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El Mensaje de Jeremías

Autor: Herman Hartwich

  Jeremías presentaba un mensaje no solo esperanzador, sino que implicaba la acción y decisión del que recibía dichas palabras… Herman nos hace reflexionar sobre esto…

 


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PE2025 – Estudio Bíblico  – El Mensaje de Jeremías



Amigos es un privilegio muy grande para mí compartir algunos pensamientos de la palabra de Dios.  Y yo quisiera en esta oportunidad hacer un llamado urgente y oportuno de Dios al arrepentimiento. Para eso usaré un versículo en el libro de Jeremías cuando Dios a través de su siervo dice: “Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras y morareis en la tierra que os dio el Señor para vosotros, y a vuestros padres para siempre”. Este es un llamado, al arrepentimiento.

El amor de Dios es grande, es insondable como el océano,. Creo que el océano todavía podría ser insignificante al lado de lo que el amor de Dios es para nosotros. En todos los tiempos y en todas las circunstancias Dios ha salido a nuestro encuentro, al encuentro del hombre pecador para ofrecerle la oportunidad de arrepentirse y otorgarle el perdón en vez de ser merecedor del juicio y del castigo eterno.

Si el reincidente pueblo de Dios, el pueblo de Judá, hubiese escuchado el llamado de Dios, que hacía a través de los profetas entonces, se hubieran evitado los grandes trastornos que ha tenido y que sigue teniendo la nación de Israel.

Jeremías, con lágrimas y dolor, era el portador de Dios. Pero los judíos no atendieron el llamado del Señor. El propósito.

El objeto de esta reflexión es de mostrarles la importancia del verdadero arrepentimiento como algo indispensable para el perdón y la salvación de todos ustedes, de todos nosotros.
El Señor Jesús dijo: “si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. Esta es una sentencia verdadera, esto es algo real que no lo podemos evitar, si no nos arrepentirnos experimentaremos la separación eterna de Dios.

Ahora bien, podemos preguntarnos ¿que es el arrepentimiento según la verdadera expresión, o explicación que nos presenta la misma palabra de Dios?, y, ¿En qué nos beneficia?

En primer lugar podemos decir que es un conocimiento exacto de lo que el pecado es en sí mismo, en su negro significado. Tenemos varias palabras en la Biblia que hablan, o se traducen como “pecado“ y la más común es aquella que significaría textualmente errar el blanco.
O sea damos en cualquier lugar menos en el blanco. En vez de apuntar a lo que es el plan de Dios, la voluntad sagrada y perfecta de Dios, nos vamos por la tangente, siempre nos inclinamos a lo que ofende a Dios, es tanto así que el profeta dice:
“Nosotros como humanos, como criaturas pecaminosas a lo bueno le llamamos malo y a lo malo le llamamos bueno”.

Hemos invertido el orden de los valores. ¿Dígame si no es cierto? Realmente es así. Y lamentablemente a pesar de las consecuencias que tenemos que soportar de nuestros errores, de nuestros yerros, de nuestras equivocaciones, parece que nunca aprendemos la lección y continuamos, y continuamos en esa carrera loca de seguir al pecado.

Podemos agregar en segundo lugar que es un dolor intenso en el alma; el arrepentimiento es comenzar a experimentar un dolor intenso en el alma por haber ofendido al Dios santo, que tantas bendiciones ha derramado en nosotros.
Muchas veces las personas dicen: “ah bueno! yo me arrepentí”. Pero pasa el tiempo, pasan algunas horas o algunos días y reincidimos otra vez en lo mismo. “Total yo me arrepiento después…”. De esta manera empezamos a jugar con la expresión de arrepentimiento pero ese no es el arrepentimiento genuino.
El arrepentimiento genuino es aquel que se duele intensamente en su interior y procura no volver a hacerlo. Por algo Jesús decía: tus pecados te son perdonados, vete pero no peques más, y en una ocasión dijo: no peques más, para que no te venga algo peor.

Diríamos en tercer lugar que el arrepentimiento es la santa disposición de abandonar el pecado. Se trata de dar una media vuelta cambiando de dirección el curso de nuestra vida.
Leí en una oportunidad que había un predicador con mucho entusiasmo, y con muchos deseos de ser realmente comprendido y explicaba lo que era el arrepentimiento a un gran auditorio, y por allá una mujer en el fondo del local se levantó y pidió la palabra y dijo: “permítame pastor” y, se dirigió hacia el frente, callada, en silencio y cuando llegó miro al auditorio y les dijo: “me arrepiento” y volvió hacia el fondo. Y esa fue realmente una expresión muy gráfica de lo que es el arrepentimiento.
Yo voy en mi camino de la vida, en mi camino de pecador, estoy yendo hacia un destino, lamentablemente perdido, pero me arrepiento o sea doy un giro de 180° y me vuelvo hacia Dios.
Cambio el rumbo de mi vida.

Pero también veamos que bendiciones recibiremos cuando nos arrepentimos de corazón volviéndonos a Dios. En primer lugar el castigo y la destrucción que vienen como consecuencia del pecado serán detenidos por la mano amorosa de Dios.

Dios no se complace en castigar, nosotros provocamos ese castigo. Yo suelo decir a mis oyentes, Dios no hizo el infierno para nosotros, el creó el infierno para el diablo y sus ángeles, que le siguieron, los que cayeron junto a Satanás.
Pero nosotros escogemos ir al infierno al no arrepentirnos, pero si tú te arrepientes de corazón vas a justamente parar ese juicio de Dios, cortarlo.

Dios nos otorga su perdón, ese perdón grandioso que restablece esa santa y maravillosa relación por la reconciliación con él.
Todos vivimos de espaldas a Dios en tanto no nos arrepentimos de corazón pero cuando así lo hacemos Jesucristo, como Señor y Salvador al ser recibido por nosotros nos reconcilia con Dios.
Podemos dar la cara frente a Dios, y además, gozaremos lo que tanta gente anhela y es esa bendita paz esa dicha interior y total que viene como consecuencia del verdadero perdón.

No se trata de “si lo siento” o “no lo siento” se trata de que creas a la palabra del Señor de que cuando nosotros nos arrepentimos y nos entregamos al Señor Jesucristo como el propio apóstol Pablo dice: “Justificados pues por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
¿Quieres paz, paz con Dios y con tus semejantes?
Muchos procuran tener paz con sus semejantes con su familia, pero mientras no entren en una relación de paz con Dios imposible que tengan una relación de paz con sus semejantes.

¡Volveos, volveos!”, decía el profeta al pueblo de Israel. ¿Por qué moriréis o casa de Israel?
Dios no quiere la muerte del pecador sino que se arrepienta. Quiere que la persona sea capaz de reconocer sus pecados.

Tenemos personajes en la Biblia que pecaron gravemente contra Dios pero tuvieron el valor de arrepentirse y Dios los perdonó, los restauró los levantó y los usó como instrumentos de bendición.
También tenemos otros muchos malos ejemplos de hombres que pecaron contra Dios y Dios les dio las amplias oportunidades pero persistieron en la dureza de su corazón, en su rebeldía y murieron derrotados, humillados y lógicamente sabemos por la propia palabra de Dios que fueron a la condenación eterna pero esto fue por su propia elección, porque el Señor les dio la oportunidad.

Deseo que el Señor les ilumine y que puedan tener esta actitud de arrepentimiento con Dios y venir a Jesucristo y pedirle el perdón y así comenzar a gozar una nueva vida. Pruébelo y háganos llegar sus noticias y solicite ayuda y asesoramiento, nosotros con mucho gusto le estaremos brindando esto que usted necesita.
Que Dios le bendiga.

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