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El Paganismo Moderno 
(1ª parte)

Autor: Wilfred J. Hahn

  Nuestra sociedad actual está demasiado informada como para adorar cosas muertas, ¿o no? Veremos que la idolatría en la actualidad está más avanzada y es más ingeniosa que nunca antes. Pero, si hay tanta idolatría en el mundo, ¿dónde se puede encontrar a los paganos, entonces? Para desentrañar ésta y otras preguntas, ¡escuchemos este mensaje!


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PE1988 – Estudio Bíblico  – El Paganismo Moderno



Estimados amigos oyentes: Ya no existe la idolatría. Nuestra sociedad actual está demasiado informada como para adorar cosas muertas… ¿O no?

De hecho, nuestras culturas modernas adoran ídolos de madera y de piedra. En realidad, la idolatría en la actualidad está más avanzada y es más ingeniosa que nunca antes. La idolatría descrita en la Biblia, generalmente, tiene que ver con los paganos. Si hay tanta idolatría en el mundo, ¿dónde se puede encontrar a los paganos, entonces?

Seguramente el hombre moderno se ha desarrollado a un nivel mucho más racional e informado que los paganos de la antigüedad. Tendríamos que esforzarnos mucho para considerar a nuestra sociedad como profundamente pagana. ¿No es verdad que un pagano es un nativo salvaje, con taparrabos, que anda por la selva adorando al sol? La realidad, sin embargo, es que en el mundo de hoy hay paganos que son mucho más paganos y más arrogantes que aquellos que uno puede encontrar en la jungla. Para poder conseguir respuestas auténticas y una perspectiva correcta, lo mejor es ir a la Biblia.

Los paleontólogos hablan de los más diversos hombres primitivos que, supuestamente, eran los antepasados de los que hoy somos los modernos homo sapiens. El proceso de evolución del cual forman parte, supuestamente tuvo lugar hace muchos millones de años. Por supuesto que, independientemente de la interpretación literal de la Biblia, sabemos que toda esta área sigue siendo altamente fantasiosa y especulativa. Ya ahora existe una larga lista de temas, en los cuales la Biblia ha triunfado sobre el escepticismo científico – ya sea que se trate de asuntos históricos, físicos, u otros. La Biblia entera ha demostrado ser cierta. Hasta la fecha, muchas afirmaciones bíblicas ya se han cumplido o han demostrado ser cien por ciento ciertas. De ahí que se necesite poca fe para darse cuenta que las demás declaraciones de la Biblia, contra las cuales la ciencia sigue argumentando, también harán necesaria una revisión de la ciencia en algún momento. Esta perogrullada se aplica a la ciencia y, por eso, también a la teoría de la evolución. En lo que respecta a la evolución, la Biblia no menciona ningún tipo diferente de seres humanos y prehumanos, o algún tipo de niveles de evolución del ser humano. Es sencillamente cierto que no existe ningún tipo de pruebas para la teoría de la evolución. La misma sigue siendo una religión. Tampoco existe una diferencia entre la gente de la antigüedad y la gente de ahora. Las características fundamentales del ser humano, tanto en lo físico como también en lo intelectual, no han cambiado en lo más mínimo.

En cuanto a la descendencia del ser humano, la Biblia sólo hace una única diferencia: la diferencia entre judíos y gentiles. Aun así, hace una diferenciación aún más amplia: entre paganos y justos. Aquí vemos la verdadera prueba de una evolución, pero en el sentido espiritual: el paganismo. El pagano actual está sano y fuerte. No obstante, se ha vuelto mucho más progresista en sus mitos, como veremos más adelante. Casi todos los antropólogos coinciden en que la tierra está poblada hoy por los así llamados “seres humanos modernos”. Contrariamente a eso, la profecía bíblica habla de los paganos modernos de los últimos tiempos. En la actualidad lo encontramos como la criatura más capacitada para la supervivencia, que habita y domina la nueva esfera económica del mundo. ¿Se da cuenta quién es?

Antes de que localicemos al pagano moderno, queremos primero analizar el carácter y el comportamiento de los paganos de la antigüedad. La Biblia nos da una descripción detallada de los mismos. Pero, para poder hacernos una idea equilibrada y exacta, debemos realizar un corto estudio de palabras. No existe una palabra especial para “pagano” en la Biblia. De hecho, esta palabra, incluso, ni siquiera aparece en algunas traducciones de la Biblia. ¿Por qué? Porque este término apareció más adelante, en el tiempo neotestamentario.

Actualmente, utilizamos la palabra “pagano”, por lo general, para describir a alguien que adora a otros dioses o ídolos, y que se encuentra fuera del cristianismo o del judaísmo. En los tiempos bíblicos, el ser “pagano” era prácticamente sinónimo de “no-judío”, a pesar de que también había personas no-judías que creían en Dios. Antes que Cristo muriera por los pecados de toda la humanidad y la salvación se extendiera a los no judíos, el ser no-judío y pagano era prácticamente lo mismo. Al principio de la era neotestamentaria, la mayoría de los judíos consideraban que la nueva salvación que habían descubierto en el Mesías, seguía siendo un cumplimiento progresivo de la antigua fe judía. El mundo religioso aún no estaba claramente dividido entre los judíos y los así-llamados cristianos. Transcurrió algún tiempo hasta que reconocieron que también existían cristianos gentiles, que no eran ni paganos ni judíos. De ahí que, al principio de la era de la iglesia, existía una sola palabra griega utilizada tanto para hablar de los no-judíos como también de los paganos: “ethnos”. Esta palabra aparece 167 veces en el Nuevo Testamento. El asunto aquí es el siguiente: en nuestro estudio de la “evolución” del término “pagano”, sólo analizaremos aquellos versículos del Nuevo Testamento en los cuales “ethnos” es claramente usada en el sentido más moderno de la palabra, o sea: para un “pagano”.

El estudio bíblico revela muchas características generales del “pagano”. Queremos analizar cinco de las mismas, que se encuentran en conexión directa con la evolución del actual pagano moderno, de mentalidad materialista.La primera característica del pagano es:El interés en sí mismo.“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?“(nos dice Mt. 5:46 y 47). En estos versículos, el Señor Jesús hace notar que los “gentiles” hacen las cosas puramente por interés. Sus acciones son motivadas por sus deseos y diversiones, por la búsqueda de la felicidad personal y la comodidad. Sólo aman a aquellos que también los aman a ellos y, del mismo modo, se burlan de aquellos que los rechazan.

Hoy, unos 2000 años después, esta característica pagana del interés en sí mismo ha seguido desarrollándose masivamente. Ahora, eso se toma por aquel poder que empuja al mundo hacia algo mejor, hacia el progreso y el bienestar. De hecho, algunas supuestas teorías económicas progresistas tienen este instinto del interés en sí mismo en gran aprecio. Éste ha sido un cambio rápido, que ha sucedido en menos de unos pocos siglos. Es un dogma elemental del capitalismo, basado en el mercado (así se le dice a la forma actual del comercio, el cual – dicho sea de paso – tiene poco que ver con el capitalismo en el sentido original de la palabra). Esto, sobre todo, ha tenido como consecuencia que el mundo entero ha sido profundamente comercializado. En una medida ascendente, el comercio, hoy en día, es la base principal de la existencia y de lo que se entiende como “vida”.

Pero, ¿qué dice la Biblia sobre el “interés en sí mismo” del ser humano moderno? Ella tiene un mensaje claro para las sociedades que quieren definir su existencia en términos totalmente paganos, en otras palabras: sociedades que se han entregado al dominio de la economía y del dinero. En este aspecto, sobresalen en forma especial los ejemplos de Tiro y Babilonia. En el reino neo-babilónico todo se trataba del negocio. Las investigaciones mostraron que Babilonia, en realidad, era una civilización de comercio. Prácticamente, todos los documentos que se han conservado son de orden comercial. Otro buen ejemplo es la historia de Tiro. La Biblia misma documenta la extrema comercialización de dicha ciudad.

Como otro ejemplo de tiempos aún más tempranos, puede servir la ciudad de Jericó. Aparentemente, fue la ciudad habitada más antigua del mundo, y una de las más acaudaladas. Dios determinó que cuando los israelitas entraran a Canaán, ésta debía ser la primera ciudad que ellos conquistaran. De hecho, fue la única ciudad destruida por un milagro. Y también la única ciudad, conquistada en Canaán, que fue destruida totalmente – juntamente con mujeres, niños, ganado y todo lo que había en ella. Dios quiso que fuera totalmente borrada. ¿Por qué? ¿Quizás por su comercialización idólatra? Dios no quería que ni lo más mínimo pasara de Jericó a Israel. Josué, incluso, profetizó, como leemos en Jos. 6:26, que quien volviera a reedificar Jericó lo haría por el precio de su hijo primogénito y de su hijo menor. Esto se cumplió, según 1 R. 16:34, 600 años después en Hiël de Bethel, durante el dominio de Omris, tal como fue profetizado.

 

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