El tiempo está cerca (2ª parte).
21 febrero, 2008
El tiempo está cerca (4ª parte).
21 febrero, 2008
El tiempo está cerca (2ª parte).
21 febrero, 2008
El tiempo está cerca (4ª parte).
21 febrero, 2008

Párrafo  

Autor: Norbert Lieth

Dos días = dos mil años

 1. representación profética del restablecimiento de Israel

 2. consecuencias personales:¡vivir completamente para el Señor Jesús, hasta que El venga!


Descargarlo GRATIS a su propio pc para tener o compartír con otrosPE875.mp3


 


 

El tiempo está cerca (3º parte)

Estimado amigo, en 2 Pedro 3:8 leemos: “Pero, amados, una cosa no paséis por alto: que delante del Señor un día es como mil años y mil años como un día.” El Señor no solamente hizo escribir esto por Pedro para mostrar que para con El todo es eterno. No, antes bien debemos considerar el versículo 8 en el contexto de todo el tercer capítulo de la segunda carta de Pedro, donde se habla de “los últimos días” y del regreso de Jesús, o sea del “día del Señor”: 

a) Encontramos un pasaje paralelo antiguo testamentario en Oseas 6:1-3, donde el profeta dirige de parte de Dios la siguiente exhortación al pueblo: “¡Venid y volvámonos a Jehovah! Porque él arrebató, pero nos sanará; él hirió, pero nos vendará. El nos dará vida después de dos días; al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él. Conozcamos y persistamos en conocer a Jehovah. Segura como el alba será su salida; vendrá a nosotros como la lluvia; como la lluvia tardía, regará la tierra.” ¿Qué, pues, quiso decir el profeta Oseas con: “El hirió, pero nos vendará. El nos dará vida después de dos días; al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él…”?

Seguramente no pensaba en 48 horas al decir “dos días”. No, aquí se trata de dos días de Dios, “que delante del Señor un día es como mil años y mil años como un día”. Aquí, pues, Oseas dice proféticamente que después de dos mil años, el Señor volverá a vivificar a Su pueblo Israel disperso en todo el mundo, para levantarlo luego al tercer día (= en el tercer milenio después de Cristo), “y viviremos delante de él”. Desde el año 1948 Dios se ocupa en vivificar a Su pueblo (¡solamente tres años después de la “solución final de la cuestión judía”, el 14 de mayo de 1948, se proclamó el Estado de Israel!), y también levantará completamente, o sea, restablecerá espiritualmente a Su pueblo.

b) La historia del sufrimiento de Israel se puede comparar con la historia del sufrimiento de Jesucristo. Nuestro Señor resucitó en la mañana del tercer día. Los evangelistas indicaron el tiempo de la siguiente manera: 

– “…muy de mañana…” (Lc. 24:1).

– “…muy de madrugada, siendo aún oscuro…” (Jn. 20:1).

– “Muy de mañana…apenas salido el sol” (Mr. 16:2).

Era, pues, ni día ni noche. Y esto coincide exactamente con lo que el profeta Zacarías dice respecto al regreso del Señor con poder y gran gloria sobre el Monte de los Olivos: “Será un día único, conocido por Jehovah. No será ni día ni noche” (Zac. 14:7). ¿No será la resurrección de Jesús “muy de mañana” al tercer día también una representación profética de la resurrección de Israel? Volvamos una vez más a la profecía de Oseas acerca de su pueblo, en comparación: “El nos dará vida después de dos días; al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él.” ¡Cuán maravillosamente se parece el camino del Rey de los judíos en Su resurrección al de Su pueblo Israel!

c) Encontramos otro ejemplo profético en Juan 2:1a: “Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea.” ¿Por qué fue de importancia para el Señor decir que esta boda tuvo lugar al tercer día? Porque en esto se encuentra una maravillosa profecía. ¿Qué pasó al primer día, es decir, en el primer milenio después de Cristo? En aquel entonces, el Evangelio fue llevado desde Jerusalén vía Judea y Samaria al mundo entero. ¿Y al segundo día? ¿Qué aconteció ante nuestros ojos, de manera muy precisa y destacada, en el segundo milenio después de Cristo? Lo presenciamos hoy en día: el regreso de Israel. Se está realizando, casi al final de dos mil años (al final del segundo día), desde 1948. ¿Y qué acontecerá al tercer día, es decir, en el tercer milenio después de Cristo? ¡La “boda en Caná”, o sea, el Milenio! Como el Señor Jesús transformó agua en vino en aquel entonces (Jn. 2:7-10), así transformará maldición en bendición (Is. 11:4-9). En la boda de Caná la novia solamente se menciona de paso. Así será también en el Milenio: Jesucristo será el centro absoluto.

d) Encontramos otra representación profética del restablecimiento de Israel al principio del tercer milenio después de Cristo en Exodo 19:15, donde Moisés manda a los israelitas reunidos, en vista de la aparición del Señor sobre el monte Sinaí: “Estad preparados para el tercer día…” Y así aconteció, otra vez muy de mañana al tercer día: “Aconteció al tercer día, al amanecer, que hubo truenos y relámpagos…Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehovah había descendido sobre él en medio de fuego” (v. 16a.18a).

¡Consideremos al respecto que estos pasajes bíblicos se refieren proféticamente al regreso de Jesucristo con poder y gran gloria y que el advenimiento del Señor para el arrebatamiento de Su Iglesia acontecerá por lo menos 7 años antes! ¡Verdaderamente, el tiempo está cerca!

Estimado amigo, ahora siento la carga en mi corazón de ver, junto con ustedes, la consecuencia personal de todas estas verdades que hemos visto.

Leí hace poco, en un libro que presenta algunos enfoques de la profecía bíblica, las siguientes, y sumamente importantes, líneas: 

“Los acontecimientos internacionales se acercan cada vez más a una situación parecida a la que se esperaría al ser inminente el arrebatamiento de la Iglesia de Jesús. Como las profecías con sus muchos detalles se cumplieron literalmente en la primera venida de Jesús, así se cumplirá la Palabra de Dios en relación con la segunda venida de Jesús. La exhortación práctica que resulta de esto es que los creyentes, ya que el advenimiento de Jesús es inminente, lleven su vida en armonía con las normas de Dios, que son de eterna validez.”

Si nosotros como hijos de Dios sabemos todo esto e incluso – cuando dirigimos nuestra mirada hacia Israel – podemos ver que el Señor está “restableciendo el tabernáculo de David” – compare en Hechos 15:14-17 -, entonces queda solamente una cosa para nosotros: Sometamos todas nuestras metas de vida a una meta: ¡vivir completamente para el Señor Jesús, hasta que El venga! Ya el primer hombre que fue arrebatado, Enoc, nos demostró por su vida que esto es posible, a saber: 

1. Por la fe

En Hebreos 11:5 leemos: “Por la fe Enoc fue trasladado para no ver la muerte y no fue hallado, porque Dios le había trasladado. Antes de su traslado, recibió testimonio de haber agradado a Dios.” Y Génesis 5:24 dice de él: “Caminó, pues, Enoc con Dios y desapareció, porque Dios lo llevó consigo.” Esto suena muy significativo, muy complejo y al mismo tiempo muy natural. Enoc caminó sencillamente con fe genuina con Dios. ¿No es un ejemplo amonestador para nuestra generación?

Enoc “desapareció”. Probablemente lo buscaron. Quizás antes se habían burlado de él; pero cuando de repente no se encontraba más, lo buscaron durante días o hasta semanas – pero no pudieron encontrarlo en ningún lugar. Antes de su arrebatamiento, Enoc tenía lo que también tú y yo hoy en día necesitamos: Recibió la confirmación del Espíritu de Dios, o sea, el “testimonio de haber agradado a Dios”. Si tú, querido lector, ahora te pones en silencio ante Dios y te examinas a tí mismo: ¿Tienes, en vista del arrebatamiento que tenemos por delante, el testimonio del Espíritu de que eres un hijo de Dios – que tu vida está en armonía con el Señor – que estás en el ferviente primer amor hacia Jesús – que verdaderamente caminas con el Señor? ¿O será que oyes decir a tu conciencia despertada por el Espíritu Santo: “No, algo con tu vida anda mal. Actualmente no estás caminando con Dios, sino con el mundo y sus deseos. ¡Tu vida en el momento gira solamente alrededor de ti mismo, no alrededor del Señor!”? Si es así, entonces no estás listo para el arrebatamiento.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo