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¿Cuál Es Tu Testimonio?

Autor: Herman Hartwich

  ¿Qué concepto tiene las personas de ti? Bueno, malo, regular… ¿por qué nos tendría que importar el testimonio que damos a los que nos rodean?… Herman nos hace pensar sobre este aspecto de nuestra vida.

 


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PE2015 – Estudio Bíblico  – ¿Cuál Es Tu Testimonio?



Estimados amigos, en la epístola de Pablo a Timoteo en el capítulo 1 de primera de Timoteo versículos 12 al 17, Pablo le dice a Timoteo así: Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Aquí tenemos amigos el testimonio de Pablo, pero, ¿Cuál es tu testimonio? Y ¿cuál es el testimonio que tu crees? Y, si lo crees, ¿Lo compartes?
Estos versículos subrayan la situación de Pablo antes de convertirse a Cristo, pero, el punto culminante y el contraste está en: “ Mas fui recibido a misericordia” Pablo agradece a Cristo por escogerle. Él dice que el Señor lo fortalece, lo ha fortalecido para ser fiel. Si has nacido de nuevo y has sido escogido, entonces él te fortalecerá para serle fiel. Muchos comienzan en el camino del Señor, pero después le dejan. Me gusta cuando Pablo le dice a los colosenses en el capítulo 2 versos 6 y 7, algo precioso: Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.

Algo que a veces no entendemos es que a pesar de lo que hemos hecho, de lo que somos de lo que hemos sido, Cristo nos salva. Él siempre lo dijo a lo largo de su ministerio. Él dijo: yo he venido a buscar lo que se había perdido. El no llamó a los justos, sino a los pecadores. Hay otras expresiones similares que muestran que a pesar de lo que hayamos hecho, el Señor nos quiere salvar. Y es tanto así, que el apóstol Pablo usa 3 palabras: yo fui blasfemo.

Blasfemo es una persona que dice blasfemia. Dice el diccionario que es una palabra injuriosa contra Dios, o cualquier otra persona. A pesar de que él decía que era creyente, el Apostol Pablo fue blasfemo. Él era un religioso fanático, pero no obstante, reconoce que él blasfemaba.

Él también dice que era perseguidor. Esto es seguir al que huye para alcanzarle. Alcanzaba a uno para hacerle daño y vaya que le cabía muy bien este adjetivo como perseguidor de la iglesia y a pesar de que era blasfemo, a pesar de que era perseguidor, el Señor lo llamó a misericordia.

Injuriador, es la siguiente palabra: persona violenta, orgullosa, insolente. Pablo de esta manera hace una evaluación de su misma persona antes de conocer a Jesucristo. No es fácil o común que las personas reconozcan sus errores o sus faltas. Esta es una de las cosas más importantes en la vida: que reconozcamos nuestros errores que reconozcamos nuestros pecados.

Dice que él fue recibido a Misericordia. Y, la Biblia toda nos habla de la condenación que pesa sobre las personas que blasfeman, que injurian sobre las personas deshonestas, los mentirosos, los adúlteros, los fornicarios, los avaros. Hay una cantidad de situaciones y de prácticas que son condenadas por Dios. Nosotros tendremos que dar cuenta por todo esto. Y frente a esta auto condenación, hay una fantástica palabra: RECIBIDO A MISERICORDIA.

Si bien pablo había perseguido a la Iglesia por ignorancia porque pensaba que estaba sirviendo a Dios, el no trató de disminuir la importancia del pecado. Muchas veces nosotros nos escondemos en el “no sabía”. La Biblia nos habla de que los pecados de ignorancia también necesitan satisfacción. Esto lo dice Hebreos 9:7: “pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo”. La mención de la ignorancia subraya la ceguera lamentable y culpable del pecado.

En Efesios 4:18 dice que la gente está teniendo el entendimiento entenebrecido, ajeno a la ira de Dios, por la ignorancia que en ellos hay por la dureza de corazón. Está describiendo la situación del Ser humano dando la espalda a Dios. Tienen el entendimiento entenebrecido ajeno a la ira de Dios, por la ignorancia que en ellos hay.  La primera carta de Pedro capítulo 1, verso 14 dice: como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia.

Muchas personas dicen: Hubiese preferido ignorar porque ahora escuché y eso me molesta ahora. Y, si tu lo ignoras, aún pesa sobre ti el juicio de Dios. En el versículo 14 dice que la Gracia de Dios fue más abundante. Esta es la afirmación que comienza allí en el versículo 12: en medio del pecado Pablo hallo misericordia, gracia, fidelidad, amor y esta gracia sobreabundó en gran manera. Así lo describe el capítulo 5 de Romanos versos 17 al 21 mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia.

Pero, en la carta de Pablo a Tito n el capítulo 3 versículos 3 al 7 que dice: Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

¿Quién de nosotros puede decir que no está en pecado? Que no le cabe alguno de los adjetivos que acá hemos visto. En el versículo 15 de primera de Timoteo dice: Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

Has pensado de que es digno de que reciba esta palabra? Muchos piensan que la palabra de Dios es un invento de Hombres, pero no se equivoque querido amigo, la palabra de Dios ha sido inspirada por Dios. Es útil para enseñar para corregir para redargüir para instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea enteramente preparado para toda buena obra y Dios quiere que tu recibas esta palabra así como lo hizo con Pablo. Es necesario que reconozcas tu pecado sea cual sea. El apóstol insiste en la misericordia. Como pecadores merecemos el castigo eterno pero, por su misericordia no recibimos el castigo eterno y por su gracia recibimos lo que no merecemos. Nosotros nos merecemos el cielo pero por su gracia él nos lo da si nos arrepentimos de nuestros pecados. Lo hace así para demostrar, que no hay pecador tan perdido y perverso que no se pueda salvar.

Amigo entrega tu vida a Jesucristo. Él te dará el verdadero sentido para vivir.

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