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Titulo: “ Jesucristo, médico de médicos ”
 

Autor: Herman Hartwich 
Nº: PE1037

Hay sólo una persona que puede sanar nuestra alma cuerpo y mente! Jesucristo es su nombre! Descubra uno de los milagros más maravillosos de nuestro Señor escuchando este programa.

 


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“Jesucristo, médico de médicos”

Estimado amigo, es un placer el poder retomar este contacto con ustedes; en el día de hoy quiero compartir con ustedes algo realmente maravilloso e impactante. Lo encontramos en el evangelio según San Marcos en el capítulo 5 y voy a estar leyendo en un momento a partir del capítulo 25. Este es un suceso durante el ministerio terrenal de nuestro Señor Jesucristo. Usted sabe muy bien porque lo ha escuchado y lo ha leído el ministerio de Jesucristo fue algo impresionante se subfama por su amor su misericordia, por la compasión por la gente, sanaba a los enfermos liberaba a los oprimidos por el diablo, a los endemoniados, resucitó muertos y esto se difundía velozmente, a pesar de que no habían los medios de comunicación como hoy día los tenemos. Sin embargo la palabra del Señor corría como el agua, corría velozmente porque iba de boca a boca y esto tiene que ser hoy también.

Mi amigo, si tu recibes hoy una bendición de Dios es necesario que se lo trasmitas con tu boca a otras personas y de esa forma lo maravilloso de la fe en Jesucristo se va a divulgar muy rápido si cumplimos con esta misión. Sabe mi amigo, que aquí encontramos a una persona quizá con la que muchos de mis oyentes se pueda identificar escuche lo que dice: ” Había una mujer que desde hacía 12 años padecía de flujo de sangre. Mi amigo, vamos a parar un poquito. Flujo de sangre, posiblemente se trataba de frecuentes y abundantes hemorragias durante 12 años.

Quizás las mujeres que están escuchando en esta hora dirán: pobrecita. Los hombres no entendemos esto pero las mujeres sí. Y más aquellas que tienen este tipo de problemas. Que acarrean molestias que acarrea un debilitamiento, una anemia a veces crónica. Pero, aparte, en relación a la religión esta mujer estaba en carácter de mujer inmunda. Mujer que estaba contaminada. Mujer que estaba dejada de lado que estaba marginada por la causa de su edad, al estilo del leproso. No podía estar compartiendo con otras personas, hasta la silla en donde se sentaba estaba inmunda y tenía que ser purificada con los ritos de la religión judía. Esta mujer no podía tener relaciones sexuales con su marido. Esta mujer estaba presa. Estaba muerta en vida. Es posible que muchas personas hoy se sientan como muertos en vida. Que están marginados que están despreciados que están dejados de lado porque los tratan como inmundos. Hay personas que me han dicho, ” no sé si seré leproso porque todo el mundo me deja de lado” ¡Qué sufrimiento terrible que tienen las personas en este mundo! Vivimos rodeados de gente y sin embargo vivimos solos. Porque nadie se interesa por mí. ¡Cuánta gente me ha dicho esto! A nadie le importo, estoy rodeado de gente pero nadie me mira. Tengo necesidades pero a nadie le importa.

Mi amigo, dice aquí que esta mujer había sufrido mucho de muchos médicos. ¡Sufrido! Y usted me dirá: ” me va a decir usted Pastor lo que es sufrir??” Me imagino! Me imagino que hay mucho sufrimiento en nuestro mundo a causa del pecado este pecado que entró con la desobediencia de Adán y Eva. Entró el sufrimiento entró la muerte. Pero dice que esta mujer había sufrido tanto de muchos médicos, y vaya que diría médicos. En aquella época, no sé si se le podía llamar médico. Porque estaba allí plagado de charlatanes de supersticiones, la confianza en los talismanes, la magia.

Esa era la medicina eran los elementos sabidos, pero el caso de esta mujer, por ejemplo del flujo de sangre, el talmud hebreo recomendaba: tome de goma de Alejandría, de alumbre y de azafrán el peso de un susi, que era una moneda fraccionaria de plata y pulverícense juntamente y dense en vino. Si esto no hace provecho, entonces tome litro y medio de cebollas persas, hiérbalas en vino y dense a beber y dígase, levántate de tu flujo y si esto todavía no la cura llévesela a un cruce de caminos teniendo en la mano ella en su mano derecha una copa de vino y deje que alguien vaya detrás de ella y la asuste y dígase levántate de tu flujo.

Mis amigos, estas son supersticiones, esta es la medicina barata la charlatanería de la que estamos muy acostumbrados por medio de los parasicólogos curanderos, mano santas; hay una serie de nombres que se les pueden atribuir. A todos estos médicos entre comillas. Pero esta mujer, dice que había gastado todo lo que tenía y nada había aprovechado.

Mis amigos, estoy convencido que muchos de los que me están escuchando en esta hora están viviendo o han vivido esta experiencia. Similar. Han estado de mano en mano, luchando contra temores, que le hacen mal, que le tienen envidia que le han hecho un despacho que le han hecho una maldición que está enfermo que los médicos en los hospitales no le encuentran nada. Y usted está enfermo y va a un curandero a un mano santa va a un parasicólogo y todo el mundo saca provecho. Le va sacando su dinero y le va sacando ya hasta quedar en la ruina y en la salud: peor que nunca. Y, sabe una cosa? Que estar enfermo es doloroso pero estar enfermo y sin familia y sin nada materialmente es peor todavía y mucho peor todavía, no tener conocimiento del amor de Dios. Y de la misericordia de Dios.

Pero esta mujer, oyó hablar de Jesús, dice el verso 27 que oyó hablar de Jesús. ¿Has oído tú hablar de Jesús? Quizás sepas, sí, Jesús es el hijo de Dios. Pero, escúchame amigo, no se trata tener un vago concepto de Jesús. Hablar de Jesús, hablar de su poder, hablar de su amor. Entonces esta mujer, vino por detrás y tocó el manto de Jesús porque ella decía en sí misma: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y lo hizo! Enseguida la fuente de su sangre se secó y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquél azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud dijo: ¿Quién me ha tocado? Sus discípulos le dijeron ” ¿Vés que la multitud te aprieta y dices quien me ha tocado? Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho vino y se postró delante de él y le dijo toda la verdad.

Vamos a para aquí, mi amigo ¿Sabe una cosa? Esta mujer quizás esta mujer con un toque un tanto supersticioso pero aún a veces al no comprender completamente el evangelio quizás tu digas, yo no entiendo la Biblia, no entiendo lo que me está diciendo. Pídele a Jesús que te de entendimiento. Dile Dios, dame entendimiento, Dios mío estoy perdido estoy perdida. Necesito de entender tu amor, entender tu palabra y si tu le tocas – hablando simbólicamente – si tule recibes en tu corazón, va a ocurrir un cambio un milagro va a ocurrir en tu vida aun que no entiendas todo pero invítale a Jesucristo a entrar a tu corazón. ¿Sabes una cosa? Esta mujer no pudo evitar la confrontación con Jesús. Ella hacía tiempo no podía tocar a nadie para no contaminar a nadie pero en esta oportunidad dijo: yo no puedo quedarme sin tocar a este hombre del cual emana el poder. La virtud de sanar y se arriesgó, se arriesgó a ser condenada por haber desobedecido la ley de tocar a una persona en su estado de inmunda.

Pero Jesús sintió que alguien le había tocado con fe. Entonces esta mujer reconoce que no había sido pasada por desapercibida por Dios, por el hijo de Dios. Y tiene temor, y tiembla. Pero quiero rescatar de este versículo que esta mujer le dijo toda la verdad. Mi amigo, mi amiga, tú necesitas decirle toda la verdad a Dios. Él necesita que tu abras tu corazón. Dile toda la verdad. ” Señor Jesucristo, a mi me pasa, esto , esto, y esto! Y me pasa que yo fui acá, fui alla, he recurrido a todo tipo de porquerías ( porque no se le puede llamar de otra forma” y no ha dado resultados en mi vida. Ni superstición, ni hechicerías ni encantamientos. Nada ha servido. Perdóname Señor que he recurrido a los para psicólogos, a los videntes a los adivinos y nunca recurrí a ti. ¿Sábes una cosa?

Que quizás Jesucristo es tu última esperanza, quizás Jesucristo es lo único que te está quedando y justamente, Jesús se especializa en satisfacer a aquellas personas que justamente han comprobado que a lo largo de la vida han gastado, invertido tiempo, dinero y fuerzas y no les resultó nada sino el contrario, se sienten peor. Porque sólo Jesucristo es el que da vida y paz interior.

Jesús premió la fe de esta mujer y de dijo: ” hija tu fe te ha hecho salva”. Esta palabra en griego, no solamente habla del estado físico sino que también del estado integral de la persona. Jesucristo vino a salvarte totalmente. Espíritu alma y cuerpo. Y ve en paz. Esa paz que quizás tu has anhelado hace mucho tiempo y quizás no la has logrado. Jesucristo te da esta paz y te dice ” Queda sana de tu azote”. La sanó físicamente, le llenó el corazón de paz y le aseguró la salvación eterna. Mi amigo, acércate a Jesucristo es lo mejor que tu puedes hacer en tu vida, lucha por tu vida. Abandona todos aquellos métodos recursos a los que fuiste y no te dieron resultado. Dios no te va a fallar. Que Dios te bendiga y será hasta el próximo programa.

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