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Titulo: “El restablecimiento de Israel en el reino mesiánico” (parte 1).

Autor: Norbert Lieth
  Nº: PE869
Locutor: Gerardo Rodríguez

El gran opositor de la historia de la salvación divina es Satanás. Él quiere impedir por todos los medios el restablecimiento de Israel y la venida del reino mesiánico. Dios quiere sanar y salvar, Satanás quiere herir y aniquilar.

¿Cómo podemos combatir estas acusaciones del enemigo y las que nosotros mismos nos hacemos?

Tal como está escrito: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte'' (Apocalipsis 12:11).


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“El restablecimiento de Israel en el reino mesiánico” (parte 1).

Estimado amigo, para comenzar a tratar el tema “El restablecimiento de Israel en el reino mesiánico”, quiero, en primer lugar, leer Zacarías 3:1-10: “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie. Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar. Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo. Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera.''

Dios le ha prometido a Su pueblo volver a restablecerlo como pueblo de Su propiedad. En el futuro habrá de ser un pueblo santo, sacerdotal y real en medio de esta tierra: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel'' (Éxodo 19:5-6). Lo mismo también se le dice al sacerdote Josué, como representante del pueblo, en nuestro texto introductoria (versículos 6-7). Tal como se puede ver en los versículos 1 y 2, se equipara a Josué con Jerusalén. Israel, con su capital Jerusalén, ha de convertirse en un pueblo real cuando se establezca el reino mesiánico. La manera en la que acontecerá esto se describe en el libro del profeta Zacarías, en el

Capítulo 3.

El despliegue del verdadero enemigo de Israel

El gran opositor de la historia de salvación divina es Satanás. Él quiere impedir por todos los medios el restablecimiento de Israel y la venida del reino mesiánico. Dios quiere sanar y salvar, Satanás quiere herir y aniquilar. Él es quien continuamente acusa, persigue y hasta intenta destruir a Israel y a los creyentes de la Iglesia de Cristo. En la Biblia, Satanás es denominado el “dios de este siglo'', quien obra a través de los “hijos de desobediencia''. Él controla a los pueblos para impedir que la obra de Dios en Israel y en la Iglesia se lleve a cabo. Su meta declarada es destruir a Israel. Tal como ya se ha informado reiteradas veces en los medios de comunicación, Israel ni siquiera aparece en los mapas palestinos: 

(…) “Las Naciones Unidas fomentan los mapas palestinos sin Israel

La oficina de turismo de los territorios autónomos de Gaza elaboró, con el apoyo económico de las Naciones Unidas, un mapa turístico de la Tierra Santa. En éste, se ignora completamente al Estado de Israel.

(…) El experto en medios de información, Itamar Marcus, expresó que es algo común que entre los palestinos se ignore al Estado de Israel en sus mapas. Todos los mapas utilizados en las escuelas y centros de capacitación palestinos transmiten un mensaje inconfundible: “Israel no existe.''''

Cuando el Señor muestra que Israel se asemeja a un tizón que ha sido arrebatado del fuego, tenemos ante nuestros ojos el largo período de sufrimiento del pueblo de Dios ocasionado por Satanás. Ya desde Egipto, el Señor rescató a Su pueblo como tizón arrebatado al fuego. De la misma manera, también lo rescató de los cuatro imperios mundiales y más tarde, después de la dispersión mundial, de innumerables pogromos e inquisiciones y, no por último, del fuego del holocausto. El Salmo 66:12 habla acerca de estos períodos de sufrimiento y la salvación que el Señor proveyó: “Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia.'' Isaías 43:2 también habla al respecto: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.''

En los tiempos finales volverá a haber una tremenda disputa entre el Señor y el dragón que vomita fuego (Satanás), en la cual Satanás habrá de ser arrojado a la tierra. Inmediatamente después, comenzará a perseguir a Israel, esto según Apocalipsis 12:7-17. Pero, el Señor intervendrá en el momento correcto para volver a arrebatar a Israel como un tizón del fuego de la destrucción, y su pueblo del pacto alcanzará definitivamente la redención la paz y el sosiego. Esta lucha se trata justamente de aquello que, proféticamente, se anunciara en Zacarías: “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche'' (Apocalipsis 12:10). Israel es acusada constantemente por este mundo (por los medios de prensa, los políticos y “el hombre de la calle''), pues el mundo entero es utilizado por Satanás como arma contra el pueblo de Dios. Cuántas resoluciones de la ONU se dirigieron en forma acusadora contra Israel y llevaron a una condenación. Dentro de las naciones que con mayor vehemencia acusaron al pueblo judío están las naciones árabes. Pero ya en el reino nacional-socialista el pueblo judío fue acusado y condenado por todo lo posible y hasta por lo imposible. Ya desde antes, desde la Edad Media, el pueblo judío fue difamado e inculpado por asesinatos rituales y envenenamiento de los pozos de agua. Las naciones ni se imaginan que son una herramienta en manos de Satanás y que son manipuladas por él.

La Iglesia de Cristo tiene el mismo oponente que Israel. Los cristianos una y otra vez vuelven a ser acusados. Se los culpa de hipocresía; son rebajados e insultados, y en vastos lugares de la tierra hasta son perseguidos.

Muchas veces también oímos en nuestros propios corazones la voz del acusador contra nosotros. ¡En esencia no somos mejores que otros, pero tenemos algo mejor! Muchas veces fracasamos y, por eso, tenemos motivo suficiente para estar desconformes con nuestra propia vida. ¡Pero aún así! Escrito está: “Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros'' (Romanos 8:33-34). ¡No estamos parados ante Dios por nuestra propia justicia, sino por la justicia de Jesús!

¿Cómo podemos combatir estas acusaciones del enemigo y las que nosotros mismos nos hacemos?

No podremos vencer estas acusaciones del enemigo ignorándolas ni tampoco desesperando, sino tal como está escrito: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte'' (Apocalipsis 12:11).

Venceremos cualquier tipo de acusación del enemigo contra nosotros

· A través de la sangre de Jesús que ha sido vertida para perdonar

· A través de la Palabra de Dios y sus promesas

· Al colocar nuestra vida conscientemente en las manos de Jesús.

Debemos aprender a dejar que el Señor interceda por nosotros. Si el enemigo nos acusa, debemos aceptar nuestro fracaso, pero también debemos aferrarnos a las promesas de Dios: “¡Sí, he pecado, fracasé, pero de todo corazón me he arrepentido y recibí el perdón por la sangre del Señor Jesús. Él es mi sumo sacerdote!''

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