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Él dijo: Renuncien a Todo

(3ª parte)

Autor: William MacDonald

La palabra discípulo ha sido por demás utilizada, y cada usuario le ha dado el significado de su conveniencia. El autor de este mensaje nos lleva a examinar la descripción de discipulado que presentó Jesús en sus enseñanzas, la cual se halla también en los escritos de los apóstoles, para que aprendamos y descubramos más acerca de este concepto.



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PE1801 – Estudio Bíblico
Él dijo: Renuncien a Todo (1ª parte)



Queridos amigos, habíamos dicho en el programa anterior que: El Señor Jesús nos ha dado una orden de marcha. Él ha ordenado que el evangelio debe ser predicado en todo el mundo y no les ha prometido a los mensajeros momentos fáciles. No nos ha dado la seguridad de un viaje seguro de regreso a nuestro cuartel, pero sí dijo: “Id”.

Mencionamos el ejemplo del patriota italiano Garibaldi, quien puesto en pie sobre las huellas de San Pedro, en Roma, dijo a los hombres que estaban reunidos a su alrededor: No les ofrezco ni paga ni provisiones; les ofrezco hambre, sed, marchas forzadas, batallas y muerte; únicamente aquel que ame a este país con todo su corazón, y no con sus labios, debe seguirme.

Y de Sir Ernest Shackleton, un explorador de la Antártida, que puso un aviso en un periódico de Londres: “Se buscan hombres para viaje intrépido. Poca paga, mucho frío, largos meses de completa oscuridad, peligro constante, regreso a salvo poco probable. Honor y reconocimiento en caso de éxito”. Finalmente, todos volvieron vivos y recibieron honor y reconocimiento.

Cuando, voluntariamente, aceptamos las circunstancias adversas de la vida como instrumentos de muerte para el egoísmo y la existencia egocéntrica, entonces estamos cargando nuestra cruz.

Continuamos entonces, en esta última parte del mensaje, viendo que: El aceptar con gusto los sufrimientos, las limitaciones y las pruebas de la vida, nos llevará a nuestra verdadera posición como personas crucificadas con Cristo. Aquellos que aceptan llevar la cruz y la toman sobre sí mismos verán que su carga se asemeja a las alas para un ave.

De las notas diarias de Scripture Union, extraímos la siguiente oración: “Perdóname Señor, porque a menudo encuentro formas de evitar el dolor y el sacrificio del discipulado. Fortaléceme en este día para caminar junto a Ti, sin importarme cuál sea el costo. En tu nombre. Amén”.

Cristo era pobre; tenía cicatrices; vivía para otros; y murió como sacrificio.

En los versículos 28 al 32, de Lucas 14, leemos:“Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.”

No es suficiente comenzar bien. Lo importante es terminar bien. Muchos lo intentan pero pocos lo logran. Debemos considerar el costo. El mundo se burla de los creyentes a medias. Cuando un edificio queda sin terminar, los hombres suelen burlarse de quien lo construía. La vida del discipulado no es un programa de construcción. Se trata de una guerra total. O presentamos un compromiso total o habremos de rendirnos.

El versículo 33 afirma:“Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”.¿Qué significa renunciar a todo? Nadie puede decirle a otro lo que significa. Para diferentes personas tiene diferente significado. Toda persona debe colocarse delante del Señor y preguntarle “¿Qué significa Lucas 14:33 en mi vida?” Entonces el Señor comenzará a señalar algunas cosas.

Moisés es un ejemplo de renunciar a todo. Él renunció a: La fama de Egipto (así leemos en He.11:24), a: Los placeres de Egipto (como continúa diciendo He. 11:25), a: Los tesoros de Egipto (como vemos en He. 11:26), a. La política de Egipto (como está escrito en He. 11:27), y a: La religión de Egipto (como concluye He. 11:28).

No es suficiente estar dispuesto a renunciar a todo. Debemos hacerlo.

“Si Él es el rey, tiene derecho a todo” (dice Pilkington). Sería una tontería si renunciamos a todo y no le seguimos. Cuando Él dice,“Venid en pos de mí”,significa que cuidará de todas nuestras necesidades.

No nos parece algo extraño cuando los comunistas renuncian a todo. ¿Qué sucedería si la iglesia renunciara a todo? El mundo sería evangelizado. ¿Cómo funcionaría? Por medio de la comunión de la comunidad cristiana. En su libro “Cristianos Ricos en una Época de Hambre”,Ronald Sider la denomina una “comunidad para compartir y amar, en la cual la seguridad no se basa en las posesiones individuales, sino en la apertura al Espíritu y en el cuidado de los nuevos hermanos y hermanas en la fe”.

En el versículo 34, de Lucas 14, continuamos leyendo:“Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará?”La sal que tenemos en nuestras mesas es pura y no puede perder su sabor. Pero, la sal en los tiempos bíblicos tenía impurezas. Por lo cual era posible que el salero tuviera algo en el mismo que hiciera la sal insípida.

Y el versículo 35, sigue diciendo:“Ni para la tierra ni para el muladar es útil: la arrojan fuera. El que tenga oídos para oír, oiga”.La sal impura no tenía valor. No servía ni para fertilizar ni para cosa alguna, sino más bien para hacer un sendero para la puerta.

Lo mismo sucederá con una vida que no obedezca los principios del discipulado cristiano.

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