De la mano del Eterno (1 de 3)
21 agosto, 2009
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Título: De la mano del Eterno

Autor: Marcel Malgo
  PE1402

“De la mano del Eterno” es el título del mensaje, en el cual Marcel Malgo continúa ayudándonos a descubrir los tesoros escondidos en el salmo 23. Estamos viendo que no es así no más, sino “por amor de Su nombre” que el Señor guía a los suyos por “sendas de justicia”.


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Queridos amigos, en el programa anterior vimos que no es así nomás que el Señor guía a los suyos por “caminos de justicia”, sino que es “por amor de Su nombre”. Que somos colmados de dones celestiales por Jesucristo, para que éstos sean para la honra del nombre de nuestro gran Dios, para que Él sea glorificado. ¡Y cuánto es honrado el Padre en el cielo cuando realmente puede guiar a Sus hijos, si es que ellosquierenser guiados por Él! Cuando se manifiesta, cuando se hace visible, en la vida de un hijo de Dios que el Buen Pastor tiene las riendas en Sus manos, y lo puede guiar por sendas de justicia, esto es para alabanza y gloria del santo nombre de nuestro Señor. Después nos preguntamos qué característica tenía la senda de justicia. Entonces vimos que, en primer lugar, es „un camino de misericordia y de verdad”. Así lo dice el Salmo 25:10: “Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.” Sin embargo, hay una condición para esta promesa:“Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,para los que guardan su pacto y sus testimonios.”La “puerta” de la promesa: (“Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad”), y solamente la podrá abrir el que tenga la “llave” correspondiente: (“para los que guardan su pacto y sus testimonios”). Solamente así se podrá experimentar la bondad, verdad, fidelidad y gracia del Señor.

Continuamos hoy con la segunda característica de la “senda de justicia”. Ella es:Un camino de sabiduría.Acerca de este camino leemos en Proverbios 4:11:“Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar.”No siempre es fácil entender la guía personal de Dios en la vida de un cristiano. A veces nos preguntamos desesperados: “¿Qué sería lo más sabio en esta situación? ” “¿Qué tengo que hacer ahora?” También los hijos de Dios nos encontramos muchas veces delante de un cruce y nos preguntamos cuál camino tenemos que elegir conforme a la voluntad del Señor. Desearíamos recibir una clara respuesta a cierta pregunta en nuestra vida; pero no la recibimos con toda claridad. Ciertamente, el encontrar la decisión correcta es a veces una de las cosas más difíciles en la vida de un cristiano. A pesar de eso, el hijo de Dios podrá experimentar que Dios lo guía; una vez así, otra vez por otro camino. Pues es cierto que el Señor quiere encaminarnos por el“camino de la sabiduría”y hacernos andar por“veredas derechas”. En otras palabras: Dios siempre quiere dar a Sus hijos una guía segura.

Pero, ¿dónde está entonces el problema? Muchos de nosotros somos demasiado complicados en nuestra vida de fe. A veces nos rompemos la cabeza con una pregunta en la cual nos falta claridad, en lugar de atenernos simplemente por la fe a las afirmaciones de la Biblia. Lo importante no es tanto que experimentemos la guía de Dios, sino que creamos incondicionalmente en lo que Él dice en la Biblia, en la cual nos promete sabiduría, entendimiento, guía y dirección en el momento oportuno. No nos tiene que preocupar cuál será finalmente el resultado de la guía del Señor, pues eso lo podemos dejar tranquilamente en Sus manos. Pero debemos confiar absolutamente en que Él nos guiará según Su Plan y a Su tiempo.

Si el Buen Pastor te quiere guiar por“sendas de justicia por amor de su nombre”, también significa que quiere enseñarte el“camino de la sabiduría”y guiarte por“sendas derechas”. El Buen Pastor en Persona te garantiza esta inquebrantable verdad, pues leemos en 1 Co. 1:30:“… por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención”.

Nuestro Salvador, el Buen Pastor, es la sabiduría en Persona. A todos los que han conocido a Jesús, Él les“ha sido hecho por Dios sabiduría”. Esto significa que en Él tenemos garantizada una escapatoria, aún en medio de un callejón sin salida. Lo único que tiene que preocuparnos es: ¿Cómo está nuestra fe? ¿Realmente creemos que recibiremos todo lo que necesitamos para esta vida, en y a través de Cristo, o dudamos de ello?

Ahora, ¿qué significa tener fe en la práctica? Significa que nos dejemos guiar como una oveja por el Buen Pastor, sin condiciones ni restricciones, sobre el “camino de sabiduría”. Creer significa liberarse por fin de los esfuerzos propios y dejarse caer en las manos abiertas del Señor. A cada una de Sus ovejas el Buen Pastor la quiere hacer llegar a este punto, la quiere incentivar a entregarle su completa confianza y a seguirle incondicionalmente. Jesucristo es la sabiduría en Persona, que ya alzó Su voz en el Antiguo Testamento, como leemos en Prov. 8:1 al 6:“¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia? En las alturas junto al camino, a las encrucijadas de las veredas se para; en el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, a la entrada de las puertas da voces: Oh hombres, a vosotros clamo; dirijo mi voz a los hijos de los hombres. Entended, oh simples, discreción; y vosotros, necios, entrad en cordura. Oíd, porque hablaré cosas excelentes, y abriré mis labios para cosas rectas”.

Reitero: No interesa si siempre experimentas visible y claramente la guía de Dios, pero sí que confíes incondicionalmente en la guía del Buen Pastor en tu vida. Por eso, recibe esto sencillamente con fe en tu corazón: Si el buen Pastor te guía por“sendas de justicia por amor de su nombre”, esto también significa que quiere enseñarte el camino de la sabiduría y guiarte por veredas derechas. En la carta de Santiago, en el cap. 1, vers. 5, encontramos una exhortación que contiene un maravilloso consuelo: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.

Analicemos ahora la tercera característica. Esun camino de rectitud. Preguntémonos: ¿Nos movemos siempre en un camino recto? Los hijos de Dios tienen una promesa infalible en Isaías 26:7:“El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo”. Esto suena maravilloso, pero la pregunta es: ¿Cómo es que sucede? ¿Cómo experimentamos en nuestra vida el hecho de caminar sobre un camino de rectitud?

Muchas veces andamos sobre caminos ásperos y difíciles. Esto pasa porque no andamos por fe, sino por vista; porque continuamente estamos ocupados en mirar las dificultades, en lugar de depositar todo confiadamente en las manos del Buen Pastor. El que siempre fija sus ojos en las asperezas y obstáculos de su camino, en algún momento tropezará con ellos. ¿No te pasó alguna vez que justamente pisaste los charcos o las asperezas del camino, cuando tratabas desesperadamente de evitarlos? ¿Por qué pasa esto? Porque uno se concentra tanto en esas cosas, que se tropieza y justamente mete el pie en un charco o en un agujero. Lo mismo pasa en el ámbito espiritual: El que continuamente considera los acontecimientos negativos de su vida, una y otra vez tropezará con ellos. Pero el que aparta la vista de ellos por fe y lo deja todo confiadamente en las manos de Jesús, experimentará que su camino se convierte en una senda recta. En otras palabras: Si el Buen Pastor te guía“por sendas de justicia por amor de su nombre”, aunque sean sendas ásperas y difíciles, para ti se convertirán una y otra vez en caminos rectos, porque andas por fe al lado del Buen Pastor.

Esto es y sigue siendo un hecho maravilloso: El que logra mirar a Jesús por la fe, más que a las contrariedades de su vida, andará por un camino cada vez más recto. Ya el salmista, que era acosado por muchos problemas, aprendió a apartar su vista de lo malo y a fijarla constantemente en el Señor. Él testifica en el Salmo 34, vers. 5:“Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados”. Y en otro pasaje, en el Salmo 16, vers. 8 y 9, escribe:“A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; mi carne también reposará confiadamente”. ¿Cómo, pues, se transforma en un camino recto la senda de tu vida? ¿Cómo llegas a ser un cristiano feliz y equilibrado en la vida diaria? Andando al lado del Buen Pastor (“porque está a mi diestra”), y fijando tus ojos en Él:“A Jehová he puesto siempre delante de mí.”Si practicas esto, te pasará como a los creyentes del Antiguo Testamento:“Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados.”En otras palabras: No tropezarás con los problemas de tu vida, ni caerás (lo que sería muy triste), sino que caminarás con gozo por la senda de tu vida, a pesar de las asperezas, las piedras y los agujeros que hay en ella.

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