¿Habrá un despertar mundial, llegará la paz a Israel? 1/2

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Titulo: ¿Habrá  un despertar mundial, llegará la paz a Israel?  1/2

Autor: Michael Urban 
Nº: PE989

 

¿Habrá  un despertar mundial,llegará la paz a Israel?  ¿Qué piensa Usted al respecto? Véalo a la luz de la palabra de Dios.

 


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¿Habrá  un despertar mundial, llegará la paz a Israel?  1/2

Querido amigo, a veces se utiliza la expresión: los sueños se esfuman como niebla. Pero Israel, que en nuestros días se ve tan amenazada por ataques terroristas suicidas, un día creerá que se tratará de un sueño, sin embargo todo será realidad. La palabra de Dios dice en el libro de Jeremías “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. … El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová. No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?”.

 

Aquí, estimado oyente, encontramos lo que el profeta Jeremías le comunicó en aquel entonces a su pueblo, y lo que nos dice en el presente a nosotros: “El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová.”

 

Existe una tremenda diferencia entre nuestros sueños y la verdad de la Palabra de Dios. Muchos no reconocen la Palabra de Dios, la ignoran. ¡Le adjudican finalidades que la Palabra de Dios en realidad no tiene!

 

Ahora Bien… veamos lo que es la Palabra de Dios.

 

Ella es : 

 

· Consuelo – no un remiendo anímico en nacimientos, bautismos, casamientos y entierros.

· Paz – no una moratoria con turbios compromisos.

· Unidad en el Espíritu – no una iglesia ecuménica

· La palabra de Dios es Amor – no humanismo

· Es Perdón – no misericordia barata

· Profecía sobre nuestro futuro – no especulaciones, (como… podría suceder de ésta, o de aquella otra forma).

 

¿Nos damos cuenta a qué se refieren estas palabras en Jeremías? A sueños, a como uno desea que fuese Dios, la vida y el mundo: 

 

Oradores muy apreciados hablan acerca de la paz y la armonía. E Israel, resurgido por la misericordia de Dios, en lo que a sus huesos se refiere está por despertar, pero aún sueña con una paz que el hombre pueda alcanzar.

 

La iglesia de Jesucristo sueña cada vez más y más con aquellas palabras mágicas de “paz, justicia y preservación de la naturaleza”. Es llamativo que esta fórmula propagada por la ONU surja en muchas publicaciones de obras y alianzas evangélicas. Pero este sueño supremo en la historia de la humanidad, no se cumple a la manera del hombre. El sueño de paz en nuestros días, más bien, se volvió una pesadilla y los caminos hacia la paz se transformaron para Israel en un callejón sin salida. Hace 2.700 años el profeta Isaías profetizó cómo se alcanzaría la paz: Dice en Isaías 53:5 “… el castigo de nuestra paz fue sobre él…”

 

Es terrible, querido amigo, cuando la Palabra de Dios no es reconocida, sino que es ignorada. Y aún mucho peor es cuando aquellos que ignoran su Palabra se presentan como conocedores de la materia. No me refiero con esto a los teólogos liberales – me refiero a cada persona que anuncia la Palabra de Dios. ¿Proclamo la Palabra de Dios, o proclamo mi opinión sobre la Palabra de Dios? ¿La Palabra de Dios es inviolable, o la tengo que acomodar a mis propósitos? La Palabra de Dios no está para entretenernos, tiene exigencias que nos conciernen.

 

Por eso amamos la palabra profética, en ella reconocemos el amor de Dios hacia su pueblo y hacia su Iglesia. Pero también la amamos, porque reconocemos en ella exigencias divinas para su amada humanidad.

 

¿Cree usted que llegará ahora la paz mundial?

 

No pocos titulares, de los medios de prensa de nuestra época, semejan sueños románticos que nos anuncian un futuro pacífico asegurado. Los garantes de una nueva era, han de ser humanidad y justicia social. A pesar de que, como congregación del Señor, preservamos nuestras vidas contra incursiones de laNueva Era”estamos en medio de ella.

 

La persona que piensa con escepticismo sobre la paz mundial, o la paz en Israel, ya es un perturbador. Y aquel cristiano que hace alusión a las fallas del sistema también es un perturbador y un peligro para la tan bonita paz religiosa.

 

Estimado amigo, en nuestros tiempos, la historia de Israel y la de la Iglesia de Jesucristo corren casi paralelamente. Nunca antes se había hablado tanto acerca de la paz, el amor y la armonía. Sin embargo, nunca hubo tantas tensiones a nivel mundial y disputas bélicas como en este tiempo. Estos esfuerzos por alcanzar la paz, necesariamente corresponden al modelo de globalización: Humanidad mundial, política mundial, gobierno mundial e iglesia mundial. Encaminándose así al funesto reino del anticristo: Sin paz mundial ni paz religiosa. A pesar de que aún no se la haya alcanzado, continuamente se la anhela.

 

Ahora bien, Israel vive hoy como en los días de Jeremías: En dura prueba. Nabucodonosor exilió a la elite del pueblo judío hacia Babilonia. El pueblo estaba dividido, por los continuos cambios en las exigencias del gobierno. Se sumó, además, otra carga interna, es decir, la disputa entre la falsa profecía agradable al hombre y la profecía en el nombre de Dios, cuyo cometido va más allá de agradar al hombre. También debe mencionarse que la profecía no sólo es la predicción de acontecimientos relacionados con la salvación, sino que también es poder valorar debidamente nuestro presente en el trasfondo del plan de salvación de Dios y reconocer a tiempo el desarrollo de acontecimientos desdichados. El desarrollo de estos acontecimientos defectuosos dentro de la iglesia, no deben ser detenidos poco antes de su culminación, sino en sus inicios. Pues si el espíritu de confusión ha logrado introducirse, es muy difícil volver a capturarlo. La palabra profética de Dios está expuesta a la ira, a la burla y a la indiferencia del ánimo popular que ha sido perturbado en su paz. Y agrego, con mucha pena y perplejidad, que también está expuesta a esto en la Iglesia de Jesucristo! Jeremías trata el problema abiertamente: ¿Israel y la Iglesia se orientan por la Palabra de Dios, o nos dejamos guiar por sueños que nos llevarán directamente hacia la ruina?

 

Si hoy en día cedemos ante una falsa profecía, nos atañe la siguiente respuesta de Dios, que encontramos en Jeremías 23:20: “No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente.”Sí, también existe un furor sobre la Iglesia de Cristo. Apocalipsis 2:5 lo describe. El candelero será quitado de su lugar. Se trata la pérdida de la autoridad. Y precisamente es lo que necesitamos en los tiempos finales. Sin la autoridad de la Iglesia de Cristo, caeremos ante el engaño. Y la pérdida de la autoridad, también en la vida personal, siempre está relacionada con una merma de obediencia a la Palabra de Dios.

 

Los predicadores y los que día a día mecen a las personas en una falsa paz, cargan sobre sí una tremenda culpa. Lo que hacen no es curar, antes bien profundizan la herida. Pablo le escribe a Timoteo: “Te encarezco … que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”. Qué agradecidos y contentos podemos estar de que la Palabra de Dios no se ajuste a nuestros deseos, sino que nos toque para curar nuestras heridas.

 

La Palabra de Diosnonos dice: “Quédate así como estás”, nos dice: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”. Esta era la meta de Dios para con su pueblo Israel. Y esta es su meta para nosotros su Iglesia: El quiere hacer todo nuevo, quiere despertarnos, quiere avivarnos.

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