El milagro de las palabras de la cruz 2/4
21 febrero, 2008
El milagro de las palabras de la cruz 4/4
21 febrero, 2008
El milagro de las palabras de la cruz 2/4
21 febrero, 2008
El milagro de las palabras de la cruz 4/4
21 febrero, 2008

Titulo: “El milagro de las palabras de la cruz” 3/4

Autor: NorbertLieth 
Nº: PE1080

«Elí, Elí, ¿lama sabactani?» =Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?. Es la imagen profética del comienzo del día del Señor, de la gran tribulación cuando la iglesia sea arrebatada de la tierra.«¡Tengo sed!»


La sed de nuestro Señor Jesús en la cruz, puede ser una imagen de los juicios venideros del día del Señor. Como parte de estos, también habrá gran sed y falta de agua. Ríos de agua viva correrán del cuerpo de quien cree en Jesús.


Descargarlo GRATIS a su propio pc para tener o compartír con otrosPE1080.mp3



«El milagro de las palabras de la cruz» 3/4

Querido amigo, leamos juntos Mateo 27:45 – 47,y descubramos la 4ª frase de Jesús en la cruz.

«Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste».

En ese momento, la ira de Dios por todos los seres humanos cae sobre Jesucristo. Cuando Jesús fue crucificado, las primeras tres horas mostraron el odio abismal de la humanidad hacia el Hijo de Dios. Se burlaron, blasfemaron, los soldados se repartieron Sus ropas, etc.. pero entonces, en la segunda serie de tres horas en la cruz, repentinamente cayó la oscuridad. El sol dejó de brillar sobre Israel, y la ira de Dios se posó sobre el hijo, ya que El, como cordero del sacrificio, cargó sobre sus hombros la reconciliación del mundo. Jesús cargó con la ira de Dios que nosotros merecíamos.

Estimado amigo, ¿No podría ser esto también una imagen profética del comienzo del día del Señor, de la gran tribulación? ¿Qué sucederá después de la época de la iglesia, o sea después de que la iglesia haya sido arrebatada de la tierra? Cuando eso ocurra, estará oscuro, ya que la luz del mundo habrá sido quitada de él (Mt. 5:14). Si las anteriores palabras de Jesús las podemos ver como imagen de la iglesia y su comunión, a través de todos los siglos, hasta los últimos tiempos, así ahora, proféticamente, nos vemos delante de la hora más oscura de la humanidad – la hora sexta. Yo me pregunto: ¿Nos encontramos frente a esa hora? ¿No es verdad que está oscureciendo – en todo sentido? La gente desprecia el evangelio de Jesús, también aquí, en el tan «justo» Occidente cristiano. Desechan Su palabra:«Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad»(Ro. 1:18).

Durante casi 2000 años hemos tenido el evangelio. Hubo avivamientos – recordemos tan solamente el siglo 19. Pero está oscureciendo en este mundo, la gente rechaza la verdad, y la ira de Dios se acerca. Cuando eso ocurra, también en nuestras latitudes será difícil que la gente pueda convertirse, entonces vendrá la gran tribulación sobre la humanidad.

Lo que llama la atención en esta cuarta frase de Jesús desde la cruz, es que Jesús ya no solamente habla, sino que clama, es más: ¡grita! El Señor dijo en una oportunidad:«El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él»(Jn. 3:36). Esa ira de Dios se manifestará durante la gran tribulación en una manera nunca antes vista. La «sexta hora» de nuestra historia de la salvación y del mundo, a mi manera de ver, es inminente. En ella, una noche muy oscura caerá sobre el mundo, y la oscuridad cubrirá la tierra. Al final de la misma, hasta el sol y la luna perderán su brillo.

Israel sufrirá en forma muy especial en ese tiempo. Será el tiempo en el cual el mundo impío será abandonado por Dios. Las palabras:«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»y«No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude»(Sal. 22:12), tienen un profundo significado profético. ¿Y qué es lo que sucederá en la gran tribulación? En 2 Tesalonicenses 2, leemos que Dios enviará engaño sobre la gente, porque ellos se apartaron del amor a la verdad. Dios, en cierto sentido, abandonará este mundo. Quitará Su Espíritu del mismo, antes de la gran tribulación y, con eso, también a la iglesia de Jesús, la cual está sellada con el Espíritu Santo. En esa gran tribulación, el mundo «estará abandonado a sí mismo». Jesús dijo:«Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?»(Lc. 23:30-31). A la Gran Tribulación también se le llamala Ira del Cordero(cp. Ap. 6:16-17). ¿Por qué? ¿Acaso un cordero puede llenarse de ira? Lo que sucede es que Jesús, como Cordero de Dios, cargó con todos los pecados, y por eso El también puede hacer caer sobre este mundo el justo juicio.

Ahora, vemos estimado amigo la quinta frase de Jesús desde la cruz

«Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: ¡Tengo sed!»(Jn. 19:28). ¡Cuán grande era el deseo de Jesús de dar agua de vida a los seres humanos! Pero, apliquemos esta quinta frase de Jesús desde la cruz en una forma diferente esta vez. Jesús tuvo que ser abandonado en la cruz, para que nosotros pudiéramos llegar a Dios. El expió allí nuestros pecados, y cargó con la ira de Dios. Pero como el mundo en forma constante rechaza a Jesucristo, la ira de Dios será derramada sobre él en forma de la gran tribulación. ¿Y qué sucederá en ese tiempo? ¡La humanidad sufrirá sed!

El agua, ¿no expresa la añoranza de toda la humanidad? «Tengo sed». Y la gente va a los charcos de este mundo, que no pueden saciarla. Jesús le dijo a la mujer que estaba junto al Pozo de Jacob:«Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna»(Jn. 4:13-14).

La sed de nuestro Señor Jesús allí en la cruz, también puede ser una imagen de los juicios venideros del día del Señor. Su quinta frase, también es uno de los cumplimientos de Salmos 22:«Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte»(v. 15).

Cuando comience la hora más oscura de la historia, cuando Dios quite la bendición a este mundo y derrame Su ira, será entonces que los juicios de la tribulación caerán sobre el mundo. Como parte de estos juicios, también habrá gran sed y falta de agua. Ríos de agua viva correrán del cuerpo de quien cree en Jesús, como dice la Escritura (Jn. 7:38), pero el que en forma constante rechaza su palabra, morirá de sed espiritual.

La gente en la actualidad está sedienta, pero la mayoría solamente toma de los charcos de este mundo; es más, literalmente se «emborrachan» con la esotérica, la nueva era, la mística del lejano oriente. Se lanzan a la batahola de este mundo, enredándose en drogas, vicios y desenfrenos sexuales, y piensan poder perderse en la así llamada «libertad» – pero uno puede ver como ellos, literalmente, se mueren de sed. Un ser humano sin Jesucristo queda vacío. Eso se ilustra muy bien en la historia que el Señor Jesús mismo relata sobre el hombre rico y Lázaro. El rico, después de su muerte, pide que se le envíe a Lázaro para calmar su sed,«porque estoy atormentado en esta llama». Pero le fue negado. Debía morir de sed por toda la eternidad, porque no quiso creer.

La Biblia dice:«Luego hablará (Dios) a ellos en su furor».En la gran tribulación, Dios enviará gran hambre y sed, como lo escribió el profeta Amós:«He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra…»(Am. 8:11-13). Alguien dijo: «¡Siempre supe que este mundo no es ningún paraíso. Pero ahora me doy cuenta que es el infierno!» El tiempo de la tribulación dará una idea de lo que es el infierno.

Estimado amigo, estimada amiga, sin Jesús, usted seguirá eternamente clavado al pecado. Jesús se dejó clavar en la cruz, y aun cuando El pudo haberse bajado, no lo hizo. El murió y resucitó después de tres días, para que nosotros pudiéramos ser liberados de los «clavos» del pecado. Pero si usted no se acerca al Hijo de Dios, si no recibe a Jesús en su vida, estará eternamente clavado al pecado. En ese caso, sucederá aquello con lo cual el Señor amenazó a los fariseos aquel día:«Moriréis en vuestros pecados»(Jn. 8:24). Y su sed no será saciada por toda la eternidad. El comienzo de ese estado del mundo impío, serán los acontecimientos de la gran tribulación. – Pero, ¿qué viene después de la gran tribulación? Encontramos la respuesta en la próxima frase de Jesús, que Dios mediante escucharemos en el próximo programa. Le invito a que no se lo pierda!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo