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Titulo: “Israel, Mi siervo eres tú” 2/3
  

Autor: FrediWinkler
Nº: PE1174

En la actualidad, solamente la existencia de Israel es un escándalo; y para esa actitud de rechazo muchas veces no hay un fundamento racional. La razón, aparentemente, hay que buscarla en el hecho de que ya la sola existencia de Israel es una prueba de la verdad de Dios y de Su Palabra.-


 


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«Israel, Mi siervo eres tú» 2/3

Estimado amigo, veamos ahora a Israel como el siervo ciego.En el libro del profeta Isaías, encontramos un texto más que puede ser interpretado tanto para el Mesías como para Israel. Allí el Mesías no solamente es identificado con el pueblo de Israel, en Su rol de portador de la salvación, sino también con Israel en su ceguera.«¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el siervo de Jehová?»(Is. 42:19). Parece difícil pensar que esta declaración se refiera al Mesías, pero el término «el perfecto» nos deja ver que realmente se refiere a Él. A pesar de eso, se puede deducir del versículo 18 que esas palabras también se refieren a Israel, ya que allí dice: «Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver.» De Israel, además, también se dice en muchos otros pasajes que es ciego. ¿Pero como podemos aplicar la declaración del versículo 19 al Mesías? La respuesta posiblemente hay que buscarla en el versículo 14: «Desde el siglo he callado, he guardado silencio, y me he detenido.» Cuántas veces hemos considerado este pensamiento, o escuchado cuando otras personas lo expresaron: ¿Hasta cuándo podrá Dios mirar todavía lo que el mundo hace, con toda la injusticia y todo el pecado que existe en esta tierra? En verdad perecería como que Dios no lo ve, es más, como que Él fuera ciego. Pero, por Su palabra sabemos que Dios lo sabe todo, y que la falta de una reacción de Su parte hasta esta fecha, solamente se debe a Su longanimidad y paciencia.

En el caso de la ceguera de Israel, sin embargo, no se trata de una debilidad según la voluntad de Dios, impuesta sobre Israel, sino de las consecuencias de la repetida desobediencia a la voluntad de Dios, como está escrito, por ejemplo, en Isaías 29:9-16. El Apóstol Pablo, quien invirtió su vida en tratar de abrirle los ojos a su pueblo, quien incluso estuvo dispuesto a renunciar a su propia salvación por Israel, llegó a comprender que solamente el volverse al Señor quitará la cubierta que le quita la visibilidad a Israel, y lo hace ciego para la verdad de la salvación a través del siervo del Señor, el Mesías Jesucristo. La ceguera de Israel también se extiende al reconocimiento de las causas de sus aflicciones y persecuciones. Dios mismo señala esto, a través del profeta Isaías:«¿Quién dio a Jacob en botín, y entregó a Israel a saqueadores? ¿No fue Jehová, contra quien pecamos? No quisieron andar en sus caminos, ni oyeron su ley.Por tanto, derramó sobre él el ardor de su ira, y fuerza de guerra; le puso fuego por todas partes, pero no entendió; y le consumió, mas no hizo caso»

Estimado amigo: la identificación del Mesías con Israel es una garantía para su subsistencia.Cuando Dios envió a Su siervo, el Mesías, Su tarea más importante consistía, según Isaías 49:5-6, en restituir a Israel, el siervo desviado y desobediente. A través de esta acción, Dios debía ser glorificado y Su honor sería restituido. Ante ese trasfondo, podemos comprender la declaración de Jesús de Mateo 15:24, que a primera vista es difícil de comprender. Cuando Él no estuvo dispuesto a ayudar a la mujer cananea, dijo:«No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»Esta misión prioritaria de Dios para Su siervo, el Mesías, de restaurar las tribus de Israel y de llevar de vuelta a los preservados de Israel, en aquel entonces Él no la pudo completar a causa de la falta de fe de ellos. Pero todo aquello que Dios una vez se propuso, también lo llevará a cabo. Esta profecía de Isaías 49 es una de las garantías más seguras de la restauración de Israel, y no tanto de su restauración nacional, sino más bien de su restauración como siervo de Dios, en Su plan de salvación.

En Isaías 49:5 no se habla de la recolección y repatriación de Israel a su tierra, como pudiera parecer a primera vista, sino de la misión del siervo del Señor de traer a Jacob de vuelta a Él y de juntar a Israel alrededor Suyo. Esta misión divina es una tarea enorme, la cual, si bien Jesús como siervo del Señor comenzó en aquel entonces, no pudo completar a causa de la desobediencia de Israel. Sin lugar a dudas, Él completará la obra comenzada, como dicen las Escrituras, cuando venga otra vez. El mundo entero presenciará, entonces, este actuar extraordinario de Dios con Israel, porque a través de eso Él glorificará Su nombre delante de todas las naciones. La restitución de Israel, a través del siervo del Señor, a su posición de bendición que Dios ha predispuesto de antemano, será el acontecimiento venidero en el cual estará involucrada la totalidad del mundo terrenal y, más allá de eso, la totalidad del mundo celestial.

¿Tiene Israel, siquiera, una oportunidad de sobrevivir?Cuando uno dialoga con los israelíes sobre el futuro de su país, éstos a veces se expresan en forma pesimista sobre la subsistencia del Estado de Israel en medio de la abrumadora superioridad numérica de árabes y musulmanes. Sin embargo, en Isaías 41:8-14, donde la elección de Israel como siervo de Dios es mencionada por primera vez, en el versículo 14, Dios les dice para animarlos:«No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.»La garantía de la subsistencia de Israel no es su fortaleza numérica o militar, sino el Santo de Israel en persona. ¿A quien se refiere el término «Santo de Israel»? Obviamente no a Dios, quien es El que habla aquí, sino a una persona diferente. Es el Mesías, el siervo del Señor, quien aquí es llamado el Santo de Israel. De modo que Jesucristo es la garantía de la subsistencia de Israel.

Muchas veces Dios le dice a Israel que no tenga miedo, como por ejemplo en el versículo diez de Isaías 41: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.»Tampoco la aparentemente agobiante superioridad de los enemigos de Israel debe ser una razón de preocupación. Pues, en los dos versículos siguientes, Dios mismo promete destruir a los enemigos y disolverlos en la nada. Esa enorme lucha de Dios por Su pueblo, y no la destrucción del Estado de Israel, es el acontecimiento que el mundo puede esperar que suceda pronto.

Para mucha gente, en la actualidad, ya solamente la existencia de Israel es un escándalo. Para esa actitud de rechazo muchas veces no hay un fundamento racional. La razón, aparentemente, hay que buscarla en el hecho de que ya la sola existencia de Israel es una prueba de la verdad de Dios y de Su Palabra, la cual hoy en día es cada vez más odiada. Además de la restauración nacional de Israel, es la restauración espiritual del mismo, el futuro gran acontecimiento en el cual el mundo entero estará involucrado. Eso ocurrirá juntamente con la restauración y renovación espiritual del mundo entero, y culminará con el establecimiento del Reino de Dios en la tierra. En ese reino, Israel será investido con el rol que Dios había determinado desde la antigüedad. Y entonces, querido amigo, recién entonces, todas las promesas sobre Israel hallarán su total cumplimiento.

Nos encontramos en la última entrega de esta meditación Bíblica.

Dios le bendiga.

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