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21 febrero, 2008
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Confirmación. 3/3
21 febrero, 2008

Titulo: Confirmación . 2/3

Autor: John Wilkinson 
Nº: PE937

 

Todos los creyentes en  Cristo son, por la autoridad de la Escritura, la simiente espiritual de Abraham.

 

 Esto no implica que los creyentes que son de origen gentil sean los israelitas espirituales.

 

Esta misma razón de que un  creyente gentil, sea un hijo de Abraham por fe, es la que hace que no sea un israelita espiritual.

 


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Confirmación . 2/3

Queridos amigos, qué lindo es encontrarnos nuevamente.

 

Hoy me gustaría comenzar con una pregunta: 

 

¿Los creyentes de entre los gentiles no son israelitas espirituales?.

 

Sabemos que todos los creyentes en Cristo son por lo tanto, por la autoridad de la Escritura, la simiente espiritual de Abraham. Pero esto no implica que los creyentes que son de origen gentil sean los israelitas espirituales.Una cosa no incluyela otra; y a la vez una cosa excluye la otra. Con la excepción de un israelita natural convertido, nadie puede ser llamado israelita espiritual en forma apropiada y escritural. La misma razón por la que yo, un creyente gentil, soy un hijo de Abraham por fe, es la que hace que no sea un israelita espiritual. Israel fue el nombre que Dios le dio a un solo hombre – Jacob – cuyos hijos fueron los hijos de Israel, y cuyos descendientes fueron denominados israelitas. El término israelita se aplica legítimamente a todos los descendientes de Jacob y a nadie más.¿Entonces los creyentes de entre los gentiles no son israelitas espirituales?Ciertamente que no. Y ¿Por qué no, si son hijos de Abraham? ¿No son los términos “simiente espiritual de Abraham” e “israelitas espirituales” uno y no tienen el mismo significado?

 

Querido amigo, No, no son la misma cosa en sí mismos, a pesar de que ambos se aplican igualmente a todos los judíos naturales que se hayan convertido genuinamente, siendo éstos israelitas espirituales y a la vez simiente espiritual de Abraham.

 

Entonces, ¿Por qué es que los creyentes de entre los gentiles no son israelitas espirituales? Porque Israel fue el nombre que se le dio a Jacob luego de que fuera circuncidado, y jamás se aplica a quienes no son descendientes de Jacob. Abraham llegó a ser el padre de los creyentes – circuncisos e incircuncisos – a través de un pacto de fe hecho con él años antes de que fuera circuncidado; de manera tal que las bendiciones que fluyeran de este pacto pudieran alcanzar todas las naciones, mientras que las bendiciones que involucraran a los israelitas mismos, estarían confinadas tan solo a la nación electa. Esta enseñanza se tornará perfectamente clara a través de un cuidadoso estudio de Romanos 4 y Gálatas 3.

 

La primera parte de Romanos 4 habla de la justicia por fe, y de la bendición de tener los pecados perdonados. Abraham “creyó a Jehová y le fue contado por justicia” – citado de Génesis 15:6, y, “Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado”. Entonces viene la pregunta en el versículo 9, “¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión?.

 

¿Cómo, pues, le fue contada la fe por justicia a Abraham? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia. Así que en el pacto de fe hecho con Abraham mientras estaba incircunciso, todos los creyentes en Cristo, a pesar de que estén incircuncisos en la carne, son su simiente espiritual.

 

Ahora bien estimado amigo,¿qué es Abraham para el judío no creyente?Tan solo el padre desde la perspectiva de su descendencia natural y del pacto con la nación, lo cual le otorga el poder compartir las bendiciones terrenales en Palestina.

 

¿Qué es Abraham para el judío creyente?También es un padre de acuerdo al pacto de fe. “Y padre de la circuncisión,” como dice la Palabra, ” para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.”

 

De esta manera, la simiente espiritual de Abraham está constituida indiferentemente por creyentes judíos y creyentes gentiles; mientras que los israelitas espirituales son los creyentes judíos tan solo; los primeros son afectados por un pacto hecho en la incircuncisión, el otro término – israelita – se aplica solamente al pueblo circuncidado.

 

Muchos podrán preguntarse, ¿pero qué hacemos con pasajes tales como “He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño;” o “El Israel de Dios”; y “Porque no es judío el que lo es exteriormente sino que es judío el que lo es en lo interior,” u otros pasajes?

 

Con respecto a la expresión, “He aquí un verdadero israelita,” debe recordarse que Natanael, de quien se dice esto, era tanto un israelita natural como espiritual, alguien que es consistente y genuino, un verdadero cristiano, o un cristiano de verdad.

 

Los judíos siempre se han enorgullecido de sí mismos por ser la nación electa y el pueblo escogido de Dios, y piensan que su circuncisión, la cual les hace acreedores de los privilegios de ser la nación elegida, les asegura su salvación eterna.

 

Pero no, en ninguna forma; deben ser “verdaderos israelitas”; “judíos interiormente”, circuncisos en su corazón así como en su carne; en pocas palabras, deben convertirse, nacer de nuevo.

 

Estimado amigo, Usted se peguntará:¿Pero no es que el término “Israel de Dios” incluye tanto a los creyentes que son gentiles como a los creyentes que son judíos?No, pensamos que no es así. En primer lugar, el apóstol a los gentiles, en Gálatas 6:16, ora por una bendición para los creyentes que son gentiles, y luego, además de eso ora también “por el Israel de Dios.” “Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellosy al Israel de Dios”.El “Israel de Dios” evidentemente se refiere aquí a personas diferentes a los creyentes de entre los gentiles. Una vez más, la expresión “Israel de Dios,” puede que no se refiera tan solo a los judíos creyentes, sino que además puede, y seguramente es así, incluir a los judíos no creyentes, es decir, a toda la nación de Israel. Una oración por parte de Pablo a favor de su propio pueblo estaba en perfecta armonía con el ya conocido sentimiento que su corazón tenía hacia ellos;porque el deseo de su corazón y su oración a Dios era para la salvación de ellos; e inclusive deseaba ser maldito por Cristo si eso repercutiera en algún beneficio para sus hermanos en la carne. Entendemos, entonces, el término “Israel de Dios” como la nación electa, la cual fue elegida para ser un canal y un instrumento de bendición al mundo.

 

Lo siguiente simplificará en gran manera la Palabra de Dios para todos nuestros oyentes.

 

Quienes son de Cristo ciertamente linaje de Abraham son, sean judíos o gentiles, ya que el pacto de fe fue hecho con Abraham siendo éste incircunciso, entonces es el padre de todos aquellos que creen, aunque no sean circuncisos. Ya que el nombre Israel le fue dado a Jacobdespuésde la circuncisión, el término Israel o israelita se aplica tan solo a los descendientes naturales de Jacob (los cuales son circuncisos), a quien Dios llamó Israel. La aplicación práctica de esta enseñanza es sumamente importante. Los descendientes naturales de Jacob tienen ahora tanto derecho a todas las promesas hechas a Israel como a las maldiciones que le fueron advertidas. Nosotros creemos que no hay un solo caso en la Palabra de Dios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, en el cual el término Israel pueda ser aplicado legítimamente a cualquiera menos a los descendientes naturales de Jacob. Tomemos algunos pasajes relacionados con advertencias de maldiciones y promesas de bendiciones. Veamos.

 

“Puse por anatema a Jacob y por oprobio a Israel.” O también “El que esparció a Israel lo reunirá. El reunir aquí es tan literal como el esparcir, y en ambos casos se refiere a la nación natural de Israel. También leemos: 

 

“Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel”.”¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel! .”Israel será salvo en Jehová con salvación eterna.” Esta aplicación del término Israel, así de justa, sencilla y natural, tiene la intención de despertar en el corazón de los cristianos el interés más profundo en la salvación del pueblo de Dios de antaño.

 

Ya hemos descubierto dos aplicaciones diferentes del término “simiente de Abraham”; primeramente Cristo; y en segundo lugar, todos los creyentes en Cristo. Pero tenemos aún una tercera aplicación – Los descendientes naturales de Abraham: “Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.”

 

Estas promesas fueron hechas a Abraham, renovadas a Isaac y confirmadas a Jacob, cuyo nombre fue cambiado por el de Israel. Israel, como hemos visto, es un término que se aplica solamente a los descendientes naturales del circunciso Jacob, para que las promesas pertenecieran a la nación de Israel y a través de esta nación elegida llegara la bendición del mundo. “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.” “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.”

 

Nuestro bendito Señor enfatizó esta doctrina al declarar, “la salvación viene de los judíos.”

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