Filemón I / Lo que hace posible el amor 3/4

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Titulo: Filemón I / Lo que hace posible el amor  3/4
  

Autor: NorbertLieth 
Nº: PE1178

De las características de un cristiano genuino, debe formar parte no sólo el conocimiento teórico, sino también la práctica, la acción. Éste era el caso de Filemón.


 


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Filemón I / Lo que hace posible el amor  3/4

Estimado amigo, comencemos a hablar sobre las Características de un verdadero cristiano.

En los versículos 4 al 7 se nos dice, en pocas palabras, lo que implica ser un cristiano auténtico.

Esto va desde el pensamiento al agradecimiento

Versículo 4:“Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones.”

A este versículo también se lo podría subtitular “Cuando los pensamientos nos llevan al agradecimiento”. Sin duda alguna, Pablo perseveraba en la oración. Por eso, escribe que en todo tiempo hacía memoria de Filemón en sus oraciones. Y esto nos estimula, en gran manera, a orar más intensamente.

El apóstol era un hombre con muchos compromisos, cargas y tareas. Además se encontraba en prisión y este tiempo seguramente no era el más ameno para él. Sin embargo, no permitía que ninguna tarea, o carga, por más apremiante que fuera, le impidiera ocuparse de lo más importante: El servicio de la oración. Él era impulsado interiormente a orar mucho; no tanto por sí mismo, sino mucho más por las diferentes iglesias y sus miembros – como así también por Filemón. Y no sólo oraba de vez en cuando por Filemón, cuando le pasaba por la mente, sino como él mismo lo escribe: ¡siempre! Pablo atestigua:“…haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones.”En nuestro caso, seguramente casi siempre diríamos: “… recordándome siempre deen mis oraciones.”

Nosotros deberíamos motivarnos para ser personas de oración, comprometidos en la intercesión por los hermanos, y no permitir que nada nos impida hacer lo más importante. ¡Cuántas veces dejamos que – las preocupaciones que de repente nos asaltan, o cosas que necesariamente tienen que ser arregladas antes – estorben nuestras oraciones! Alguien dijo una vez: “Lo bueno es enemigo de lo mejor”, y el Dr. S. Lewis hizo la siguiente observación: “El enjambre de preocupaciones por el transcurso de la próxima hora y algunas decisiones irrelevantes, han estorbado más mis oraciones que cualquier pasión o placer.” La Palabra de Dios dice:“No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos”. Pablo pudo agradecer en sus oraciones, cuando reflexionaba sobre la vida y testimonio de Filemón. En este caso, el pensamiento llevó al agradecimiento.

William McDonald escribe acerca de Filemón: “Tenemos todas las razones para creer que era un trofeo escogido por la gracia de Dios – la clase de hombre que uno habría querido tener como amigo y hermano.”

Pablo da gracias a Dios por Filemón. Esto nos muestra: a) cuánto se dedicaba Pablo a sus colaboradores. Pensaba en ellos, los llevaba en el corazón, y presentaba sus vidas delante del Señor. Por algunos tenía algunas preocupaciones, por otros tenía que lamentarse, y de uno hasta tuvo que decir que nuevamente estaba amando a este mundo; pero, por la vida de Filemón podía agradecer, alabar y glorificar a Dios. Y vemos: b) cómo Pablo se alegraba de los adelantos que otros cristianos hacían en la obra del Señor, de su entrega a Jesús y de saber que estaban en el buen camino.

Tres preguntas para hacernos personalmente

1. ¿Somos de los que nos alegramos por los demás, de modo que podamos alabar a Dios por ellos?

2. ¿Somos de los que se interesan realmente por el estado de los demás y los llevan en su corazón?

3. ¿Somos de los que cuando otros piensan acerca de nosotros, pueden alabar y agradecer al Señor por nuestra persona?

Enfoquémonos ahora en la práctica

Versículo 5:“…porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos…”

De las características de un cristiano genuino, debe formar parte no sólo el conocimiento teórico, sino también la práctica, la acción. Y éste era el caso de Filemón.

Cuando Pablo recuerda el amor y la fe de Filemón, puede agradecer de todo corazón al Señor por eso. La fe de Filemón en el Señor Jesucristo llevó fruto. Eso se demuestra en que amaba a sus hermanos de tal modo, que ese amor se divulgaba. El testimonio de su amor llegó hasta Roma. Filemón era una persona que irradiaba fe y practicaba el amor. Cuando se lo mencionaba, entonces se mencionaba también lo que él era: Un creyente que, en su entrega, reflejaba a Jesús.

No era cualquier fe la que distinguía a Filemón, sino la fe en Jesucristo, y no era cualquier amor el que lo caracterizaba, sino el amor a todos los santos. No hacía ninguna distinción entre los hermanos. No conocía el desprecio ni el mal humor, y los amaba a todos por igual.

Lo llamativo, en este caso, es que Pablo antepone el amor a la fe. En otras cartas menciona primero la fe y después el amor, como por ejemplo en Efesios 1:15:“habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos”, o en Colosenses 1:3-4:“Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos.”Esto, en realidad, sería mucho más lógico, porque antes de que uno pueda amar debe estar presente la fe en Jesús.

En este caso le place al Espíritu Santo colocar el amor de Filemón en primer lugar, porque a través del mismo se demuestra su fe. Esto nos permite reconocer que Filemón fue un hombre muy práctico, en cuyas obras se podía reconocer su fe. Su amor se podía ver, sentir y experimentar. Y, a través de esto, se podía reconocer que este hombre creía profundamente en Jesucristo.

En este momento podemos recordar a nuestro Señor Jesús, acerca del cual Lucas escribió:“En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar”. ¿No tenemos que reconocer que a veces sí testificamos de nuestra fe y ponemos nuestro conocimiento sobre el candelero, pero que, de hecho, en nuestra vida falta la expresión práctica de la misma? En muchos casos, entre la teoría y la práctica hay un abismo tan grande, que nuestras obras no se hacen visibles porque casi no están presentes. Deberíamos tomar esta carta a Filemón muy personalmente y amar en la práctica a“todos los santos”, para que a través de esto nuestra fe sea confirmada y reconocida.

Sigamos querido amigo con el Versículo 6:“…para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.”

Aquí podemos ver la Fe que se comparte

Como parte de las características de un cristiano genuino, no sólo es necesaria la fe personal sino también la fe que se comparte, la “participación de la fe” – o sea, una fe provechosa a la comunidad. De esta participación de la fe, forma parte el conocimiento y la eficacia“de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.”Tratemos de mantener la mirada en Cristo Jesús, pues Él es la motivación y la meta que hace que la fe sea eficaz.

La participación de una fe eficaz, se puede reconocer cuando somos amables como Jesús lo fue; cuando ofrecemos ayuda práctica tal como Jesús lo hacía; cuando amamos y honramos a los demás igual que Jesús; cuando consolamos, animamos, visitamos y somos hospitalarios así como Jesús lo fue, y cuando nos perdonamos y aceptamos tal como nuestro Señor lo hizo. Es importante imitar el ejemplo de Filemón, que no rechazó a un esclavo prófugo. ¡Debería dominarnos ese mismo amor!

El versículo 6 nos hace un llamado a todos nosotros a “… que la participación de la fe sea eficaz”, y a que no nos quedemos atascados en el mero conocimiento y la teoría de la fe. – ¡La fe tiene que demostrarse!

La fe, entonces, es eficaz por Jesús. Sí, en efecto, sólo podemos participarla a otros en la medida en que dependamos de Él, y nos dejemos llenar de Su Espíritu. Por lo tanto, deberíamos poner nuestra mirada nuevamente en todo el bien que tenemos en Jesús, y participarlo o compartirlo prácticamente con los hermanos, y de esta manera devolverlo al Señor, de manera que Él sea honrado y glorificado.

“… por Cristo Jesús…”.La Biblia de las Américas, en una nota al margen, acota que el original dice:“… hacia Cristo Jesús…”. Esto nos muestra que debemos vivir toda nuestra vida a partir de Jesús y hacia Jesús, como está escrito en Romanos 11:36:“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”Deberíamos preguntarnos si nuestra fe realmente es eficaz y cómo, o de qué manera, contribuye a la comunión.

Hasta el próximo programa.

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