Israel y la Iglesia (Diferencias) 1/2
21 febrero, 2008
Ellos, ¿mas pecadores que nosotros?
21 febrero, 2008
Israel y la Iglesia (Diferencias) 1/2
21 febrero, 2008
Ellos, ¿mas pecadores que nosotros?
21 febrero, 2008

Titulo: “Israel y la Iglesia (Diferencias)” 2/2
  

Autor: ThomasS. McCall
Nº: PE1199

Dos interrogantes planteadas en el pasado programa donde hoy se contestan a la luz de la palabra de Dios. Un interesante programa de Thomas S. McCall en la voz del Pastor Herman Hartwich.

 


Descargarlo GRATIS a su propio pc para tener o compartír con otrosPE1199.mp3



“Israel y la Iglesia (Diferencias)” 2/2

Comencemos con nuestra primer interrogante:¿Cómo se formó en la iglesia la opinión de que el tiempo de Israel se habría acabado?La iglesia neo-testamentaria se vio afectada por los altibajos en la vida del pueblo judío. Jesús fue judío, y en verdad también todos los apóstoles lo eran. Los asuntos de Israel, en el sentido espiritual y político, formaban parte muy importante de sus vidas. Las luchas más grandes de la iglesia primitiva giraban alrededor de la relación entre Israel y la iglesia, entre la ley y la gracia, así como también en relación a la comunión entre creyentes en Cristo judíos y no judíos. Muchos de los creyentes judíos, al principio casi no aceptaban a los hermanos no judíos. Con el correr del tiempo, cuando los no judíos llegaron a ser el grupo numéricamente dominante en la iglesia, la postura cambió.

La carta a los Gálatas, muestra como los cristianos judíos trataban de cargar a los cristianos gentiles con la ley mosaica. Mientras que la carta a los Romanos nos permite ver cómo los cristianos no judíos comenzaron a jactarse frente a las ramas (desgajadas) , al tener reservas contra la postura de Israel en la historia y la teología. De todos modos, después de un cierto tiempo, quizás ya después de unos pocos siglos, la abrumadora mayoría de los no judíos en la iglesia, comenzaron a considerar a Israel como un remanente que había pasado de moda. Es verdad que la postura cristiana dominante consistía en que la destrucción de Jerusalén y del templo, realizada en el año 70 D.C. por manos de los romanos, era el fin oficial y divino del pueblo judío, el que nunca más lograría su independencia nacional.

El hecho de que Jerusalén se encontrara en ruinas y que el pueblo judío estuviera disperso por el mundo entero, era considerado como una prueba contundente de que Dios había terminado para siempre con Israel. La existencia del pueblo judío ya solamente tenía el objetivo de recordar al mundo el poderoso juicio que Dios ejecutaría en un pueblo desobediente. Sin embargo, surgía la pregunta: ¿Qué sucedería con las promesas antiguo testamentarias de Dios para Israel, si esta rigurosa opinión con respecto a este pueblo era verdad? Para aquellos que declaraban creer en la Biblia entera como Palabra de Dios, eso era un gran problema. ¿Cómo un Dios fiel podía faltar a Su palabra, con respecto a las promesas hechas a Su antiguo pueblo? Para resolver este problema había que ser extremadamente ágil teológicamente, y meter la mano profundamente en la caja de trucos teológicos.

Entonces estos teólogos sostuvieron la opinión de que el Israel bíblico no se refería verdaderamente a Israel – especialmente cuando se trataba de las promesas de bendición eterna. Sino que se refería a algo diferente – es decir a algo en formación que luego, en el Nuevo Testamento, llegaría a ser conocido como iglesia. La iglesia se convirtió así en el nuevo Israel, y en el marco de esa extraordinaria transformación, se tomaban las bendiciones prometidas a Israel, donde sea que fuera en el Antiguo Testamento, como referidas a la iglesia. Eso es una teología de sustitución: La iglesia toma el lugar de Israel.

La teología de sustitución ya existía antes del fin del siglo I, pero recién a fines del siglo IV se convirtió en la posición oficial de los líderes de la iglesia. En aquel tiempo, Agustín ayudó a que este concepto se abriera paso, más que nada en su obraEl Estado de Dios. En la misma, en realidad, él muestra que anteriormente había sido milenialista, es decir, que había creído en el dominio de mil años de Cristo en la tierra, después de Su segunda venida. Esta doctrina corresponde a nuestra actual representación del pre-milenialismo. Agustín, sin embargo, había llegado a la conclusión que esa opinión sería carnal. A causa de eso, había adoptado la opinión que esto del dominio de Cristo habría que tomarlo más bien en sentido espiritual, y que quizás sucedería durante el tiempo de la iglesia. Tal interpretación determinó la exclusión de Israel de la historia de la salvación, y la renuncia a todas las promesas que Dios había dado al pueblo judío. Estas promesas de bendiciones ahora se cumplirían dentro del marco eclesiástico.

Esa idea que había estado presente en el cristianismo en forma subliminal, ahora ganaba influencia en todo el mundo eclesiástico. De ahí en más, se abandonó el arraigo teológico a la historia de Israel, pues la opinión predominante en el cristianismo consistía en que ya no habría más futuro para este pueblo. La teología de la sustitución fue la doctrina que, mirándola desde el punto de vista de la historia eclesiástica, sobrevivió a la Edad Media, al tiempo de las cruzadas, y a la reforma. Fue recién en el siglo diecinueve que la idea del preliminar arrebatamiento y del futuro de Israel pasaron a un primer plano en el cristianismo evangélico. Aun así, esto hoy conforma la opinión de una minoría.

Que le parece si escuchamos algo de música y regresamos enseguida con la siguiente interrogante?

Continuemos estimado amigo con la segunda interrogante que nos hemos planteado: ¿Será que el futuro de Israel disminuye la gloria de la iglesia?Estimado amigo, existe la idea de que la postura de la iglesia sería de algún modo perjudicada, si Israel no dejara de existir en su relación de pacto con Dios, y si en el plan de salvación de Dios tuviera todavía un futuro por delante. ¿Será justificada una objeción de ese tipo? Esta postura casi despierta la impresión de que la iglesia le tuviera envidia a Israel, y que temiera que ella y Cristo perderían algo si reconocieran las promesas futuras de Israel. Sin embargo, nada podría estar más lejos de la verdad.

Es más bien así que allí donde la iglesia reconoce la posición de Israel, la verdadera unidad y gloria del cuerpo de Cristo se hace visible. Este cuerpo llamado a escena, formado por judíos y gentiles creyentes durante el tiempo de la iglesia, es lo más supremo que el Señor ha creado – más alto que el universo, que todos los ángeles, que las naciones, y que Israel. Nuestra cabeza, nuestro novio, nuestro amigo, es el Hijo de Dios mismo. Gobernaremos juntamente con Él cuando reine en la tierra, y los doce apóstoles gobernarán sobre las doce tribus de Israel. Es más, por toda la eternidad los ángeles, a quienes nosotros juzgaremos, nos mirarán porque verán en nosotros la demostración más grande de la gracia de Dios. Ése es nuestro destino. Entonces, ¿por qué dejarnos desconcertar en vista de aquello que Dios ha prometido al pueblo judío? ¿Por qué llenarnos de envidia frente al futuro destino de Israel? ¡Qué cegados estamos! Es más, la hora más grande y más sublime de la iglesia, vendrá cuando Israel sea llevado de vuelta al Señor durante Su segunda venida. Nosotros regresaremos del cielo a la tierra como Su maravillosa novia, para gobernar sobre Israel y todo el mundo. Entonces, si no queremos sufrir de ceguera espiritual, tenemos que reconocer lo que el Señor hace con Israel, en lugar de cerrar los ojos a eso, como si fuera algo que pudiera interferir con nuestros propios intereses. Más bien deberíamos alegrarnos de todo corazón, porque eso significa que nuestra propia salvación se está acercando cada vez más.

Antes de finalizar me gustaría hacer una breve comparación entre Israel y la Iglesia.

Primeramente hablare de Israel: 

Israel tiene un nacimiento físico. Tiene la Circuncisión de la carne. Su promesa, es la tierra como herencia. Su dirección es la Monarquía Davídica. Su destino, es el Reino de mi anos. Su rey, mesiánico. Es la esposa de Dios, desposada con el en el desierto. Presenta sacerdocio levítico

Jerusalén es el punto central, tiene un remanente creyente

Israel guarda el sábado

Festeja las fiestas

Su eternidad esta en las puertas de la nueva Jerusalem.

Ahora veamos a la Iglesia.

SuNacimiento es espiritual, su circuncisión es del corazón

Promesa es el Cielo como herencia

Dirección: Apóstoles, Pastores, Cuerpo de Cristo

Festeja la Cena del Señor. Su destino es el Arrebatamiento. Su salvador es Mesiánico. La iglesia es la novia de Cristo, desposada con el. Su sacerdocio es el de Melquisedec. Su punto central es la Misión. Presenta una minoría espiritual. Festejan el día del Señor. Posee el cumplimiento de las fiestas

Su eternidad, esta fundada en las piedras del fundamento de la Nueva Jerusalén.

Esta síntesis, muestra algunos de los muchos aspectos en los cuales Israel y la iglesia son diferentes. Si bien ambos tienen una relación de pacto con el Señor, las diferencias entre las cosas que distinguen a esos dos pactos son tan grandes, que no deben ser confundidos el uno con el otro.

Deseamos que realmente haya podido entender las diferencias entre uno y otro. Los planes de Dios para con cada uno se llevaran al cabo mediante su fidelidad.

Dios le bendiga.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo