«Emaús – Un Encuentro Que Aún Está Pendiente» (3 de 4)

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Título:   Emaús – Un encuentro que aún está pendiente (3 de 4)

Autor:   Norbert Lieth
PE1371

Una vez más nos encontramos frente de la inspiración divina de la Biblia, al ver que el Antiguo y el Nuevo Testamento siempre engranan perfectamente el uno con el otro. El crucificado, sepultado, resucitado y ascendido Señor Jesucristo y Su regreso están inseparablemente ligados con los acontecimientos antiguo-testamentarios, como también con los actuales, en y alrededor de Israel.


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Estimado amigo, al comienzo de este estudio bíblico hemos destacado que una vez más nos encontramos frente al milagro de la inspiración divina de la Biblia, al ver que el Antiguo y el Nuevo Testamento siempre engranan perfectamente el uno con el otro. El crucificado, sepultado, resucitado y ascendido Señor Jesucristo y Su regreso están inseparablemente ligados con los acontecimientos antiguo-testamentarios, como también con los actuales, en y alrededor de Israel.

¿Será que es coincidencia que las palabras de Lucas 24:29: «Pero ellos le insistieron diciendo: — Quédate con nosotros, porque es tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, para quedarse con ellos», estén tan de acuerdo con Jeremías 6:3-5: «Hacia ella vienen los pastores con sus rebaños. Alrededor de ella ponen sus tiendas; cada cual apacienta en su lugar. ¡Haced guerra santa contra ella! ¡Levantaos y subamos a mediodía! ¡Ay de nosotros, porque el día va declinando, y se extienden las sombras del anochecer! ¡Levantaos, subamos de noche y destruyamos sus palacios!» Según la voluntad de los enemigos, Israel debe ser erradicada. Israel, sin embargo, orará en ese tiempo: «¡Señor, quédate con nosotros!»

El círculo, alrededor de Israel, se cierra más y más, y el lazo del odio de las naciones se está ajustando, cada vez más, alrededor de este pueblo. Así, durante una reciente conferencia árabe, se tomó la decisión de unirse para boicotear a Israel. Israel es el centro de todos los intereses políticos, religiosos y espirituales. En Zacarías 12 dice el Señor en forma muy significativa: 

– «He aquí, yo haré de Jerusalén una copa de vértigo para todos los pueblos de alrededor» (v. 2).

– «Sucederá en aquel día que yo haré de Jerusalén una piedra pesada para todos los pueblos; todos los que la levanten, de hecho, quedarán lacerados. Y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella» (v. 3).

Primero, Jerusalén se convertirá en copa de vértigo para todos los pueblos a su alrededor — o sea, los países árabes. A través de esto, sin embargo, finalmente, todas las otras naciones se verán involucradas en este conflicto. Es más, sentimos como vivimos en medio de todo esto. En relación a este tema, un párrafo de una entrevista con el Presidente del Estado Egipcio, Hosni Mubarak, publicada en el periódico «The Jerusalem Report»: 

Pregunta: Presidente Mubarak, ¿habrá guerra en la región?

Respuesta: …No es una cuestión de guerra, sino de terror, el cual será diez veces peor que todo lo que hemos visto hasta ahora. Embajadas, aviones, diplomáticos, prácticamente se ofrecen a sí mismos como blancos. Aquí hay un odio incontrolable, es terrible.

 

¿No lo vivimos hoy en día, estimado oyente? Y tarde o temprano se llegará a una «Guerra Santa», una expresión que conocemos demasiado bien. Este conflicto armado ocurrirá en medio de un tiempo de paz. Por medio del profeta Jeremías, Dios el Señor dice, en este contexto: «Y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: Paz, paz. ¡Pero no hay paz!» (Jer. 6:14, vea también 1 Tes.5:3). La palabra «paz», en y alrededor de Israel, se está pronunciando más fuertemente que nunca, sin embargo ya se puede ver que la noche se va aproximando.

Vemos que todo el mundo está siendo involucrado en la pelea que tienen los árabes con los israelíes. El lazo, alrededor del cuello de Israel, se está cerrando más y más. ¡Llegará hasta la guerra contra el pueblo judío! En cuanto a esto, nuevamente Jeremías 6:3-5 donde está escrito en cuanto a Israel: «Hacia ella vienen los pastores con sus rebaños. Alrededor de ella ponen sus tiendas; cada cual apacienta en su lugar. ¡Haced guerra santa contra ella! ¡Levantaos y subamos a mediodía! ¡Ay de nosotros, porque el día va declinando, y se extienden las sombras del anochecer! ¡Levantaos, subamos de noche y destruyamos sus palacios!» En este tiempo de sufrimiento los 144.000 israelíes clamarán al Señor y le pedirán: «Quédate con nosotros, porque es tarde, y el día ya ha declinado.»

Las naciones, en nuestros días, son probadas por medio de Israel. Porque ellas no toman en serio a Dios y a Su Palabra, e insisten en la entrega de tierras: «¡Tierras por paz!» Por eso el Eterno tiene que hacer juicio contra ellas: «He aquí que en aquellos días y en aquel tiempo, cuando yo restaure de la cautividad a Judá y a Jerusalén, reuniré a todas las naciones y las haré descender al valle de Josafat. Allí entraré en juicio contra ellas a causa de mi pueblo, de Israel mi heredad, al cual esparcieron entre las naciones, y luego se repartieron mi tierra» (Joel 3:1-2).

¿Cuándo cambió la suerte de los judíos dispersos? Con la fundación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948. ¿Y cuándo cambió la suerte de Jerusalén? El 7 de junio de 1967, con la conquista de la ciudad por el ejército israelí. Por lo tanto, hoy nos encontramos en el tiempo cuando todas las naciones se pondrán contra Israel. Está oscureciendo sobre Israel y la noche viene. A esto se refiere, proféticamente, Pablo cuando dice: «Porque vosotros mismos sabéis perfectamente bien que el día del Señor vendrá como ladrón de noche. Cuando digan: Paz y seguridad» (no cuando haya paz y seguridad, sino cuando todo el mundo hable de paz y seguridad), «entonces vendrá la destrucción de repente sobre ellos» (es decir la noche), «como vienen los dolores sobre la mujer que da a luz; y de ninguna manera escaparán» (1 Tes. 5:2-3).

¿Quiénes son estos «ellos»? Pablo aquí no habla de la Iglesia (cuando lo hace dice «vosotros»), sino de Israel y de las naciones. Vea también Joel 2:1-2 y Amós 5:18b.

Esa noche, sin embargo, anuncia la mañana del regreso de Jesucristo, como ya lo indicó Isaías: «Profecía acerca de Edom: Me dan voces desde Seir, diciendo: — Guardia, ¿qué hay de la noche? Guardia, ¿qué hay de la noche? El guardia responde: — La mañana viene, y también la noche. Si queréis preguntar, preguntad. «Volved a venir» (Is. 21:11-12).

El amanecer de la nueva mañana por el regreso del Señor será la hora nocturna más oscura para Israel: «La mañana viene, y también la noche.» En esta noche se levantarán los 144.000 sellados de Israel y orarán, y «regresarán a Jerusalén» para proclamar lo que ellos han experimentado con el Señor.

Estimado oyente, la palabra profética que nos es dada y los acontecimientos actuales dejan demasiado claro que el Señor vendrá pronto para encontrarse con Su Iglesia. Refiriéndose a esto, dice en 1 Tesalonicenses 4:17: «Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.» El significado de esto sobrepasa nuestra imaginación.

Si las señales del tiempo ya nos anuncian la llegada de la noche, entonces, debemos saber también que la Iglesia será arrebatada antes de la noche. ¿De dónde obtenemos tales conocimientos? Del contexto de las Sagradas Escrituras. En conexión con 1 Tesalonicenses 4:16-18, las palabras de Pablo en cuanto al arrebatamiento, el apóstol habla de la noche de la gran tribulación y la venida de Jesús en gran poder y gloria, es decir, sobre el «Día del Señor».

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