¿Qué pasa en tu corazón cuando escuchas de Dios?
21 febrero, 2008
Enoc 2/17
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Titulo: “Enoc”1/6 primera parte
  


Autor: EstebanBeitze
Nº: PE1212

Enoc fue un hombre que:

  • Caminó con Dios
  • Vivía en santidad
  • Se mantuvo firme
  • Era guiado por Dios
  • Se destacó por su fe
  • Trascendió por su testimonio
  • La humildad era una de sus características
  • Servía a Dios
  • Fue arrebatado
  • Y: Enoc, una anticipación profética

Uno por uno estudiaremos estas características

 


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“Enoc” 1/6 primera parte

Estimado amigo, nuestra historia comienza, donde terminó la historia para muchos otros: en un cementerio. Al caminar entre las lápidas vemos las inscripciones que con letras adornadas dejan registro a la posteridad de fechas de nacimiento, edad de fallecimiento, el número de hijos que sobrevivió por un tiempo a sus progenitores….

Nos encontramos en Génesis capítulo 5. Es un capítulo muchas veces pasado por alto por ser una genealogía. Allí en la lista de los descendientes de Adán hasta Noé, todo es igual, monótono, triste: “vivió… engendró… y murió”. Parece el paseo por un cementerio. Todo está marcado por la muerte.

En lo personal, cuando paso por algún cementerio, siempre me llama la atención los epitafios que los familiares graban en las lápidas de sus seres amados fallecidos. Busco descifrar aspectos de sus vidas por medio de las pocas palabras inscritas en estos lugares. Generalmente sólo son nombres acompañados de fechas de nacimiento y muerte. Algunos dan testimonio de una vida larga, y en otros veo que la vida ha sido muy corta. En unos hay palabras de cariño, en otros simplemente el nombre a secas. Sólo en muy pocas tumbas se ve un rayo de esperanza en cuanto a la seguridad eterna del fallecido.

Lo mismo sucede en este capítulo. Todas las inscripciones son iguales. Allí está el relato de su nacimiento, la edad que tuvo al tener el primer hijo, que tuvo hijos e hijas y la edad de su muerte. Para colmo, la gente en ese entonces vivía casi mil años (la edad promedio fue de 912 años, sin contar a Enoc que no murió). La Biblia no destaca a ninguno por algo en especial. Lo único que sabemos es que vivieron, se reprodujeron y murieron. Vidas tan largas, pero sin trascender, este es el denominador común.

Pero en medio de esta triste realidad se ve brillar una luz. Parece una perla de inmenso valor en las profundidades oscuras de la época. Esta perla es Enoc. La biografía de Enoc es una de las más cortas de la Biblia. Fue la séptima generación desde Adán y el bisabuelo de Noé. Su vida se encuentra relatada en las primeras páginas de las Escrituras. Aunque su biografía sea corta, contiene profundas enseñanzas que podemos y debemos aplicar a nuestra vida en la actualidad.

Mi oración y anhelo es que Enoc se convierta en un ejemplo al cual queramos imitar en nuestra carrera cristiana.

La vida de Enoc se nos relata de la siguiente forma:

“Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (Gn.5:21-24).

Este corto pasaje es la biografía de Enoc. Pero existen otros pasajes en la Biblia que también nos hablan de Enoc. Como sabemos que toda la Escritura es inspirada por Dios, añadiremos éstos para completar el panorama de la vida de este gran hombre de Dios:

“Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios” (He.11:5).

“De estos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de los pecadores impíos han hablado contra él. Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Jud.14-16).

Esto es todo lo que conocemos de la vida de Enoc. En estos pasajes podremos observar varias características que deberían encontrarse también en un hijo de Dios y fiel cristiano:

Enoc fue un hombre que:

Caminó con Dios

Vivía en santidad

Se mantuvo firme

Era guiado por Dios

Se destacó por su fe

Trascendió por su testimonio

La humildad era una de sus características

Servía a Dios

Fue arrebatado

Y por último veremos:

Enoc, una anticipación profética

Iremos analizando estas características una por una, poniendo el énfasis en la aplicación para nosotros y nuestra época.

En primero lugar estudiamos como “Enoc caminó con Dios”.

“Y caminó Enoc con Dios”. El verbo “caminar” en este lugar significa literalmente “anduvo” con Dios, esto es, vivió con Dios, o como lo dice la Nueva Versión Internacional (NVI): “Enoc anduvo fielmente con Dios…”. Esta frase incluye diferentes conceptos, implica una variedad de aspectos que iremos enumerando.

A) Un aspecto que hace trascender

“Y caminó Enoc con Dios”. Este caminar con Dios es descrito como una acción bien normal, como si fuera lo más natural del mundo. Pero justamente, este hecho fue el que lo destacó de la sociedad restante. Esto fue lo que lo diferenció de sus antepasados y sus descendientes. Ninguno de ellos sobresale. A pesar de haber estado prácticamente un milenio sobre la tierra, según la Biblia no hicieron nada que ameritara su introducción en las páginas de las Sagradas Escrituras.

Sin lugar a duda estos hombres inventaron cosas, habrán sido reconocidos por la sociedad del momento por algún acto heroico, quizás tuvieron muchas posesiones; pero todo lo hecho y logrado careció de valor eterno, de valor frente a Dios.

Nuestro mundo idolatra personas que se destacan en la música, en el deporte, en la historia, en el área militar, en la religión, en los negocios, etc. Millones son sus fanáticos. Los afiches llenan las paredes de los cuartos de los adolescentes; los monumentos adornan las plazas; fiestas o peregrinaciones interrumpen el trajín del día para conmemorar sus hechos o pensamientos, y feriados nos recuerdan las gestas o día del nacimiento o muerte del héroe nacional. Pero si se los observa desde la perspectiva divina, ¿cuánto de todo esto, que puede haber sido muy bueno y loable, queda para la eternidad?

¿No será así que para muchos que cruzaron por este mundo y fueron reconocidos por la sociedad, el veredicto final de Dios sobre ellos será un día como lo fue para el rey Belsasar? A él Dios le envió el mensaje: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto” (Dn.5:27). Para este hombre, estas palabras significaron el juicio de Dios, pues aquella misma noche murió. En otra historia relatada por Jesucristo mismo, había un hombre muy rico. Sus negocios habían dado buenos resultados. Tuvo que ampliar sus bodegas para dar cabida a toda su producción. Luego se dijo a sí mismo parafraseando un poco, como lo dirían muchos hoy en día: “¡Hombre, que buen trabajo has hecho, qué rico que eres! Ahora, descansa, disfruta la vida, date todos los gustos”. Pero en esta misma noche le llega la voz de Dios diciendo: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma (iba a morir); y lo que has provisto, ¿de quién será?” (Lc.12:20). Y la conclusión del Señor es: “Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios” (v.21).

Hoy en día muchos viven “la vida loca” como lo enfatiza un conocido cantante. En otras palabras, hay que disfrutar la vida, hay que darse todos los gustos, esto obviamente incluye el egoísmo y seguir deseos pecaminosos. Y aún si lo que seguimos fuera muy válido como procurar prosperar en la vida, pero si esto se hace en la independencia de Dios, carecerá completamente de valor. Llegará un momento cuando nuestras obras serán puestas en la justa y exacta balanza de Dios, y entonces ¿cuál será el veredicto? ¿Será un “fuiste hallado falto”?

Querido amigo, ¿cuáles son los valores de tu vida? ¿No serán tan pasajeros como nuestra propia vida? Si quieres que tu vida trascienda por la eternidad, tienes que buscar otros valores. El hecho que diferenció a Enoc del resto de la gente de su época; la acción que hizo posible que su nombre sea reconocido positivamente en la actualidad aunque viviera hace unos 5000 años es: “Y caminó Enoc con Dios”. El caminar con Dios, es lo que le da valor a una vida, más aún, recién le dará el sentido a la vida. Es el valor que permanecerá aún cuando el mundo y todas las obras hechas por el hombre hayan desaparecido.

¡Camina con Dios, y todo lo que hagas en tu vida, tendrá valor eterno!

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