El restablecimiento de Israel en el reino mesiánico (parte 3).

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21 febrero, 2008
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Titulo: “El restablecimiento de Israel en el reino mesiánico” (parte 3).

Autor: Norbert Lieth
  Nº: PE871
Locutor: Gerardo Rodríguez

Tres cosas intercederán por la futura redención de Israel y por la seguridad de salvación de los creyentes del nuevo pacto. Estas tienen mayor peso que cualquier acusación.

1. La elección

2. El tizón arrebatado del incendio

3. El socorro de Jesús


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«El restablecimiento de Israel en el reino mesiánico» (parte 3).

Estimado amigo, hemos escuchado nuevamente la lectura bíblica de Zacarías 3:3 a 10. En el último programa hemos escuchado que tres cosas intercederán por la futura redención de Israel y por la seguridad de salvación de los creyentes del nuevo pacto.

1. La elección

Existe algo contra lo cual cualquier acusación de Satanás y cualquier acusación propia se estrellará: la elección soberana de Dios.

«Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra.'' (Deuteronomio 14:2).

2. El tizón arrebatado del incendio

«¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?'' (Zacarías 3:2). El fuego es imagen del juicio. Todo lo que es arrebatado del fuego, también es arrebatado del juicio. ¿Dónde y cómo fue arrebatada Israel – sí, cada persona – del fuego del juicio? En la cruz del Gólgota, en la que Jesús murió en nuestro lugar. El fuego del juicio divino pasó por encima del tizón del Gólgota y por encima de aquél que colgaba en él, para que fuéramos arrebatados de este juicio. Para la Iglesia de Cristo esto ya es una realidad, para Israel aún se tiene que concretar.

3. El socorro de Jesús

El socorro de Jesús es la garantía para la justicia y santidad de Israel, así como también de la Iglesia. La mitra limpia del sumo sacerdote simboliza la santidad («santos del Señor'') y las ropas limpias la justicia. Ambas sólo se alcanzan a través de Jesús.

Cuando el hijo pródigo regresó a casa, el padre ordenó: «Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies'' (Lucas 15:22). Llegará el día en el cual se cumpla Isaías 61:10: «En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.'' Pero, nosotros también podemos alcanzar la paz por medio de aquel que ascendió para estar a la diestra de Dios e intercede como sumo sacerdote, por nosotros, ante el Padre. Si Jesucristo es el socorro personal, no hay acusación que nos pueda apartar de Dios. La garantía del futuro de Israel consiste en la persona de Jesús, en lo que Él es.

Israel es un pueblo milagroso porque es el pueblo del Dios milagroso, pues sólo Dios puede hacer milagros. Toda la historia de Israel es una historia de milagros. Usted también es un «hijo milagroso'' y la Iglesia de Cristo es una «Iglesia milagrosa''. En este momento me viene a la memoria un suceso relatado en Jueces 13, versículo 19: «Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer.'' Dios hace cosas maravillosas en todos los sentidos, y nosotros no podemos hacer otra cosa que observar y sorprendernos. El milagro de Israel consiste en el siervo, el renuevo y la piedra con los siete ojos.

Jesús es el siervo de Dios que realizó la voluntad del Padre. Se rebajó y se hizo siervo, y hasta llevó su propia cruz. El profeta Isaías lo describe: «He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oir en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley'' (Isaías 42:1-4).

Jesús es el renuevo del Señor y el retoño de la casa de David que habrá de volver a establecer el reino de David (Isaías 11:1). Israel traerá frutos en y a través de él: «En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel. Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes'' (Isaías 4:2-3).

Pero, Jesús también es la piedra que los edificadores desecharon en aquella época. Esta piedra se volvió la cabeza del ángulo (Salmo 118:22). ¡En el final de los tiempos esta cabeza del ángulo se convertirá en la salvación de Israel! El inamovible fundamento de nuestra bienaventuranza fue colocado en el Gólgota: «… sobre esta roca edificaré mi iglesia…'' Además podemos leer en las Escrituras: «… He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado'' (1 Pedro 2:6). Jesús también es la roca de Daniel capítulo 2, la cual al final de los tiempos ha de descender del cielo hacia la tierra, destruyendo los imperios mundiales y convirtiéndose en un monte que habrá de llenar toda la tierra. Jesús es la piedra primera de la salvación para Israel: «Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella'' (Zacarías 4:7).

Esta piedra tiene siete ojos: «Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos'' (versículo 9). Estos siete ojos hacen alusión a la omnipotencia, omnisciencia y divinidad de Jesucristo, el Mesías de Israel, pues nada escapa a su conocimiento: «Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra'' (Apocalipsis 5:6, compare también con 1:4; 3:1; 4:5). En Jesús vive la llenura del Espíritu de Dios. Él observa todo el mundo y mira cómo se están comportando las naciones con respecto a Israel: «Y ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta'' (Zacarías 1:11).

Pero, también en la epístola a los Hebreos podemos leer: «Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas z abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.» (4:13)

La porción que habla acerca del restablecimiento de Israel como pueblo real entre las naciones culmina con: «… yo … quitaré el pecado de la tierra en un día.En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera'' (Zacarías 3:9-10).

En un solo día, en el día del regreso de Jesús, todo esto se hará realidad (Isaías 66:8). En el reino milenial de Cristo, Israel brillará como «vid'' y Jerusalén lo hará como «higuera''.

1 Comment

  1. José Moreno dice:

    Me gusto el estudio bíblico, gracias desde Bogotá Colombia

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