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Titulo: “Los panes sin levadura”.

Autor: Norbert Lieth
  Nº: PE921

Los panes sin levadura.

Esta es una fiesta de conmemoración, para no olvidar cómo Dios sacó a Israel de Egipto.

 

¿Habrá algo que decir para nuestra vida actual? ¡Descúbralo escuchando este programa!

 


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Los panes sin levadura

 

Estimado oyente, en Levítico 23:6-8 leemos lo siguiente: 

“Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación; ningún trabado de siervo haréis.”

 

  La segunda fiesta del Señor es la fiesta de los panes sin levadura, la cual, en la actualidad, al igual que el templo con los sacrificios ya no existe; generalmente no es festejada como una celebración separada sino juntamente con la pascua. Por siete días no se podía comer pan con levadura, desde la noche del 14 hasta el atardecer del 21 del primer mes (Éxodo 12:18).

  Esta es una fiesta de conmemoración para no olvidar como Dios sacó a Israel de Egipto (Éxodo 13:3-9). El éxodo sucedió en forma tan repentina y rápida, que no había tiempo para preparar la masa. En nuestros días generalmente nadie hace levadura, ya que es posible comprarla. Cuando aun no existía la levadura industrialmente producida, tenía que criar la levadura en la masa uno mismo. Y, por eso, siempre había una masa que había que trabajar, cada pocas horas, con la adición de harina y agua, incorporándole así oxígeno fresco para que la levadura, en dicha masa, pudiera reproducirse. Con una mitad se hacía pan fresco, añadiéndole harina y agua adicionales; la otra mitad seguía siendo trabajada cada pocas horas, para otra vez tener levadura para el próximo día. Este proceso continuado no podía ser realizado durante el rápido éxodo, y por eso debían comer pan sin levadura (Éxodo 12:39). Para conmemorar eso, ellos cada año, por una semana, debían comer pan sin levadura.

 

 

¿Qué nos dice eso, proféticamente, con respecto a Jesús, por medio de quien fuimos salvos?

 

  Egipto, en la Biblia, es usado como imagen del mundo idólatra y pecador (Ap. 11:8). Del mismo modo, la levadura, en la Biblia, es usada como imagen de pecado y orgullo. Pablo dice en 1. Corintios 5:8: “Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad”.

¿Quién ya alguna vez pinchó una masa de levadura hinchada, oliendo así los gases que se escapaban? El olor es casi inaguantable. Por eso, se usan como dicho las palabras: “El orgullo tiene mal olor”.

  Ahora, Jesús dice de sí mismo:“… aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”(Mt. 11:29). De Él también está escrito: “yestando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”(Fil. 2:8).

 

El pan sin levadura también es llamado pan de aflicción. Lo leemos en Deuteronomio 16:3: “No comerás con ella pan con levadura, siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción…”. Simboliza sometimiento y obediencia, lo que Jesús, para consumar nuestra salvación, vivió en forma perfecta hasta la muerte, y muerte de cruz. El pan leudado, por el contrario, simboliza engreimiento y egocentrismo.

 

  Para nosotros, que fuimos librados de la esclavitud del pecado por la sangre de Jesús -como los hijos de Israel en su tiempo por la sangre del cordero, de la esclavitud en Egipto-, la Fiesta de los Panes sin Levadura simboliza la separación radical del mundo pecaminoso. El éxodo de Egipto sucedió en forma definitiva y rápida. Los israelitas dejaron atrás ese país para siempre. Así también la conversión a Cristo debe ser muy clara y definitiva. La vieja vida pecaminosa debe ser dejada rápidamente, y debe comenzar un nuevo andar sin pecado. El rápido éxodo de Egipto indica la necesaria y radical separación de los salvados de este mundo pecaminoso. La recién preparada masa dulce, que no ha estado reposando por largo tiempo y que no está mezclada con los hongos de la levadura, que vuelan por todas partes y son una imagen del pecado que nos rodea y nos quiere hacer perezosos, es una maravillosa figura de la vida de santificación de los salvados. Pablo usa la figura de la masa dulce y escribe: “Así que celebremos la fiesta (de la pascua), no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad” (1 Co. 5:8). Y, en lo que respecta a la renuncia de los placeres mundanos, él escribe:“… renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:12).

 

Esas son las cosas que no siempre son escuchadas con buena voluntad y que no son populares. Tampoco el comer los panes sin levadura es apetecible en Israel, y eso porque no es tan rico como el pan común. La orden acerca de los panes sin levadura, sin embargo, es tan rigurosa que, incluso, se dice:“… cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel”(Ex. 12:15). De acuerdo a eso, dice en el Nuevo Testamento:“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”(He. 12:14).

 

  Visto desde este ángulo, la fiesta de los panes sin levadura, también para nosotros, tiene un significado y un mensaje espiritual muy profundo.

 

 

Vamos a repasar lo escuchado, para tenerlo en cuenta para nuestra vida personal: 

 

1. El pan sin levadura también es llamado pan de aflicción. Simboliza sometimiento y obediencia, lo que Jesús, para consumar nuestra salvación, vivió en forma perfecta hasta la muerte, y muerte de cruz. El pan leudado, por el contrario, simboliza engreimiento y egocentrismo.  ¿Cuál es tu posición, estimado oyente, la de obediencia que Jesús nos mostró, o la de engreimiento y egocentrismo?

 

2. Para nosotros, que fuimos librados de la esclavitud del pecado por la sangre de Jesús -como los hijos de Israel en su tiempo por la sangre del cordero, de la esclavitud en Egipto-, la Fiesta de los Panes sin Levadura simboliza la separación radical del mundo pecaminoso. Tu conversión a Cristo, estimado oyente, debe ser muy clara y definitiva. La vieja vida pecaminosa debe ser dejada rápidamente, y debe comenzar un nuevo andar, en las pisadas del Señor.

 

¡Qué Dios le bendiga al tomar pasos firmes y decididos en su vida!

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