El camino hacia la perfección – el camino en el amor (parte 3).

El camino hacia la perfección – el camino en el amor (parte 2).
21 febrero, 2008
Vivir y servir con una meta. Lo que vemos, adquiere poder sobre nosotros..
21 febrero, 2008
El camino hacia la perfección – el camino en el amor (parte 2).
21 febrero, 2008
Vivir y servir con una meta. Lo que vemos, adquiere poder sobre nosotros..
21 febrero, 2008

Titulo: “El camino hacia la perfección – el camino en el amor”(parte 3).

Autor: Wim Malgo
 Nº: PE857
Locutor: Gerardo Rodríguez

Hay solución para los que sienten rebelión contra los caminos en los cuales va su vida, para los que sienten una total impotencia o incapacidad para amar a su prójimo, para los que se sienten consumidos por el odio.

La humillación, glorificación y exaltación de José frente al Faraón es profética y se cumplió exactamente en nuestro Señor Jesucristo. ¿Desea aprender a andar en este “camino en el amor”?


Descargarlo GRATIS a su propio pc para tener o compartír con otrosPE857.mp3



“El camino hacia la perfección – el camino en el amor” (parte 3).

Estimado amigo, si leemos Génesis 40,1-23 – lo que por falta de tiempo no vamos a hacer ahora, pero después de la transmisión tome su Biblia y hágalo – nos asombra el tiempo que José tuvo que esperar en esta prisión.

¡Dos años enteros! Dos años, en los cuales Dios, aparentemente, no escuchaba sus oraciones ni tomaba conocimiento de sus muchas lágrimas. Subrayo: aparentemente!!!!!! José había puesto toda su confianza en el jefe de los coperos, pero éste “no se acordó de José, sino que le olvidó''. ¡Si José hubiera podido echar una mirada al mundo invisible, entonces, al ver la maravillosa actividad de Dios a favor de él, en el corazón de Faraón, hubiera dado gritos de alegría! Pero José no lo podía ver. ¡Y justamente éste es también tu problema: crees mucho más en lo que ves que en Aquél que no ves! Es maravilloso cómo Isaías habla de esto, diciendo: “Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera''.

Esto ahora también tiene validez para ti: ¡Dios, ya hace tiempo, está actuando a tu favor! El está ocupado en hacer que tu situación sin salida se transforme en algo bueno . El obra en el corazón de tu marido incrédulo, de tu mujer y de tus hijos no convertidos. Tú no lo ves, pero El te ve: El te dice a través de Isaías: “Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas…'' (Is. 38:5).

Así también sucedió con José: Después de dos años, de pronto, fue sacado muy rápidamente de la cárcel. En Génesis 41:1-14 leemos lo que entonces sucedió: “Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río; y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado. Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. Se durmió de nuevo y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña, y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano; y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón. Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mis faltas. Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a mí y al jefe de los panaderos. Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado. Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño. Y aconteció que como él nos los interpretó, así fue: yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado. Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.''

¡Dejemos de mirar, por un instante, la impresionante y subjetiva experiencia de José y reconozcamos que tenemos aquí, delante de nosotros, una profecía objetiva de la repentina glorificación de Jesucristo! Pues toda la Escritura habla de Jesucristo, el cual fue exaltado repentinamente de la más profunda humillación de la muerte. El “llevó cautiva a la cautividad'', ascendió al cielo y se sentó a la diestra de la majestad de Dios. Tal como José fue sacado de la prisión de la muerte y fue llevado a la más alta gloria en Egipto, y tal como Jesucristo trajo luz a esta tierra tenebrosa, así nuestro Señor fue y es la lumbrera de la gloria de Dios: “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera'' (Ap. 21:23).

José es una representación profética de esto: Así como trajo luz a la oscuridad de los sueños de los dos oficiales de Faraón (para la salvación de uno y para el juicio del otro), así llegó a ser la lumbrera de Faraón, trayendo luz a sus sueños. Y de la misma manera como tú ahora puedes brillar, como lumbrera, en medio de tu prisión interior y en medio de las dificultades, así también, después del arrebatamiento, brillarás glorificado en la gloria de tu Padre. Después que José interpretó los sueños de Faraón y le aconsejó lo que tenía que hacer, leemos: “El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto'' (Gé. 41:37-44).

Esta glorificación y exaltación profética de José, ¿no se cumplió exactamente en nuestro Señor Jesucristo? Es así, pues lo leemos en la carta que Pablo les escribió a los filipenses desde Roma: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre'' (Fil. 2:5-11).

¿No quieres tener el mismo sentir de Jesucristo? ¿No quieresdejar tu rebelión contra los caminos que El tiene para ti? ¿No ha llegado hoy la hora de comenzar a andar en Su amor? Quizás sientas una total impotencia o incapacidad en ti para amar a tu prójimo. Quizás estás siendo consumido por tu odio contra tus adversarios. Esto sucede porque Jesucristo aún no halló espacio en tu corazón. El todavía está delante de la puerta de tú corazón tratando de entrar, como está escrito en Apocalipsis 3:20. Si El ha comenzado a llamar a tu puerta, te costará mucho esfuerzo y te desgastará resistirle. Pero si, ahora, recibes a Jesús en tu corazón, Dios te dará con El inmediatamente todo lo que, tan dolorosamente, te falta. Incluso está escrito: “…el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado'' (Ro. 5:5). Entonces, el odio y la intransigencia de tu corazón cederán. ¡La presencia de Dios te llenará porque, a través de Jesucristo, El entrará a tu corazón! Así, repentinamente, estarás en condiciones de amar a tu peor enemigo y podrás bendecirlo en oración. De pronto, andarás en el amor de Dios y comenzarás a comprender cuán buenas son Sus intenciones para contigo. ¡Y, entonces, tu vida será un caminar sobre las alturas!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo