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Titulo: “La actualidad de la antigua profecía” 4/4
 

Autor: NorbertLieth 
Nº: PE1035

Jesús ofreció su propia vida en holocausto sobre el Gólgota.

Así como la promesa del holocausto de Jefté había sido la garantía para la victoria, así también la muerte y resurrección de Jesucristo son la garantía de la redención de Israel y la futura victoria.

Jesús, quien fue desechado, será exaltado a lo sumo, liderará a Israel y será reconocido ante todo el mundo como “Rey de reyes y Señor de señores”.


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“La actualidad de la antigua profecía” 4/4

Hola estimado amigo, En este programa estaremos recordando algunos puntos de las últimas meditaciones bíblicas, para poder llevar un hilo conductor y así poder concluir.

En primer lugar vimos La evolución de la fe de Jefté

En la Biblia Jefté es contado entre los héroes de la fe. O sea que está en aquella lista de héroes, acerca de los cuales está escrito: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. El testimonio de Dios selló la vida de Jefté. El creyó en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Confió plenamente en la palabra de Dios y en sus promesas, y sintonizó su vida conforme a esto. Esto nos hace pensar, querido amigo en si realmente Tenemos el testimonio de la fe en nuestra vida.

Luego vimos la Profecía sobre el presente y el futuro de Israel

En la historia de Jefté podemos reconocer la siguiente línea profética: 

El camino hacia el Anticristo. En Jueces 11:5-6 leemos: “Y cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob; y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón.” Jefté mismo seguramente no es una imagen del Anticristo. Pero el comportamiento de Israel, permite ver proféticamente la situación de los tiempos finales. En aquel entonces los ancianos no dieron cabida a Dios, y eso mismo es lo que está sucediendo hoy en día. Esto conducirá a Israel directamente a las manos de un falso rey.

Cuando llegó el momento de luchar contra el enemigo, Israel confió en la “carne”. Depositaron su confianza en un hombre, buscaron un héroe valiente, un líder, que pudiese controlar la situación.

Y por último vimos la Profecía que apunta hacia Jesucristo

Vimos que en la historia de Jefté se trazan las siguientes líneas proféticas, que señalan hacia el Hijo de Dios. Jesús, el verdadero juez, sacerdote, rey y profeta.

Los jueces de Israel liberaban al pueblo de los opresores y les daban la victoria sobre el enemigo, que una y otra vez volvía a atacar. Jesús es el verdadero juez: El liberará a Israel definitivamente de sus enemigos. El batallará contra aquellas naciones que quieren aniquilar a Israel.

Hoy querido amigo, querida amiga, veremos cómo Jesús es el verdadero héroe. Se dice de Jefté que era “esforzado y valeroso” (Jueces 11:1). Pero el Señor Jesús es el héroe de todos los héroes, puesto que fue a la cruz del Gólgota. Allí derramó su sangre por nosotros. El es el valiente que no le temió al diablo, que venció a la propia muerte a través de su muerte en la cruz. Sucedió algo similar a lo de David, que mató a Goliat con su propia espada. En su regreso, Jesús le traerá a Israel la victoria, la seguridad y la paz, tal como ya lo había profetizado Jacob: “No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos”. Isaías también había profetizado: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”.

Heroicamente aparecerá en su regreso y hará guerra con justicia Luchará en sitios muy distintos, según: 

Apocalipsis 16:16 y 19:11 en Armagedón

Zacarías 12 en Jerusalén

Zacarías 14 sobre el Monte de los Olivos

Isaías 63: 1 en Edom (Bosra)

Habacuc 3:3 en Temán

Isaías 19:1 en Egipto

Ezequiel 38 y 39 contra Gog en tierra de Magog

Ahora bien, prestemos atención en El tiempo previo a su regreso. Jefté fue desechado por sus hermanos, al igual que Jesús. Como desechado se acumularon alrededor de Jefté personas ociosas.

Después de que Jesús fue rechazado por sus hermanos, toda la generación judía de aquel entonces, juntó a su alrededor a los gentiles humillados, los hizo su congregación y pasó a ser su líder.

Más tarde, los hermanos de Jefté estuvieron en aflicción y vinieron a su hermano a implorarle que volviera y les ayudara.

Lutero tradujo esta “aflicción” con la palabra “tribulación”. Israel en el futuro sufrirá aflicción, o bien tribulación. Entonces clamarán por el Mesías y él no se hará esperar. “Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí” (:9). Jesucristo volverá como verdadero y eterno héroe, para pelear las batallas del Señor y traer la victoria.

“Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa”. Semejante a Jefté, pero aún en mayor grado, obró Jesús, todo lo hizo con, ante, y a través del Padre. El pudo decir de sí mismo: “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:29). Y: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.”.

“Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté”. Así como el Espíritu Santo vino sobre Jefté, así también vino el Espíritu Santo sobre Jesús y permaneció con él.

El nombre hebreo Jefté (o: ieftá) significa: “Él (Dios) abre.” ¿No nos fue abierto el canal de la misericordia y la puerta del cielo a través de su Hijo Jesús?

El voto de Jefté fue el siguiente: “cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto” (Jueces 11:31). Jesús ofreció su propia vida en holocausto sobre el Gólgota.

“he aquí su hija (de Jefté) que salía a recibirle con panderos y danzas, y ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija” (vers. 34). Jesús, el únigénito hijo del Padre, vino desde su hogar celestial a esta tierra. El vino a nuestro encuentro y nos trajo gozo y alegría. Ofreció su propio cuerpo como holocausto en la cruz del Gólgota.

Así como esta promesa del holocausto de Jefté había sido la garantía para la victoria, así también la muerte y resurrección de Jesucristo son la garantía de la redención de Israel y la futura victoria.

Y para culminar, aún esto: Al igual que Jefté, aunque en proporciones mucho mayores, Jesús, quien fue desechado (Isaías 53:3) será exaltado a lo sumo, liderará a Israel y será reconocido ante todo el mundo como “Rey de reyes y Señor de señores”.

¡Este día sin duda llegará, ojalá sea pronto! ¡Maranatha, ven pronto Señor Jesús!

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