Lo que el apóstol a los gentiles nos dice sobre Israel (2ª parte)

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Autor: Norbert Lieth

Pablo, el apóstol a los gentiles, explica en la carta a los romanos la posición de Israel en el plan de salvación de Dios. Ningún apóstol a los judíos (como, por ejemplo, Pedro) proclama la posición de Israel en el decreto de Dios, como lo hace él.

 


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PE2103 – Estudio Bíblico
Lo que el apóstol a los gentiles nos dice sobre Israel (2ª parte)



Hola, amigos! Vamos a comenzar repasando el: Primer argumento

“¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció…” (nos dice en Ro. 11:1 y 2).

La pequeña frase “En ninguna manera”, en griego expresa el espanto en cuanto al hecho de que uno siquiera pudiera considerar una idea de ese tipo.

Pablo usa esta frase diez veces en la carta a los romanos, también en cuanto a temas muy diferentes a éste. Si quisiéramos poner en duda el “En ninguna manera” en cuanto a Israel, también tendríamos que hacer lo mismo en cuanto a los demás temas, como por ejemplo en cuanto a Romanos 6:15: “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.”

Luego, Pablo se utiliza a sí mismo como argumento. Después de todo él también es judío, de la tribu de Benjamín. Si Israel hubiera sido desechado, él no podría haber hallado la fe en el Mesías.

Si bien Pablo, en Romanos 11, también dice que algunos israelitas fueron endurecidos y que algunas ramas fueron quebradas y quitadas del noble olivo Israel, a causa de su incredulidad, eso también tendría su objetivo, con respecto a la salvación para las naciones. Y aun en este tiempo, el “tiempo actual”, Dios ha reservado un remanente. A este remanente creyente, Pablo, en el pasaje de Gá. 6:16, lo llama el “Israel de Dios”.

Segundo argumento

En Romanos 11:11, Pablo explica que Israel no habría tropezado para caer, es decir, para quedarse caído, o para ser descartado totalmente y no poder ser restaurado. ¡También acerca de eso dice “en ninguna manera”! El significado más profundo, más bien, está en que, a través de eso, los gentiles han sido hechos partícipes de la salvación: “Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos”.

Tercer argumento

El apóstol continúa con la explicación de que Dios no se ha rendido con respecto a Israel.

Ya en Romanos 3:3 y 4, Pablo menciona el hecho predominante, que la infidelidad de Israel no anula la fidelidad de Dios. Dios no paga uno por uno: “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera”. Y en Romanos 11:12, enfatiza: “Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?” Y en el versículo 15, el apóstol vuelve a enfatizarlo, diciendo: “Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?

– Tan cierto como que ocurrió la caída pasajera de Israel, volverá a haber una plenitud restaurada de Israel.
– Tan cierto como que existió un descarte, debido a las circunstancias, habrá también una readmisión.

Ningún otro experimentó el fruto entre las naciones, causado por la caída de Israel, como Pablo, y proféticamente él vio la bendición que conllevará para las naciones la restauración espiritual de Israel, en el futuro reino de mil años de Dios en la tierra.

Cuarto argumento

Pablo no para de argumentar, sino que continúa, y explica en Ro. 11:16: “Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas”. Con primicias se refiere al Israel de los primeros días, del tiempo de los patriarcas, y al Israel que surgió en Egipto, que Dios escogió y separó para Sí, diciendo en Ex. 19:6: “Y vosotros me seréis… gente santa”. Eso significa que: Si Israel fue santo en el pasado, también lo será en el futuro (o sea: separado para Dios).

Del mismo modo lo expresa, también, la comparación de la raíz y las ramas, en cuanto a que existió un comienzo bendecido de Israel, y que también habrá un fin bendecido de Israel, que terminará en santidad.

Zacarías 14:20 habla sobre el futuro de Israel, en el reino mesiánico de Dios en la tierra, y dice: “En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ”.

Quinto argumento

Luego, Pablo da el ejemplo del olivo. Si bien fueron quebradas y quitadas algunas ramas judías del olivo Israel, a causa de su incredulidad, las naciones que aceptaron la fe deberían ser injertadas en dicho olivo, como ramas silvestres. Eso no significa que las naciones se hayan convertido en Israel, sino que ellos, ahora, comparten con Israel (como podemos ver en Ef. 2:19; y 3:6). Pablo, además, dice en Ro. 11:17 al 24, que Dios fácilmente puede volver a injertar, como ramas naturales, a los israelitas que más adelante acepten a Cristo.

El olivo también se refiere a los patriarcas de Israel, de los cuales más adelante nació, cual ramas, la nación judía.

Si nosotros, como naciones, fuimos injertados en el olivo, es decir, en la fe de Abraham, entonces en realidad estamos emparentados con Israel (como dice el v. 19). Y en Romanos 4:16, Pablo dice sobre Abraham: “el cual es padre de todos nosotros.”

De este modo, también la iglesia en Roma estaba formada por cristianos judíos y gentiles y, en la misma, los cristianos gentiles se consideraban a sí mismos más que los cristianos judíos. Por eso, Pablo los exhorta diciendo, en el v. 18: “No sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti”. La salvación viene de los judíos (según Jn. 4:22). Abraham, Isaac y Jacob son el origen de la bendición para los gentiles. “No te ensoberbezcas, sino teme” (dice el v. 20 de Ro. 11). De no ser así, podría ser que Dios tampoco te perdone a ti (leemos en los vs. 21 y 22).

Pero, con el correr de los siglos, estas advertencias fueron olvidadas, y en lugar de prestar atención a estas explicaciones, se introdujo la teología de la sustitución, e Israel fue descartado por los cristianos.

Por esta razón, en el fin de los tiempos será desechado el cristianismo nominal, el cristianismo institucional, y desaparecerá en el reino del Anticristo. La verdadera iglesia, sin embargo, será arrebatada con anterioridad y, luego, todo Israel será salvo y, por eso, será re-injertado. Considerando esto, la afirmación de Pablo, en el v. 21, es también una advertencia profética.

Sexto argumento

Más adelante, el apóstol continúa diciendo que, a causa de la elección, los israelitas, como pueblo, siguen siendo amados por causa de los padres, porque los dones de la gracia y el llamamiento de Dios son irrevocables (vs. 28 y 29). Con estas palabras, el apóstol Pablo se refiere al pacto abrahámico, que es unilateral e irrevocable.

Séptimo argumento

Finalmente, Pablo revela un misterio (en los vs. 25 al 27), que es que Israel, en parte, sufrió un endurecimiento, hasta que la plenitud de los gentiles haya entrado en el cuerpo espiritual de Cristo. Después, todo Israel será salvo; ya no sólo una parte como en el tiempo presente. Esto demuestra que la reprobación de Israel está limitada en el tiempo, y que nunca fue definitiva.

Después de que el cuerpo de la iglesia, formado por judíos y gentiles, se haya unido a la cabeza (Cristo) por medio del arrebatamiento, el Señor, más adelante, volverá en gloria a Sión, para salvar a todo el pueblo de Israel (Is. 59:20).

En el fin, Dios dará Su misericordia a los judíos, tal como se la dio a los cristianos de entre los gentiles.
– No creímos en un tiempo y hemos alcanzado misericordia.
– Ellos no creen ahora, para experimentar la misericordia en el futuro. Todo junto lo utilizó Dios para tener misericordia de todos (vs. 30 al 32 de Ro. 11).

Esta revelación, esta sabiduría de Dios para con Israel y con las naciones, hace que Pablo no pueda hacer otra cosa que adorar.
El hecho de que Dios transforme incluso todo el fracaso de Israel, de tal modo que finalmente se convierta en bendición, y todo eso a través de Jesucristo, lleva al apóstol a la adoración, con la que en las vs. 33 al 36 termina este pasaje.

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