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El Universo Nuevo
(1ª parte)

Autor: René Malgo

 En Apocalipsis 21:1 dice así: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”. Nuestra meta final no es el cielo actual, a donde iremos cuando muramos, sino un universo nuevo. Eso es lo que añora la creación con vehemencia. Escuchemos más acerca de este apasionante tema!

 


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PE1943 – Estudio Bíblico
El Universo Nuevo (1ª parte)



Queridos amigos oyentes, este mensaje está basado en Apocalipsis 21 y 22. En estos capítulos se nos habla de: El universo nuevo.Distintos pasajes de la Biblia nos hablande esto, por ejemplo Is. 65:17: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”.2 P. 3:13: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia”. Y Ap. 21:1: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar yano existía más”.

Los dos primeros capítulos de la Biblia describen cómo Dios creó el universo, y el primero comienza con las palabras:“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.El punto neurálgico fue el Edén, con el“árbol de la vida”(mencionado en Gn. 2:9), donde Dios mismo tuvo comunión directa con los seres humanos creados por Él (como vemos en Gn. 3:8). Ése fue, en todo el sentido de la palabra, el paraíso en la tierra. – Ése fue el comienzo.

¿Cuál será el fin? Los dos últimos capítulos de la Biblia describen cómo Dios va a crear un nuevo universo, y el penúltimo comienza con las palabras:“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”. Entonces, la nueva Jerusalén con el“árbol de la vida”(que se menciona en Ap. 22:2)también será el punto central, donde Dios mismo tendrá comunión directa con las personas que fueron salvas por Él (como vemos en Ap. 21:3 y 4). Ése será el paraíso en la tierra, en todo el sentido de la palabra.

La Biblia comienza con el paraíso y terminacon el paraíso. La Biblia comienza con la creación del cielo y de la tierra, ytermina con la creación de un nuevo cielo y una nueva tierra.

Ya en el tercer capítulo de la Biblia,leemos que el paraíso se perdió, porque Adán, el primer hombre, pecó. A través de él, la humanidad fue excluida del paraíso, del árbol de la vida y de la comunión directa con Dios (con relación a esto, podemos leer Gn. 3; y Ro. 5:12al 21). Pero, en los capítulos tras antepenúltimo y antepenúltimo de la Biblia,vemos cómo el último hombre, Jesucristo, juzgará a los pecadores y al que causael pecado, y restaurará el paraíso. Por medio de Él, la humanidad nuevamente volverá a tener acceso al paraíso, al árbol de la vida y a la comunión directa con Dios (de esto leemos en Ap. 19 y 20).

Vemos en Gn. 3:17, que desde el primer pecado, la creación se encuentra bajo maldición. El apóstol Pablo reveló, enRo. 8:19, que“el anhelo ardiente”  de la creación actual es“el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”. Y en el vers.22, Él dice: “que toda la creación gime a una, y a una está con dolores departo hasta ahora”. La creación maldecida espera, con anhelo, ser finalmente liberada de la influencia nociva del pecado y ser gobernada por los hijos de Dios (así leemos en Ro. 8:20 al 21). Se encuentra en dolores de parto y espera su nuevo nacimiento “cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria…” (como dice Mt. 19:28). Espera el momento cuando “el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo” (nos dice Dn. 2:44). Encontramos la descripción del cumplimiento definitivo de este anhelo, en los dos últimos capítulos de la Biblia.

Se nos habla de:Una nuevacreación.El apóstol Pedro dice en su 2da. carta: “Pero nosotrosesperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales morala justicia” (cap. 3, v. 13). Nuestra meta final no es el cielo actual, a dondeiremos cuando muramos, sino un universo nuevo. Encontramos la promesacorrespondiente en el Antiguo Testamento, donde en Is. 65:17 el Señor lepromete al profeta: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra;y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”.

Eso es lo que añora la creación con vehemencia. El cumplimiento de esa promesa aparentemente será tan grandioso,que cuando llegue, ya no nos “vendrá más al pensamiento” lo anterior. Por eso es que Pablo puede decir en Ro. 8:18 – independientemente de las peores situaciones en que pueda caer un ser humano en la actualidad – “que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

Cuando al apóstol Juan, en el Apocalipsis,se le mostró esa gloria venidera del nuevo cielo y de la nueva tierra, parece haber quedado tan impresionado, que Dios mismo le tuvo que recordar su misión: “Escribe;porque estas palabras son fieles y verdaderas”. Después de finalizar la visión sobre el nuevo universo, Dios nuevamente confirmó lo mismo: “Estas palabras son fieles y verdaderas”. Dos veces el Todopoderoso enfatiza: “Lo que digo es lo que va a suceder. Yo cumplo mis promesas. El nuevo cielo y la nueva tierra vendrán tal como Yo lo he revelado.”

Tal como Dios creó el universo en el comienzo de los tiempos, así Él creará un nuevo universo en el fin de los tiempos. Así como “el mundo de entonces” fue destruido, durante el diluvio, a través del agua, “los cielos y la tierra que existen ahora” serán destruidos por el fuego, como explica el apóstol Pedro (en 2 P. 3:6,7,10,11 y 12). Y así como el Fénix resurgió de las cenizas, de este universo quemado por el fuegos urgirá un nuevo universo. Ésa es la gloria futura que esperamos. Ése es el paraíso que añoramos.

La belleza de la vieja creación que disfrutamos actualmente, será aún más gloriosa en la nueva creación. Nosotros –y con nosotros toda la creación vieja – esperamos el paraíso, y no sólo en forma restaurada, sino nueva y mejor. Randy Alcorn lo expresa de la siguiente manera: El Edén significa la ausencia de la maldición, la nueva tierra significará la presencia de todas las bendiciones.

La gloria eterna será inimaginablemente maravillosa. Lo nuevo que Dios creará no será más aburrido, más desértico, o con menos imaginación que el universo actual. Más bien, ¡será mucho más grandioso! Cuando Dios hace algo nuevo, es mejor, mucho mejor. El nuevo pacto es mejor que el pacto antiguo. El nuevo universo es mejor que el universo antiguo. ¡Y la nueva tierra de la nueva creación será más magnífica, más variada, más hermosa, más pintoresca, más espléndida, más gloriosa, más imponente y más emocionante que la tierra que conocemos ahora!

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