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El Judío Que No Puede Ser Dios 
(2ªparte)

Autor: Norbert Lieth

 Los grandes científicos judíos, que estudian las religiones,a los cuales se les puede describir como constructores de puentes hacia elcristianismo, estudian mucho al judío Jesús. Pero, todos tienen una cosa encomún: No quieren reconocer a Jesús como Dios.


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PE2022 – Estudio Bíblico
El Judío Que No Puede Ser Dios (2ª parte)



Estimados amigos, antes de continuar conel tema, haremos un repaso de lo que ya se ha dicho: Martin Buber, Schalom BenChorin, David Flusser y Pinchas Lapide se encuentran entre los grandescientíficos judíos que estudian las religiones, o sea que son teólogos. Se lospuede describir como judíos constructores de puentes hacia el cristianismo, queestudian mucho al judío Jesús. Pero, todos ellos tienen una cosa en común: Nopueden (o no quieren) reconocer a Jesús como Dios. Buber ve a Jesús como a unser humano, no como a Dios. En realidad, lo ve en la fila de los falsos mesías– si bien más sublime que a otros, aún así no como un ser divino.

Martín Buber le dice claramente a ShalomBen-Chorin: “De las figuras mesiánicas de la historiajudía, desde Bar-Kochba hasta el infame engañador Jacob Frank, Jesús es el mássublime, el más magnífico – pero no es el Mesías (…) El mundo siguió sinsalvación también después de él, y sentimos como esta falta de redención nospenetra directamente en los poros (…).”

Y eso que, justamente, es Jesucristo aquien Israel necesita para ser salvo.

En Juan 20:28, leemos que Tomás, despuésde encontrarse personalmente con Jesús resucitado, dijo: “¡Señor mío y Diosmío!”. Como ya hemos mencionado, Tomás confesó esto en el marco de sucomprensión judía. A un judío como él, nunca se le habría pasado por la mentedecir que un ser humano fuera su Dios – a no ser que lo fuera de verdad.Leemos, también, en Juan 21:7, que después de la gran pesca, cuando Jesús seencontraba en la orilla, y los discípulos en un primer momento no loreconocieron, Juan le dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”.

La conexión entre estos hechos, esconsiderable:
– Primero, Tomás confiesa: “¡Señor mío yDios mío!”
– Más tarde, Juan confiesa: “¡Es elSeñor!”
Y también, pareciera que el Señorenfatiza esa verdad a través del milagro de los 153 peces, mostrando con eso:“¡Sí, yo soy el Señor, en el sentido de ser Dios!”

Cuando Jesús fue crucificado, Pilatoescribió “un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REYDE LOS JUDÍOS” (así leemos en Jn. 19:19). Los judíos se quejaron, pero Pilatose mantuvo firme (como vemos en el v. 21). Horst Krüger dice al respecto:“Jesús de Nazaret, Rey de los judíos. Eso molesta horriblemente a los judíos,porque en su lengua hebrea ellos leen: ‘Jeshua Hamashiaj Wu-melec Ha-jehudim’,abreviado JHWH. En el último libro de la Biblia, el Cordero es el Rey de reyesy el Señor de señores.”

El producto final de todas lasrevelaciones de la redención, consiste en que todo el mundo tiene que llegar asaber que Jesús es el verdadero Dios, que sólo esta fe trae salvación.

El Dr. Arnold Fruchtenbaum enfatiza, enun artículo titulado “El dominio del Mesías”, la deidad de Jesús y laimportancia de creer en eso. Él explica “que el Mesías es el Señor del AntiguoTestamento”. Fruchtenbaum ofrece tres razones para esto: 1) “Así como en elAntiguo Testamento Dios habla de Sí mismo como del ‘YO SOY’, así Jesús dice desí mismo ‘YO SOY’.” 2) “Muchos pasajes del Antiguo Testamento que hablan deYahvé, también se aplican a Jesús en el Nuevo Testamento.” 3) “Loscalificativos Adon y Adonai del Antiguo Testamento, también se aplican a Jesúsen el Nuevo Testamento.

“Debido al hecho que Él es el Señor delAntiguo y del Nuevo Testamento”, Fruchtenbaum saca siete conclusiones: 1) “Jesúses el Creador. Juan 1:1-3 enfatiza que todas las cosas fueron hechas a travésde Él.” 2) “Jesús es quien sostiene el pacto. Él se encargará que todos lospactos realizados por Dios realmente se cumplan.” 3) “Jesús existe por sí solo.Tal como en el caso de Dios el Padre, la existencia de Jesús no depende deningún otro elemento.” 4) “Jesús es el maestro. Si Él es nuestro maestro,significa que Le debemos obediencia.” 5) “Jesús es el dueño. Él es el dueño delmundo y de la humanidad por haberlos creado. Pero, en forma especial, tambiénes el dueño de cada creyente, porque somos una nueva creación en Él. Porconsiguiente, Él tiene el derecho de tratar con nosotros de acuerdo a Suvoluntad.” 6) “Jesús es el soberano. Él es el gobernador soberano que puede actuarcomo Él quiere.” 7) “Jesús es el centro de todas las cosas. Él es el centro deluniverso, de la existencia humana, de nuestra fe y de nuestra salvación.”

Finalmente, Fruchtenbaum sostienecategóricamente: “Primera Corintios 12:3 confirma que nadie puede decir Jesúses el Señor, a no ser a través del Espíritu Santo. Puede que las personas nosalvas lo digan en el sentido de ‘maestro’, pero ‘Señor’ también significa ‘serDios’. Cuando la Biblia dice que el incrédulo debe creer en el SeñorJesucristo, esto sencillamente significa que Lo tiene que aceptar comoDios-hombre y Mesías, no como maestro-hombre. (…) Repito: la fe que salvaincluye que Lo reconozcamos como Dios-hombre.”

De esta forma es también que entendemosel profundo significado de la declaración antiguotestamentaria de Joel 2:32sobre Dios, y el cumplimiento en Jesús: “Y todo aquel que invocare el nombre deJehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación,como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado”.Refiriéndose a este pasaje, Pablo explica en Romanos 10:10 y 13: “… con tuboca confiesas a Jesús como el Señor (Kyrios) (…) porque ‘todo aquel queinvocare el nombre del Señor (Kyrios), será salvo’”.

Una vez más citamos a Martín Buber, éldice: “Creo firmemente que en el correr de su renacimiento, la comunidad judíarecibirá a Jesús, y no sólo como una gran figura de su historia religiosa, sinotambién en el contexto vivo de un suceso mesiánico que se extiende a través delos milenios, y que desembocará en la salvación de Israel y del mundo. Pero,del mismo modo, creo firmemente que nosotros nunca reconoceremos a Jesús comoel Mesías que ha venido, porque eso estaría en contradicción, en el sentido másprofundo, con nuestra pasión mesiánica (…). En la poderosa cuerda de nuestra femesiánica que, atada a una roca del Sinaí, se extiende hasta una estaca, aúninvisible pero hundida en el fundamento del mundo, no existe ningún nudo (…)Para nosotros no existe ningún asunto Jesús, sino sólo un asunto Dios existepara nosotros.”

En esto Buber está equivocado, porquecuando Jesús regrese para el renacimiento de Israel, lo hará como aquél que yaestuvo una vez, y como aquél que es Dios: “Yo soy el Alfa y la Omega, principioy fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”(así leemos en Ap.1:8). En este versículo habla Jesús (esto lo deja en claro elcontexto; vs. 11,13,17 y 18). Habla como el que ya estuvo una vez aquí, como elque regresa y, al mismo tiempo, como el Todopoderoso.

Apocalipsis 19:11 al 16 describe elglorioso regreso de Jesús. Cuando Él venga otra vez, llevará el nombre excelsopor encima de todo ser humano: “La Palabra de Dios” (según el v. 13). El mismoJuan que nos trasmitió el Apocalipsis, también escribió el evangelio de Juan, yen el mismo testifica: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,y el Verbo era Dios” (en Jn. 1:1). De modo que Juan dijo que: – Jesús es la Palabra de Dios, y como talvino al mundo. – Él volverá como la Palabra de Dios,- esta Palabra estuvo con Dios- y es Dios mismo.

Quien pueda comprenderlo, compréndalo:“¡Un judío es Dios!”

 

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