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Titulo: “El milagro de las palabras de la cruz” 1/4

Autor: NorbertLieth 
Nº: PE1078

Siete frases usó Jesús cuando fue crucificado. ¿Sabe usted cuáles son? Descubra todo lo asombroso de la primer frase, en este programa.


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“El milagro de las palabras de la cruz” 1/4

Estimado amigo, el Señor Jesucristo pronunció exactamente siete frases, durante las seis horas que estuvo en la cruz. En base a ellas, queremos meditar en los milagros que Él realizó por nosotros en la cruz en esta serie de programas que hoy comenzamos.

Seguramente tiene un profundo significado profético que el Señor Jesús haya pronunciado, justamente, siete frases en la cruz.

Cuando Jesucristo vino a esta tierra, para vivir aquí y traer a la humanidad el evangelio, la palabra de Dios en sí mismo, en Su persona, la gente se sorprendía una y otra vez de lo que salía de la boca de Jesús.

Es sabido que los fariseos y escribas estaban orgullosos de sus propias palabras y de su enseñanza, pero Jesús hablaba mejor que ellos. Los siervos de los fariseos quedaron anonadados con las palabras de Jesús cuando quisieron ir a apresarlo y no pudieron. La respuesta de esos siervos frente a los fariseos fue:“¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!”. Eso fue una cachetada para los orgullosos fariseos. Todos los días ellos enseñaban y adoctrinaban, y ahora venían sus propios siervos a decirles en la cara que ellos nunca habían escuchado a ningún hombre hablar como lo hizo Jesucristo, y que por esa razón no habían podido arrestarlo.

Las palabras del Señor son palabras puras. El Salmo 12:6, dice que Sus palabras son como plata. ¿Por quéplatay no oro? ¿Por qué la Biblia no usa aquí la palabra “oro”, sino que Sus palabras son presentadas como “plata”? No lo hace, porque la plata en la Biblia simboliza la salvación, y el oro la gloria de Jesucristo. Nuestro Señor fue traicionado por 30 monedas de plata. Y en el Antiguo Testamento, está escrito que los israelitas cuando llegaban a la edad de 20 años debían dar medio ciclo de plata como “dinero de rescate”, o sea liberación. La plata es una imagen de la salvación.

¿No fue Jesús, la palabra hecha carne, quien habló palabras puras? Durante nueve meses María lo llevó bajo su corazón, luego él vino a este mundo y hasta sus 30 años de edad no se sabe casi nada acerca de El. Él vino al “horno de barro” de este mundo, al “horno” de pecado. El Salmo 12:6 también dice:“plata refinada en horno de tierra”.Jesús fue purificado ¡y mucho! En realidad El no lo necesitaba, porque ya era puro, inmaculado. Por eso, nosotros no podíamos acercarnos a Él, pero Él se acercó a nosotros. El era el único sin pecado, y aun así, con lo que sufrió aprendió obediencia. Él llegó a ser total y enteramente humano.

“Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces”(Sal. 12:6). En otra versión dice:“… siete veces, satisfaciendo las exigencias”.

Jesús satisfizo las exigencias durante toda Su vida terrenal. En la cruz del Gólgota, donde Él completó la obra redentora, volvió a satisfacer las exigencias. El cumplió allí todo lo que en el Antiguo Testamento está escrito sobre El y sobre Su primera venida, y sobre Su sufrimiento. Lo hizo como hijo de Dios, siete veces las satisfizo – una expresión de esto son Sus siete frases en la cruz. En esas seis horas en la cruz, Él probablemente sufrió y soportó más de lo que nosotros jamás nos podríamos imaginar. Jesucristo, cargó con toda la historia de la humanidad, con todas las épocas hasta el final. Eso nos lo muestran esas siete frases dichas desde la cruz.

Veamos querido amigo,la primera frase de Jesús en la cruz

En Lucas 23:33-34 leemos:“Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía:Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.El Señor Jesucristo dijo esas primeras palabras muy conscientemente – en el momento en que tomaron Su mano y la pusieron sobre la cruz.

Imagínese la escena, todo el gentío que iba con Jesús al lugar de la ejecución, llamado Gólgota. No fue necesario, como en el caso de los otros dos que fueron crucificados con El, tomarle las manos a la fuerza y apretarlas contra la cruz, para luego clavarle los clavos. Jesús estiró sus manos voluntariamente. Luego sus verdugos tomaron los clavos y traspasaron Sus manos. Con eso Jesús reconcilia el primer pecado, allí donde el pecado entró en el mundo. Pues es significativo que eso, justamente, sucede en el momento en el cual El estira Su mano y la pone sobre la cruz, que está hecha de la madera de un árbol. Exactamente en el momento en el cual los clavos traspasaron Sus manos, El dijo esas palabras:“¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!”

Ahora veamos querido amigo, el madero en el paraíso y el madero en el Gólgota

¿Será que Adán y Eva sabían lo que hacían? Se les había dicho, ¿pero lo sabrían realmente? ¿Cómo fue que el pecado entró en el mundo? La primera pareja humana extendió su mano, tocó el árbol y tomó de su madero el fruto prohibido. En el mismo momento, exactamente, en que ellos extendieron su mano para tocar la madera del árbol y tomar la fruta, el pecado entró en el mundo, con todas sus consecuencias sobre todos los seres humanos. Desde entonces, el pecado es pasado automáticamente de generación en generación.

La consecuencia inmediata del pecado cometido por Adán y Eva fue que, la muerte entró en el mundo – primeramente la muerte espiritual y siguiendo a ésta, también, la muerte física. El ser humano, ha muerto espiritualmente aquel día en que extendió su mano y tocó el madero. A causa de eso, perdió la comunión con Dios y el paraíso, ya que tuvo que abandonar el Edén. Y, a la entrada del mismo, fue puesto un ángel con una espada encendida.

La Palabra de Dios, en muchos pasajes, prometió que un día vendría el Salvador – el segundo o último Adán:“Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo”(1 Co. 15:45, 47). Este último Adán debía cortar la línea de muerte que había entrado al mundo a través del primer Adán. Él debía vencer y quitar el pecado, que había entrado en el mundo a través de Adán y Eva:“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”(1 Co. 15:22). Jesucristo es el segundo y último Adán.

Ahora bien, Poncio Pilato era un hombre endurecido y cruel. Y en el evangelio de Juan dice:“Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!”=Adán. Del versículo anterior que mencionamos, se desprende que cada uno de nosotros se encuentra en una de estas dos líneas, no importando cómo se llama ni que posición ocupa en el mundo, si es un rey o un presidente, una estrella de pop, un actor de cine, o una persona muy sencilla de la calle. Dios no hace diferencia: O se encuentra en la línea del primer Adán y está perdido, por encontrarse bajo el reino del pecado; o está en la línea del segundo Adán y es salvo. Jesús ofreció sus manos voluntariamente, las extendió sobre el madero de la cruz y pidió al Padre perdón por los seres humanos. Con eso, Él quitó de en medio la caída en el pecado, el cual entró al mundo cuando el ser humano extendió su mano y tocó el madero.

Entendamos el significado de las palabras de Jesús.

· Adán llegó al mundo en forma sobrenatural, no nació como nosotros. – Jesús también vino en forma sobrenatural.

· El “Padre” de Adán era Dios, porque fue creado directamente por Él. – El Padre de Jesús era Dios.

· Adán vino al mundo sin pecado, ni culpa. — Jesús vino al mundo sin pecado, y salió del mismo sin pecado.

· Adán, antes de la caída en el pecado, vivía en estrecha comunión con Dios. – Jesús vivía en íntima comunión con el Padre.

· Adán, antes de la caída en el pecado, vivía en un mundo perfecto. – Jesús, antes de hacerse hombre, vivía en un mundo perfecto; Él era igual a Dios.

· A través de Adán perdimos lainocencia. – A través de Jesús perdimos laculpa.

· Fue en el huerto del Edén que el pecado vino a este mundo, cuando el ser humano optó por su independencia, pero contra la voluntad de Dios. – Fue en el huerto de Getsemaní, que el Hijo de Dios comenzó a vencer el pecado, al decidirse a favor de la voluntad de Dios.

El tentador, allá en el Edén, dijo a los primeros seres humanos, a quienes les estaba prohibido tomar del fruto del árbol del conocimiento: “¡Si ustedes quieren ser como Dios, toquen el árbol y coman del fruto!” En el caso de Jesús sucedió lo mismo, solamente que al revés. Cuando Él fue a la cruz como Salvador, la multitud gritó: “¡Si tú eres Dios (o sea el Hijo de Dios) entonces bájate!” Vemos, por lo tanto, que Jesús “reparó” la caída en el pecado. Podríamos decir que quitó el pecado original de todos aquellos que creen en El, y cargó con los pecados de todos los seres humanos. Entonces, nosotros ahora podemos regresar a la comunión con Dios, y podremos disfrutar del fruto del árbol de la vida en la eternidad.

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