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Drogadicción – Existe la Salida
(3ª parte)

El último de una serie interesantísima titulada: Drogadicción – Existe la Salida. Gloria Hernández como Psicóloga Cristiana, nos muestra 3 caras de la drogadicción. El antes, El proceso, y El después. No dejes de escuchar este programa!


DESCARGARLO AQUI: 
EA556 – Entre Amigas –
Drogadicción – Existe la Salida (3ª parte)



Receta: Ensalada de Tomate, Cebolla y Garbanzos


Entrevista con Gloria Hernández

Natalia: Nuevamente tenemos nuestro tiempo de entrevista con Gloria Hernández. Y ella nos ha venido a hablar sobre el tema de las drogas. Nos comentó sobre el antes, el durante y en esta oportunidad vamos a hablar de un después. Pero lo importante es que también hay un siempreque es nuestro Dios soberano.Hay un versículo en la Biblia que dice: …Antes del quebrantamiento está la soberbia; y antes de la caída está la altivez de espíritu. Hay mucho orgullo en las personas. Y este texto nos muestra una bendición. Es bueno saber que luego de tanto orgullo viene un quebrantamiento que va a ayudarme.

Gloria: Es el quebrantamiento el que rompe la muralla que uno levanta. Esto, nos aleja de otros y también nos aleja de Dios. Debe haber una humildad que me muestre de alguna manera esto: bienvenido que me muestren lo que no me gusta, y además, bienvenido que Dios me muestre espejos que son personas que en el amor de Dios me muestren las cosas que debo cambiar.

El deseo de Dios es que yo sea más como Cristo. A imagen y semejanza de él es que seamos transformados como Cristo. Para esto debo abrirme, “desnudarme” y además Dios coloca a personas de confianza para que pueda yo hablar. De esta manera puedo recibir todo lo que es de exhortación, consuelo, aliento, fuerza y luz.

Justamente, como ya lo he mencionado, existe el ejemplo del espejo. Así uno conoce las partes básicas de su cuerpo. Conoce sus manos, conoce sus pies porque los mira, porque los ve. Pero, hay dos parte que uno no conoce y ese son su ROSTRO y su ESPALDA. Lo sé porque hay un objeto externo que me muestra. Y el aspecto de la personalidad hay personas que con valentía y con el amor de Dios nos pueden mostrar las cosas que deben ser mostradas. También Dios permite que existan personas que no nos hablan con el amor de Dios. Esto hace que nos enojemos, que nos embronquemos pero, igual, debemos estar agradecidos porque nos muestra algo.

Luego de todo esto existe un después y eso es algo muy bueno. Así se puede hacer un paralelismo con el pasaje de Juan 11, con la historia de Lázaro. Lázaro pertenecía a una familia muy querida de Jesús. María, Marta y Lázaro, eran amigos muy queridos de Jesús.

En esta historia podemos ver claramente cuántas cosas se declararon. Hay cosas que pasan por el propósito eterno del Señor. Marta, cuando llegó Jesús a su casa, le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí”… y cuántas veces la familia de una persona que consume viene con esta misma queja! Es una queja a la vida, es una queja a Dios. Es una queja como la de María y la de Marta. ¿Por qué lo permitiste? ¿Por qué pasó? – Dios sabe por qué pasó! – Dios sabe por qué permite en tu vida y en mi vida tantas cosas!

Es importante animar a no quedar en el dolor. Porque el dolor nos paraliza. A partir del dolor no podemos preguntar ¿Por qué? Sino el “para qué”. Cuando las familias terminan los procesos, es precioso ver que dicen: Gracias a esta situación dolorosa es que todos nos pudimos revisar. Así nos pudimos restaurar y madurar como familia y personas. Los jovencitos que antes se drogaban dicen: tengo otra cabeza, tengo otra madurez. Para todo lo que Dios permite que se obre en nuestras vidas, hay un sentido de Bien.

Esto nos ayuda a pararnos desde otro ángulo: Señor si pasó esto hay que saber ¿para qué?

Muchas veces ante situaciones dolorosas preguntamos ese Por qué. ¿Dónde estaba Dios en esas circunstancias? Una familia tenía a Jesús en frente, y también fueron con quejas a él. Jesús en su accionar fue muy efectivo. El recibe toda la queja de sus queridas amigas, y todo el dolor de ellas. Y Él, frente al problema, frente a la tumba dijo.“Quitad la piedra”Jesús es el hijo de Dios, y él si daba una orden se cumplía. Jesús en una palabra podría haber quitado la piedra pero, él le dice a ella y a los que estaban ahí, “Háganlo uds”.

La familia de una persona adicta, necesita poner sus manos sobre el arado y, ayudar a la persona que está muerta del otro lado como Lázaro; para que la piedra que está hoy distorsionando. Esa piedra en este caso puede ser la adicción, pero puede llegar a ser otro problema también. La persona que está del otro lado no puede quitar la piedra solo. Jesús no le dice a Lázaro que quite él la piedra, porque sabe que Lázaro no lo puede hacer por sí mismo. Esto es como una red de apoyo. Cada uno debe hacer una parte. Y uno tiene que hacer su parte, ya que nadie la va a hacer por nosotros, ni siquiera Dios la va a hacer por nosotros. Él pide que nosotros como red, como grupo, quitemos la piedra que está por delante.

Qué importante es ver la sensibilidad de Jesús, pues dice un versículo que “Jesús se estremeció en espíritu, se conmovió. Jesús lloró”. Esto es muy importante. No solo la persona que padece la enfermedad está sufriendo sino que también está llorando la familia. Rescato aquí, el tema de tomarse el permiso de poder llorar, de poder sacar afuera esa angustia. Jesús siendo Dios, se conmovió. Él se permitió sacar a fuera lo que sentía. Esto es muy importante.

La palabra adicción, tiene sus raíces etimológicas en Adi: que significa lo no dicho, lo que no pongo en palabras. Eso es lo que siento. La adicción es la enfermedad de la anestesia. Es la anestesia del sentir. Sobre todo, este sentir de lo que nos angustia. Esto es parte de la sanidad que necesitamos vivir, y, experimentar.

Marta le dice a Jesús: “Hiede ya”. Ya habían quitado la piedra, Jesús se conmueve, y entonces Marta dice esto. Y muchas veces nos pasa, cuando acompañamos a alguien con cualquier enfermedad, o con este tipo de problemas, vemos que ya da mal olor. Estas situaciones, en cuanto a las adicciones nos dan vergüenza, no queremos acercarnos más. Podemos pensar esto desde el lugar de que nuestro prójimo nos necesita, Y la invitación de Jesús se da así: a pesar de que está en un estado de mal olor en un deterioro tan grande en su enfermedad como lázaro lo estaba en su cuerpo, ya era un deterioro grande. Sin embargo, a pesar de todo esto, hay esperanza. Y el punto, es creer que hay esperanza. Acá uno toca lo que viene casi inmediatamente en el versículo que viene después que dice: “Jesús le ha dicho a Marta: no te dije que si crees, verás la gloria de Dios?”

Ante esas situaciones que hay en nuestra vida que dan mal olor, que hieden ya, que ya se pasaron, no digamos más esto. Mientras Jesús está con nosotros, no se pasaron. Porque Jesús, de una manera vigente aún hoy, nos dice: “¿no te dije que si crees, verás la gloria de Dios?”

Debemos creer en el poder de Dios, debemos creer que Dios puede hacer por nosotros lo imposible. Hoy es tan grande la angustia que vivimos que podemos ver una lucecita. Este elemento de la fe, es el que va a hacer siempre la diferencia en cualquier circunstancia de la vida, inclusive en un acompañamiento de una persona con adicción. En esta enfermedad hay recaídas, y pasa que se recae. No hay que bajar los brazos y pedir a Dios las fuerzas.

El mensaje que quiero dejar a las personas que ya están cansadas, con todo derecho, es que el fondo del corazón de las personas que nos necesitan, nos dicen: no te des por vencido. Sigue adelante. Dios no se da por vencido, sino que sigue adelante.

Jesús en ese momento dice: desátalo y déjalo andar. Y las ataduras no nos permiten llevar adelante nuestros planos. El enemigo justamente quiere darnos ataduras.

En el proyecto Renacer, que es en el que yo trabajo el versículo lema es justamente este: Desátalo para que pueda caminar. La motivación es desatarlo con la ayuda de Dios para que los propósitos preciosos de Dios se puedan cumplir en él.

Jesús clamó a gran voz: “Lázaro ven fuera”. Jesús con firmeza le dice: ven fuera. Jesús mismo le dijo: Levántate y seguí. La sobreprotección es un mensaje que inhabilita. Jesús nos dignifica hasta en esto. Debemos salir ADELANTE.

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