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Insensatos por Amor a Jesús

(2ª parte)

Autor: Marcel Malgo

El mensaje del profeta Oseas es el del increíblemente paciente amor de Dios. Usted quedará asombrado con los aspectos personales, que tienen que ver con nuestra vida, que serán mencionados en este estudio. Se tratarán temas específicos que nos conducirán, cada vez, a un nuevo desafío.


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PE1572- Estudio Bíblico
Insensatos por Amor a Jesús (2ª parte)



Estimados amigos oyentes, hemos visto en el programa anterior que el ser “insensatos por amor a Cristo”: no se trata de otra cosa, más que de un continuo proceso de muerte interior, en el que los hijos de Dios se encuentran rendidos. En cierto sentido, dijimos, son considerados como “ovejas de matadero” y “entregados a muerte por causa de Jesús”. Esto significa que día a día deben confrontarse a distintas situaciones, únicamente por ser hijos de Dios, es decir: insensatos por amor a Cristo.

A cada uno de nosotros (siempre y cuando nos entreguemos con fidelidad) no nos dejarán en paz en ningún aspecto de nuestra vida cotidiana, ni tampoco en nuestra vida espiritual, sino que seremos continuamente tentados y hostigados.

Éstas son las palabras que definen el significado de ser insensatos por amor a Cristo; es decir: ¡que somos y seremos confrontados, diariamente, con diversas cosas y situaciones, únicamente por el hecho de ser hijos de Dios!

Continuamos analizando el capítulo 9, y vamos a ver ahora a:

Oseas como blanco de los ataques enemigos

En Oseas 9:8 leemos otra afirmación muy interesante:“Atalaya es Efraín (o sea Israel)para con mi Dios . Seguramente los traductores tuvieron un gran trabajo con este versículo. Bruns, por ejemplo, dice: “Efraín está al acecho al lado de la carpa del profeta”. Esta traducción se confirma en los comentarios de la Biblia de Menge.

¡Entonces, Oseas no sólo fue burlado por amor a Dios mediante hostilidades comunes de su vida cotidiana, sino también en forma especial en su hogar, su privacidad! Las palabras “al lado de la carpa” se están refiriendo al hogar de Oseas; ¡y allí se encontraba Israel al acecho!

Nos preguntamos: ¿Por qué atacar a Oseas en sus cuatro paredes? ¿Cuál fue el punto débil en la vida de Oseas, en el cual sus enemigos se podían concentrar para atacarlo?
¡Precisamente había algo que sin lugar a duda podía llegar a ser un blanco, su esposa! ¿Por qué? ¿Qué problema había en ella? ¡Bueno, pues, que la esposa de Oseas había sido una prostituta!

Al comienzo del ministerio de Oseas como profeta, Dios le había ordenado que se casara con una prostituta, para dar un
“mensaje vivo a Israel”. Podemos leer acerca de esto en Oseas 1:2:“El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Vé, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová”. ¡Mientras más leemos, más podemos ver a Oseas como una persona que llegó a ser insensata por amor a su Dios; una persona que a causa de su Dios no tuvo una vida fácil! Pero, como si esto no fuera suficiente, llegaron al mundo tres hijos, a los que tuvo (por mandato de Dios mismo) que dar nombres muy raros. El primer hijo se llamó Jezreel. Este nombre testifica el juicio que vendría sobre Israel. El segundo hijo fue llamado Lo-ruhama, siendo el significado de su nombre
“Sin-Perdón”y por último el nombre del tercero Lo-ammi, lo que significa:
“No-Sois-Mi-Pueblo”. Estos niños estaban obligados a transmitir, en forma simbólica, el mensaje de Dios a Israel.

Lógicamente esto no les debe haber resultado fácil, y representaba un problema para Oseas, ya que al pronunciar el nombre de sus hijos, ¿no pensaba en su condición como padre?

Tal vez algunos ya no lo consideraban normal; o lo acusaban de irresponsable. ¡Sí, de hecho, Oseas se convirtió en un insensato por amor a Dios!

Oseas era un hombre señalado por la gente; se burlaban de él y no lo tomaban en serio. Pero observemos la vida de la esposa de este profeta. Ella había sido una prostituta, la cual se casó con Oseas y tuvo tres hijos, aunque luego regresó nuevamente a sus viejos hábitos. Cómo se habrán burlado de él por esta causa: “Miren, ¿éste quiere ser un profeta? ¡Él se considera un hombre devoto, pero en su familia no hay nada que ande bien!” Un insensato por amor a Dios.

Pero, ¿cómo aplicar el destino de Oseas a nuestras vidas?


Veamos qué significa ser insensatos por amor a Cristo.

¿Hay algo que no funcione en su familia? ¿Usted tal vez tiene miembros de la familia en su casa que no han recibido a Cristo en su corazón, su esposo, su esposa o hijos? Si es así, sabe por sus dolorosas experiencias que ¡no es un camino fácil; sino que se sufren varias cosas!

No estamos preguntando por qué algunas de las personas más cercanas a usted son inconversas. Sino que sabemos que el ser “insensato por amor a Cristo” en una familia de inconversos, como en el caso de Oseas, se convierte en un entorno difícil. ¿Por qué? No tiene que ver con el hecho de que estén hablando de usted a escondidas ni que le señalen con el dedo. Sino que sabemos que para los incrédulos el creer en Jesús es una locura, por ende, si usted es el único cristiano quedará en la posición de
“insensato por amor a Cristo”.

Pablo escribe claramente:“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden”(así nos dice en 1 Corintios 1:18). Si los creyentes creen en la verdad de la cruz, entonces son insensatos ante los ojos del mundo. Quiero animar de todo corazón a aquellos de entre nosotros que son víctimas de esto; ya que Pablo no terminó su mensaje en este pasaje, sólo con las palabras:“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden”, sino que además dijo: “pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”. ¡Aunque se encuentre sólo en su casa con su fe en Jesucristo, no se desanime! Es cierto, para su familia usted es un insensato por amor a Cristo, pero en recompensa tiene algo que los incrédulos no conocen: el poder de Dios.

En el libro de Proverbios, se habla 72 veces sobre el o los insensatos. Todas estas citas son negativas; y está claro: porque un insensato es precisamente un insensato; es decir, es alguien al que no se toma en serio.

Pero una de las 72 citas en el libro de Proverbios encierra algo especial. Allí, en el cap. 26, vers. 12, dice:“¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él”. ¡Esta palabras son para usted! Cuando su cónyuge, o hijos incrédulos, se rían de usted, debido a su fe en Jesús, es decir que se sientan mejor y más sabios que usted, podrá decir: ¡Tengo más esperanza siendo insensato que la que tienen ustedes, ya que a mí me pertenece el poder de Dios!

¡Aférrese a esa verdad inviolable: usted es un insensato bendecido por amor a Cristo! ¡Acuérdese siempre de esto: lo que para los otros es una locura, para usted es poder de Dios! Proclame las palabras de Pablo en Romanos 1:16:“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”.¡Es mejor que sea un insensato por amor a Cristo, y no un sabio por amor a sí mismo! ¡Ya que, de esta manera, ha experimentado lo que significa conocer el poder de Dios! Esto puede ser continuamente experimentado y proclamado – sobre todo, cuando ser insensato por amor a Cristo se pone difícil.

No debemos comportarnos como insensatos

Es necesario aclarar algo importante: Nos referimos en este capítulo a estar preparados para ser insensatos por amor a Cristo, lo cual no significa que debemos comportarnos como insensatos. No exhibamos una exagerada devoción que tal vez produzca daños irreparables. Esto sucede cuando uno quiere ser más devoto que Jesucristo mismo.

Más bien se trata de aquello que nuestro Señor sufrió. Jesucristo fue considerado muchas veces como insensato, hasta por su familia. En Marcos 3:21 dice:“Cuando lo oyeron los suyos, vinieron a prenderle; porque decían: Está fuera de sí”.En otra oportunidad, los judíos dijeron a Jesús: “¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?” (así nos dice Juan 8:48). Y leemos además:“Él tiene un demonio y está fuera de juicio, ¿para qué le hacen caso?”. Jesús fue considerado un insensato y por eso lo insultaron. Por este motivo, un día anunció en forma breve:“No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa”(así leemos en Marcos 6:4).

¿Cómo reaccionó Jesús ante este hecho? Él no se dejó desconcertar sino que con perseverancia siguió con su misión: ¡rescatar a los perdidos! ¿Acaso decidió en ese momento evitar en lo posible a las personas, ya que algunos lo acosaban fuertemente? No, ahora al igual que antes Él se preocupó por las personas con un amor inefable. Un amor que no huía de los cobradores de impuestos, de las prostitutas, ni de los pecadores, es decir, de los más despreciados entre el pueblo.

Como leemos en Marcos 2:16: “Y los escribas y los fariseos, viéndolo comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?”
Y, justamente, eso era lo que los demás rechazaban de Él.


 



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