La Agitación del Corazón. 1/3
21 febrero, 2008
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La Agitación del Corazón. 3/3
21 febrero, 2008

Titulo: “La Agitación del Corazón”. 2/3

Autor: WimMalgo 
Nº: PE996

¿Sabe usted cómo guardar su corazón?

Deseamos que encuentre la respuesta  a su interrogante escuchando este programa radial impregnado de ricas  y prácticas enseñanzas.

 


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“La Agitación del Corazón”. 2/3

Estimado amigo, usted puede guardar su corazón, haciendo lo siguiente: 

 

En primer lugar, debe recibir Su Palabra muy conscientemente en su corazón. Proverbios 4:4 dice: “Y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos y vivirás.”

 

En segundo lugar: Reciba la Palabra de Dios con mansedumbre, no en una actitud rebelde y reacia, sino en el sentir de Jesús. Está escrito en Santiago 1:21: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.”

 

Luego, guarde la Palabra en su corazón. El Salmo 119:11 dice: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.” La Biblia de las Américas traduce: “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.” Así como el Señor Jesús lo dijo en Lucas 8:15: “Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”

 

Pero guardar, o atesorar, la Palabra en el corazón significa: 

 

Que la Palabra se muestre en usted realmente como la espada cortante de dos filos, como dice Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. Así que toda mezcla cese en usted y llegue a ser íntegro ante al Señor y sus hermanos en el Señor.

 

Querido amigo, la actitud inequívoca del corazón es veracidad. La persona cuya alma y espíritu no han sido partidos, tiene en sí ambigüedad y es ambiguo. Tiene un corazón dividido. Pero el Señor dice por medio de su palabra: “Porque los ojos del SEÑOR recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente suyo”. La persona cuyo corazón no es completamente del Señor, tampoco ama la integridad de los hermanos en el Señor. Con su corazón dividido es una persona que, en vez de trasmitir amor, trasmite simpatía y antipatía. Por una actitud inequívoca, él o ella produce división, desunión en el Espíritu, en vez de favorecer la unidad del Espíritu. De nuestro Señor mismo está escrito: “Porque no hay acepción de personas para con Dios”. Pues, ¿por qué? Porque El mismo es la verdad completa en persona y Su Palabra es verdadera. Pero la verdad es indivisible. Ella no admite ningún compromiso. En aquél que hace diferencias no está obrando a fondo la completa y verdadera Palabra de Dios. Lo leemos también en Santiago: “Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”. Santiago dice esto, porque los dos conceptos se excluyen mutuamente, es decir, la fe en Jesucristo – quien ama sin límite y sin fin – y el amar selectivo de ciertos hermanos que por eso excluyen a otros. Si practicamos un trato de favor, entonces somos adulteradores del amor de Dios en nosotros y por nosotros, pues Dios ama a todos. Por eso, Santiago sigue preguntando: “¿No hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?” Esto significa: con pensamientos egocéntricos. La Biblia de las Américas traduce: “¿No habéis hecho distinciones entre vosotros mismos, y habéis venido a ser jueces con malos móviles?” Y la misma traducción nos da aún más luz: “Hermanos míos, no tengáis vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo con una actitud de favoritismo.” Y dice, según una traducción alemana: “…¿no venís a estar en contradicción con vosotros mismos y os demostráis como jueces con una mala actitud?”

 

Esta mala actitud viene de un corazón que no se guardó a sí mismo y no se dejó juzgar a fondo portodaPalabra de Dios. La actitud inequívoca se volvió ambigua. Tales creyentes que tienen un corazón ambiguo son personas con dos caras. Tienen dos maneras diferentes de hablar y por eso no son dignos de crédito. Con esto menosprecian la exigencia del Señor Jesús en Mateo 5:37: “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. ” Siempre querían acusar a Pablo de tal ambigüedad, pero en su actitud inequívoca y su veracidad contradijo enérgicamente tales presunciones. Escribe en 2 Corintios 1:17-20: “¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No? Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.”

 

Ahora bien querido amigo, le pregunto: ¿No quiere someterse hoy, por medio del Señor, a un profundo examen de corazón?

 

Pienso, por ejemplo, en Salmos que dice: “Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.” O en Crónicas: “Porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.”

 

El Señor siempre busca a personas, hombres y mujeres, cuyos corazones concuerdan con Su corazón. Dice la palabra: “Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo.” También, está escrito lo mismo más en detalle: “He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.” David era íntegro. El podía decir: ¡He elegido el camino de la verdad! – Y así el Señor examina, busca y escudriña su corazón. ¡Nunca podrá excusarse por su corazón ambiguo!

 

En Proverbios está escrito: “Libra a los que son llevados a la muerte, y retén a los que van con pasos vacilantes a la matanza. Si dices: Mira, no sabíamos esto. ¿No lo tiene en cuenta el que sondea los corazones? ¿No lo sabe el que guarda tu alma? ¿No dará a cada hombre según su obra?” En cuanto a esto se nos pedirán cuentas a todos nosotros. ¡Tenemos la gran tarea de retener a los que van a la matanza! Pero esto solamente lo puede hacer aquél cuyo corazón está enteramente dirigido hacia el Señor, cuyo corazón está ardiente para su Señor.

 

Estimado amigo, ¿como es con su corazón? ¿Arde para con el Señor? ¿Ha elegido el camino de la verdad como David? ¿La actitud inequívoca de su corazón es veracidad?

 

Es mi gran deseo para con cada uno de mis amigos, que su corazón esté ardiente para su Señor. ¡Que así sea!

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