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Titulo: “El aspecto profético del Salmo 23” 2/4
  

Autor: NorbertLieth 
Nº: PE1155

Las aguas tranquilas indican el llegar-a-tener-paz de Israel en medio de las naciones. Actualmente las aguas aun están muy turbulentas, intranquilas y azotadas por tormentas; pero se irán tranquilizando, como cuando Jesús tranquilizó la tormenta.


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“El aspecto profético del Salmo 23” 2/4

Como ya lo hemos anunciado seguiremos con el estudio del aspecto profético del Salmo 23 en este caso en con elpunto 3. En lugres de delicados pastos me hará descansar (Sal. 23:2).La meta del éxodo de Egipto y de la peregrinación por el desierto eran los “delicados pastos” de la tierra prometida, en la cual fluían leche y miel:“Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre”(Dt. 8:7-9). Una tierra que era sumamente fértil y sobreabundaba en bendición sería la pastura de Israel. Recordemos tan solamente a los espías: Ellos confirmaron todo lo que Dios había prometido. Un racimo de uvas, por ejemplo, era tan grande, que debía ser llevado por dos hombres en una vara. Los hombres enviados también mostraron otros frutos de la tierra y dieron testimonio: “… que ciertamente fluye leche y miel”.

Dios guió a Israel a la tierra prometida, y la roca que iba con ellos era Jesús:“… y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”(1 Co. 10:4). En esta tierra Israel debía llegar a tener tranquilidad y podría descansar sobre verdes praderas.

No es fácil hacer que una oveja esté tranquila. Para que se acueste, deben darse varias condiciones previas. La oveja debe, por ejemplo, poder sentirse absolutamente segura y estar provista de la cantidad necesaria de comida y de agua. También el cuidado de la misma es de suma importancia: La oveja debe estar libre de parásitos y sentirse bien.

4º Punto. Junto a aguas de reposo me hará descansar (Sal. 23:2).Después de conquistar la tierra, Josué pudo decir:“De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió”

La meta a largo plazo de la historia de salvación divina de Israel, sin embargo, iba mucho más allá de la meta de ese momento: Dios quería darle tranquilidad en el futuro reino mesiánico. Allí, Jesucristo será para Israel aquello que Él dice de Sí mismo:“Yo soy el buen pastor”(Jn. 10:11).

Las aguas tranquilas indican el llegar-a-tener-paz de Israel en medio de las naciones. Actualmente las aguas aun están muy turbulentas, intranquilas y azotadas por tormentas; pero se irán tranquilizando, como cuando Jesús tranquilizó la tormenta:“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonaza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?”(Mr. 4:35-41; cp. Sal. 65:6-8).

Si bien Josué guió a Israel a la tranquilidad de aquellos tiempos, o sea a un cierto tipo de “tranquilidad previa”, no los llevó a la futura paz mesiánica. De esta paz que está aun por venir, dice en la carta a los Hebreos:“Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas”(He. 4:8-10). Esa paz sabática será el reino de mil años. Allí Israel entrará en “Su paz”, es decir, que reconocerán a Jesús y serán liberados de las obras de la ley. Entonces, Israel será introducido en un pacto totalmente nuevo.

Sigamos querido amigo con el punto número 5. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre (Sal. 23:3).Esto se trata, proféticamente, de la primera venida de Jesús.

¿Por qué Israel en Egipto se convirtió en el pueblo de Su prado? ¿Por qué Dios lo guió a través del desierto, de tal manera que no le faltara nada? ¿Por qué lo llevó a praderas verdes, o sea, a una tierra donde podía llegar a tener tranquilidad?“¡… por amor de su nombre”!¡Por Jesús!

Desde Egipto, a través del desierto, y hasta llegar a la tierra prometida, Israel fue guiado al encuentro de la primera venida del Mesías. Jesús vino para dar refrigerio a Su pueblo y dijo:“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”(Mt. 11:28).

El Señor se dio a conocer a Israel como el Buen Pastor:“Yo soy el buen pastor, el buen pastor su vida da por las ovejas. … Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas …”(Jn.). Él hizo esto siguiendo claramente el ejemplo del Salmo 23. Él vio a Su pueblo con los ojos del Buen Pastor. De eso leemos en Mateo 9:36:“Y al ver las multitudes, tuyo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”

Entretanto, pasaron muchas cosas. Los israelitas en el correr de los años cayeron en desobediencia. Se convirtieron en ovejas testarudas, que van por sus propios caminos. Dieron entrada a los gentiles, tenían comunión con ellos y seguían a sus dioses:“No destruyeron a los pueblos que Jehová les dijo; antes se mezclaron con las naciones y aprendieron sus obras, y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron acusa de su ruina. Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, y la tierra fue contaminada con sangre. Se contaminaron así con sus obras, y se prostituyeron con sus hechos. Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo, y abominó su heredad”(Sal. 106:34-40).

La ira de Dios vino sobre ellos, y fueron derrotados por los gentiles, quienes cayeron sobre ellos cual fieras salvajes: Primeramente los asirios, que llevaron cautivos a los habitantes del reino del norte, y más adelante los babilonios, que arrastraron a la cautividad a la tribu de Judá. De eso leemos en el Salmo 80:12-13:“¿Por qué aportillaste sus vallados, y la vendimian todos los que pasan por el camino? La destroza el puerco montés, y la bestia del campo la devora.”Y en el segundo libro de los Reyes dice:“Degollaron a los hijos de Sedequías en presencia suya, y a Sedequías le sacaron los ojos, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia. … Y(Nabucodonosor)quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas las casas de los príncipes quemó a fuego. Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros alrededor de Jerusalén. … Y el rey de Babilonia los hirió y mató en Ribla, en tierra de Hamat. Así fue llevado cautivo Judá de sobre su tierra”(2 R. 25:7, 9-10, 21).

¡Pero el Señor tuvo misericordia de ellos! Los guió por“sendas de justicia por amor de Su nombre”. Los sacó de la cautividad babilónica y los llevó nuevamente a sus praderas en Israel. ¿Por qué?“… por amor de su nombre.”Es decir, por amor a Jesús. Él debía venir como el Buen Pastor, Él debía venir para apacentarlos y para traerles justicia.“En aquellos días … se le llamará: Jehová, justicia nuestra”(Jer. 33:16). Ellos eran llevados a la justicia, y con eso al nombre que estaría escrito sobre Su cruz:“Jesús nazareno, Rey de los judíos”(Jn. 19:19).

Ese fue el punto culminante de la primera parte de la historia de Israel. El que los judíos fueran llevados a cautividad y fueran traídos de nuevo a su patria, los llevó al Mesías, a la primera venida de Jesús. Él los llevó“por sendas de justicia”. Él, Su nombre y Su justicia, eran la meta de todas las promesas que les habían sido hechas. Únicamente Jesús es la justicia válida delante de Dios:“Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”(Ro. 3:25).

Nos encontramos próximamente.

1 Comment

  1. Nora Flores Gallego dice:

    Dios los bendiga grandemente, desde q comencé a leer ésta página, ha sido de gran ayuda en mi vida espiritual, cada vez que leo voy entendiendo mejor la palabra de Dios.

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