede ser un lugar en donde imparta una vida de verdadero Gozo. Gozo más que alegría. De satisfacción plena. Que hará resonar de alegría la casa. Y esa alegría sana contagiará a los demás de tal manera, que lejos de dejar sabor amargo, como lo suelen dar las alegrías mundanas, le transforma la vida en amena y en atractiva para los demás. Por eso, la Biblia dice: que es algo que tenemos que tener muy en cuenta. Subráyelo en su Biblia Oyente, dice en 1ª Corintios 10 versículo 31: en todo caso, escribe el gran San Pablo, lo mismo si comen que si beben, lo que que sea en cualquier cosa, háganlo todo para la Gloria de Dios, yo quisiera reiterar esto porque es uno de los principios que rigen nuestra vida Cristiana, una vida Cristiana en paz y feliz, en todo caso, lo mismo si come, que si bebe o que si hace alguna otra cosa háganlo todo para la Gloria de Dios. Reitero 1ª Corintios 10, versículo 31.

Sandra: Así que a subrayar este versículo y a ponerlo en práctica no? Qué lindo que Dios pueda estar feliz y que su nombre sea Glorificado y sea exaltado, en todo lo que hagamos no? Que todo lo que hagamos sea un reflejo de él.

Rosa: como no…

Sandra: Muy bien vamos a ir a la música Rosa, a eso te invito hoy, para poder seguir recorriendo, yo no sé si quedan habitaciones en esta casa, quedan?

Rosa: Ah, todavía nos quedan!

Sandra: Nos quedan?…(…)  entonces estamos recorriendo todas las habitaciones de este hogar. Este hogar del cual estamos hablando tiene una alacena. Qué es lo que se guarda en ese lugar bajo llave Rosa?

Rosa: Bueno, no es tan común escuchar esto, pertenece más bien a las viviendas antiguas, pero si, en el hogar en donde se le invitó al Señor a compartir tiene una alacena. O sea, que es un armario empotrado, en uno de sus pasillos, que conducen a los dormitorios de la casa que están en planta alta. En ese lugar, cada una de nosotras, aún después de convertirnos, guardamos o podemos guardar secretos del pasado, que por nada quisiéramos que el Señor tomase en cuenta y menos, el control de su contenido. Al no ser ventilado, en la presencia del Señor, muy pronto exhalan que puede saltar malos olores para nuestro huésped en especial Jesucristo, quien es santo y puro. Y qué cosas putrefactas para el Señor pueden estar ocultas en la alacena de tu corazón, a ver… bueno, pueden ser determinados ídolos, cosas o personas que nos han atrapado, y no las podemos dejar todavía, vicios, resentimientos, falta de perdón a determinadas personas, y aún a instituciones y cuentas pendientes no canceladas, etc, etc. Todas estas cosas y otras por el estilo, son secretos que no quisiéramos que Cristo tomase el control, de ellas, aún estando en nuestro corazón. Y bueno, decirle Señor. Qué significa Señor?…

Sandra: Significa que él es el dueño de nuestra vida, decirle, señor…

Rosa: O es el Señor de toda mi vida, es amo y dueño de lo que soy y de lo que tengo, o solamente el salvador de mi alma. Tenemos que tomar la decisión. Ahora, qué escogería, usted, que está escuchando este programa… piense, este es el momento de decirle Señor… te entrego la llave de la alacena por favor, quita todo lo malo que hay allí. Límpialo, con la sangre que derramaste en la Cruz del Calvario por mí. Perdóname por seguir guardando las por tanto tiempo, conciente de que no son compatibles con tu santidad. Lo hará? Qué bueno sería.

Sandra: Seguramente las amigas que están escuchando, si tomaran esta decisión se sentirían mucho mejor, liberadas de ese olor que se libera, de la alacena…

Rosa: De ese peso…

Sandra: Y, seguramente de la mano del Señor estarán las cosas perdonadas, bien, va a dar un renuevo, a la vida, asi que dejamos esta invitación que cada una pueda hacerlo. Nuestro deseo es que todas podamos tomar este desafío, o algunas, quizá, tomar esa decisión, de hablar con el Señor, quizá otras no, bueno pero capaz que conozcan personas que necesitan de su consejo, o de contarles, bueno escuché un programa Radial que hablaba de esto, mira me acordé de ti, por tal o cual situación por ese rencor que guardas en tu corazón o por tal o cual cosa. Ojalá todo esto sea para el bien de su vida y hoy hablabas Rosa, acerca del Señor, si es solamente Dios nuestro Salvador o si también le damos o si también le damos el señorío, que él sea el Dueño de nosotros. Ahora, cuál es esa forma, cuál es la forma en la que Cristo puede tomar se control total en nuestra vida?

Rosa:  Bueno, el autor que imaginó su corazón como un hogar de Cristo y que lo invitó a quedarse en él. Termina su historia así: y quiero leerlo tal cual está porque a mí me ha conmovido muchísimo y me ha hecho muy bien y a tanta gente que ha tenido la oportunidad de conocer esta presentación. Y dice así: entonces me vino un pensamiento, y me dije: he tratado de mantener mi corazón limpio para Cristo. Comienzo con una habitación y a penas la he limpiado, otra está sucia. Comienzo con esa y la primera ya se llenó de polvo otra vez. Ya estoy cansado, y nosotras diríamos cansadas… y aburrido, de tratar de mantener un corazón limpio y una vida obediente. No tengo fuerzas para hacerlo. Y agrega por eso, me aventuré a preguntarle, señor hay alguna posibilidad de que tú te hagas cargo de toda la casa y la atiendas por mí, y para mí, así como acabas de hacer con esa alacena? Aceptarías tu la responsabilidad de mantener tu mi corazón como debe ser y mi vida donde debe estar? Pude ver brillar su rostro cuando me respondió… por supuesto, eso precisamente es lo que vine a hacer. No puedes ser un cristiano Victorioso por tus propias fuerzas. Eso es imposible. Déjame hacerlo por medio de ti, y para ti, así es como se hace. Pero añadió el, o sea el Señor muy despacio… yo no soy el dueño de este hogar. Soy apenas un huésped. No tengo autoridad para proceder. Porque la propiedad no es mía… y continúa el autor de esto. De este escrito… dice: entendí al momento y dejándome caer de rodillas, dije: Señor tu has sido un huésped y yo he sido el anfitrión. Pero, de ahora en adelante voy a ser el siervo. Tu serás el Señor, y tan rápido como pude, corrí a la caja fuerte saqué el título de propiedad, con la descripción de la casa, su activo y pasivo, su ubicación, y todos sus por menores, volví a donde él estaba y anhelosamente la firmé para que perteneciera a él desde entonces y para siempre. Aquí está, aquí lo tienes le dije, todo lo que soy y tengo para siempre. Ahora tú te entiendes con la casa y solo quedaré, contigo como un sirviente y amigo. Aquel día, aquel día inolvidable él acepto mi vida y puedo asegurarte que no hay manera mejor que vivir la vida Cristiana él sabe mantenerla como debe ser y una profunda paz permanece en el alma y termina este bendecido escrito con la siguiente exhortación de su autor… deja que Cristo viva en tu corazón como morada propia de él como Señor de todo. Sandra, que te parece? No es emocionante este final?

Sandra: La verdad que sí…

Rosa: Más que emocionante, es un desafío, para ti, que nos escuchas, a decidirte a hacer el traspaso de tu vida al Señorío de Cristo. Yo ya lo he hecho y tengo mucha paz.

Sandra: Ojala que sea la experiencia de cada una de las oyentes, ojala que cada una lo pueda invitar y darle el señorío no? A Jesús que sea el dueño de la casa y me pareció muy interesante que la propuesta esta, que él se haga cargo, de mantener todo limpio, porque cuando uno tiene un invitado, humanamente hablando no haría eso jamás. Siempre se tiende a esconder todo debajo de la alfombra o se tiende a ser limpio aunque siempre no esté tan así. Y bueno, con Dios es totalmente diferente él ve todos los rincones y nada podemos esconderle en verdad.

Rosa: Es real si.

Sandra: En cambio, el Señor se ha puesto como siervo desde siempre a nuestra vida, vino a entregarse por nosotros, ahora vino y quiere que nuestro corazón sea limpio, pero él también se ocupa de que esté limpio, y bueno, qué bendición no? Un Dios para nosotros…

Rosa: Es verdad…

Sandra: Muchísimas gracias Rosa porque esto que hemos compartido y nos deja pensando no? A muchas de nosotras…

Rosa: Muchas gracias a ti, y bueno un saludo para toda la audiencia, y el deseo más grande es que este programa les haya removido, la mente, los sentimientos, las emociones y la voluntad. Para un encuentro o reencuentro con Cristo, de una manera fructífera y victoriosa. Para poder llevar una vida Cristiana de altura, como él lo merece y como él lo está deseando.

Sandra: Que así sea verdad?

Rosa: Que así sea.

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