El Mensaje de Babilonia 2 de 4
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Título: El Mensaje de Babilonia

Autor: Norbert Lieth
  PE1300

Belsasar, el rey de Babilonia, no estaba listo para lo que le pasó: el anuncio del juicio vino de sorpresa y su abrupta muerte llegó demasiado pronto.

¿Estamos listos nosotros para los acontecimientos que la palabra profética nos describe claramente? Dios ya está escribiendo un mensaje en “la pared de las naciones”.


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El cumplimiento literal.

Dios había profetizado, a través de Isaías, las cosas que iban a venir contra una Babilonia muy segura de sí misma y contra su rey: „Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos. Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más. Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti” (Is. 47:9-11).

Belsasar se encontraba en medio de una fiesta cuando, de repente, aparecieron los dedos de una mano humana y escribieron en la pared encalada, delante del candelabro, las palabras: „Mene, mene, tekel, uparsín”. Él se asustó mucho porque pensaba que ningún enemigo podía llegar hasta el palacio sin que nadie lo viera. Entonces, ¿de dónde venía la mano en la pared?

Dios llega a todas partes, nadie puede protegerse o esconderse de El.

En nuestros días, el SIDA y la amenaza de la gripe aviar, entre otras cosas, y la general decadencia moral, son señales de una mano que está escribiendo un mensaje en la „pared de las naciones”: „Ustedes han sido pesados en la balanza y han sido hallados faltos”.A mi parecer, el juicio de Dios amenaza irrumpir súbitamente sobre nosotros – y a pesar de eso se sigue festejando alegremente, al estilo del „Titanic”, el cual supuestamente no se podía hundir.

Ni sabios ni adivinos pudieron descifrar las letras en la pared de la sala de fiestas de Belsasar. Recién cuando la reina madre aconsejó que se buscara al anciano Daniel, éste pudo explicar a Belsasar el significado de las palabras. El juicio de Dios vino inmediatamente: „La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos”.

Para Belsasar, que no estaba listo para esto, el anuncio del juicio vino de sorpresa y su abrupta muerte llegó demasiado pronto.Hasta ahora se había sentido muy seguro de que nada le podía pasar a él ni a su ciudad ni a su reino. Estaba despreocupado y lleno de soberbia. Todo pensamiento negativo que pudiera haberlo inquietado, lo quería ahogar en un desenfrenado banquete. Quería pensar positivamente. Todo lo demás lo atribuía al diablo, como tantas veces se escucha hoy en día también: „¡Otra vez uno de esos pesimistas con su sabiduría proveniente de un supuesto Dios!” Pero de repente, los ánimos alegres por el alcohol quedaron petrificados del susto. La Palabra de Dios – a punto de cumplirse – se hizo visible de repente delante del trono del rey. La embriaguez se evaporó. ¡La muerte y el juicio habían llegado!

Esta profecía de Dios parece como si hubiera sido escrita también para nuestro tiempo: „Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti” (Is. 47:11). ¿Qué fue lo que pasó en aquel entonces? Un antiguo manuscrito menciona que las tropas persas, bajo el mando del general Ugbaru, desviaron el río Éufrates que atravesaba Babilonia. Y cruzando el cauce seco del río, llegaron con una inesperada rapidez al palacio y mataron al rey Belsasar. De esta manera, dice el manuscrito, Babilonia fue tomada prácticamente sin batalla. Muchas personas murieron, hombres, mujeres y niños, y otras fueron llevadas en cautiverio. De esta manera se cumplió literalmente lo que Dios había anunciado: „Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti…” (Is. 47:9).

El ocultismo de Babilonia.

Isaías 47:12-15 nos habla de las tentativas inútiles de impedir los juicios divinos con maquinaciones ocultas: „Estate ahora en tus encantamientos y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalecerás. Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten. Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que traficaron contigo desde tu juventud; cada uno irá por su camino, no habrá quien te salve.”

En la noche en que Babilonia fue tomada por los persas, esta profecía se cumplió literalmente. Pues cuando Belsasar vio las letras en la pared, llamó a gritos a los adivinos y a los sabios, los cuales, sin embargo, no pudieron ayudarle. Que ridículas y también qué peligrosas son las prácticas ocultas, como la astrología, la adivinanza, la cartomancia etc. Y ¡qué poco cambiaron los tiempos! Pero el ocultismo no es el tema de este estudio bíblico, entonces, algo de música y ya seguimos.

El mensaje profético para el futuro

Hoy Israel puede mirar hacia atrás, considerar el cumplimiento de la profecía bíblica, como lo acabamos de hacer, y sacar de ello coraje para el futuro: „Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros?” (Is. 48:6). Pero este texto sigue diciendo que el Señor también anunciaría algo completamente nuevo, de lo cual hasta ahora no sabían nada, lo cual, sin embargo, se cumpliría con la misma exactitud: „Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía” (Is. 48:6-7).

Se habla aquí de una profecía completamente nueva, una situación completamente nueva y un tiempo completamente nuevo. La profecía va más allá de la Babilonia de aquel entonces, apuntando a una última Babilonia en el tiempo final.

Pero, ¿qué es lo nuevo?Porque es verdad que Isaías ya anunció algo parecido, como por ejemplo el ataque contra Babilonia en el tiempo final, en el día del Señor (cap. 13 y 14). Pero aquíel profeta, por mandato de Dios, revela algo que está en relación directa con el Mesías, y eso es lo nuevo.*

En los libros proféticos, los capítulos no siempre están en orden cronológico. Es posible que profecías posteriores se mencionen en capítulos anteriores, o al revés. (Compare, por ejemplo, Daniel 6:1 con 7:1 y 8:1). Aunque las profecías de los capítulos 7 y 8 tuvieron lugar en la época de Belsasar, anterior al capítulo 6 que habla de la época de Darío, se mencionan después de éste.

¿En qué consiste el mensaje profético para el futuro? Según mi parecer, consiste en cinco partesque vamos a ver ahora: 

1. Israel tiene que pasar por la tribulación.

En Isaías 48:9-11 dice el Señor: „Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la reprimiré para no destruirte. He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.”

En aquel entonces todavía no se había llevado a cabo el cautiverio babilónico de Israel, y mucho menos la dispersión mundial por mano de los romanos. A pesar de esto, la forma gramatical en que se pronuncia aquí la profecía es en pasado, porque la profecía es historia escrita de antemano.

Aunque las dos dispersiones trajeron mucha aflicción sobre el pueblo de Israel, no pudieron purificarlo. Recién la última gran tribulación engendrará un remanente santificado de Israel, que invocará el nombre del Mesías. Dios se encarga de no dejar perecer a Israel como nación, sino de continuar Su obra y cumplirla, para honor de Su nombre.

 

2. La entrada al apocalipsis.

„Oyeme, Jacob, y tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero” (Is. 48:12). Aquí habla el Mesías. Este proceso de purificación de Dios con Israel comenzará en el tiempo del apocalipsis, en el día del Señor, descrito en el libro del Apocalipsis de Jesucristo. No es casualidad que también el último libro de la Biblia comience justamente con el „Yo soy” de Jesucristo: „Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Ap. 1:8).

Por lo que sigue, comprendemos que Juan, en la isla de Patmos, tuvo una visión del Todopoderoso cuando vio a Jesucristo glorificado: „Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (vv.17-18).

 

Los sigientes puntos –

3. El Mesías como Vencedor sobre Babilonia

4. Lo que sirve para la paz.

5. La última huida de Israel.

– los vamos a tratar, Dios mediante, en el próximo programa.

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