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¿Cómo puedo ser sano espiritualmente?

Autor: Herman Hartwich

Herman Hartwich, pastor en Young, Río Negro, Uruguay, nos habla sobre la sanidad espiritual, basándose en la Historia de Naamán, nombrado en el libro de 2º de Reyes, en el Antiguo Testamento.


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PE1490 – Estudio Bíblico – ¿Cómo puedo ser sano espiritualmente?


 


Que tal mis amigos es un placer compartir estos pensamientos con ustedes y doy gracias a Dios por esta nueva oportunidad, que hoy Dios nos concede y hoy yo quisiera compartirles la lectura en la palabra de Dios, en el segundo libro de los Reyes, en el antiguo testamento capítulo 5, tenemos la fantástica historia un relato de un hombre prominente un general del ejército, del Rey de Siria, Naamán, y el profeta Eliseo. Y voy a estar dando lectura a los primeros 14 versículos, de el capítulo 5 de 2do de Reyes. Y dice así, Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.

Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.

Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel. Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Vé y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado.

Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio. Mis queridos amigos hasta aquí la lectura que he leído en 2do de Reyes, capítulo 5: versículos 1 al 14. en la vida de Naamán tenemos un cuadro, digamos así, un cuadro vivo del hombre pecador que necesita de los auxilios, de la gracia y de la misericordia de Dios. Muy a pesar de su orgullo y vanidad. Y suelo siempre explicar en mi congregación lo que es la gracia y misericordia de Dios. Misericordia es que nosotros, por la misericordia de Dios, no recibimos lo que merecemos, o sea el infierno.

Pero por la gracia de Dios, podemos recibir lo que no merecemos. Que es el cielo, el hombre ha sido hecho por Dios. Y para Dios, sí mis amigos, ustedes y yo hemos sido creados por Dios, y para él, y para traerle gloria a él. Y jamás seremos felices hasta que por la fe, nosotros estemos en esa nueva relación con Dios, ahora, repasemos. La condición de este hombre, él era, lo que nos relata aquí. El autor de este libro nos presenta a un hombre valiente en gran manera. Es digno de exaltarlo no es cierto, era un general del ejército del Rey! Tenía una posición importante, no obstante, el tener una buena posición ante el gobierno, ante la sociedad, no hace necesariamente feliz a la persona, también se nos habla de que por su valor, la nación había llegado a ser una gran potencia, aquí se destaca el valor de este general del ejército. Dice que el Rey le tenía en gran estima.

Todo esto muy lindo, pero, había un gran problema pero era leproso. Y en la Biblia la lepra es prácticamente símbolo de pecado. No importa cuánto haya triunfado el hombre en esferas de la vida, pero el pecado es su mal. El mal que solo dios puede perdonar, que solo Dios puede quitar, mis amigos este es un mal inamovible. El apóstol Juan dice, en 1ª de Juan 1:9 dice que si confesamos nuestros pecados, él ,refiriéndose a Jesucristo, es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad, ahora veamos a Naamán, buscando el remedio para su mal. Él es enviado por su Señor, por su rey, al rey de Israel, el lleva regalos de mucho valor, todo lo que tiene, como dijera Job, todo lo que el hombre tiene, está dispuesto a darlo por su vida.

Mucha gente está dispuesta a dar todo con tal de tener un gramo de felicidad. Un gramo de paz, un gramo de amor, como naamán, muchos buscan el perdón, la sanidad, buscan muchas cosas lindas que anhelan, que no las tienen, que parecen que fueran inalcanzables, pero, saben una cosa? Que las buscan en quienes son incapaces de poder darlo. El profeta, el hombre de Dios lo llama y le ordena, lo que tiene que hacer, porque claro, fue al rey de Israel, y el Rey no era el indicado, el mismo rey reconoce, qué piensa él que soy Dios para sanarlo? Hasta creyó que era una provocación de su colega Sirio.

Pero el profeta lo llama y le ordena hacer algo que se ofende. Muchos como Nahamán quieren impresionar a Dios con sus esfuerzos, con sus ofertas pero así jamás se va a recibir la bendición. La redención del hombre afirma la Biblia no tiene precio. Porque es tan alto el precio que nadie de nosotros puede acceder a él si tuviéramos que pagar. No hay oro ni plata ni piedras preciosas en el mundo suficientes para llegar al valor de nuestra redención.

Para Naamán Dios le habla. Dios te habla a ti mi querido amigo, mi amiga, te habla por diferentes medios, de diferentes maneras, aquí por ejemplo en la vida de Naamán, vemos que le habló por una simple muchacha esclava una humilde muchachita que viendo a su amo, sufrir, viendo a la esposa, ella le dice, allá en mi tierra hay un hombre, que si le piden él lo sanaría. Conocía a Naamán, no se si personalmente o de oídos, pero sabía del poder que Dios había dado a Eliseo. También le habla por medio de su siervo. O sea Eliseo y le dice bueno, ve, y zambúllete 7 veces en el Jordán. Es más se lo manda decir con su siervo Giesi. También le habla a Naamán por medio de sus criados.

Los propios Criados que le acompañaron en ese viaje, dice, pero Señor si el profeta te mandara hacer algo costoso, algo impresionante tal vez lo haría pero eso tan sencillo por qué no lo haces? Bueno al fin y al cabo cuando Naamán obedeció y se sometió a la orden del profeta de Dios, el hombre de Dios, se zambulle 7 veces en el río Jordán su piel se vuelve como la piel de un niño. Queda sano de su lepra. Cuantas veces Dios llama a la puerta de nuestro corazón y despreciamos su voz? Porque nosotros por lo general como criaturas caídas, tenemos pecado y somos víctimas de esa ambición, de esa pretensión de impresionar, de ser protagonistas, nos queremos mover, salvar por nuestros propios esfuerzos ó, buscamos sensacionalismo. Pero Dios nos ofrece el perdón a través de su hijo Jesucristo y nos llama, nos llama como ahora, por medio de esta reflexión que están escuchando.

Oye su voz escucha la voz de Dios allí en lo íntimo de tu ser, de tu espíritu, Dios te ha estado hablando durante largo tiempo. Quizás haz estado desoyendo y desobedeciendo su orden y de arrepentirte de tus pecados y de pedirle perdón y de pedirle que entre a morar a tu vida es la única forma que tu vas a poder vencer el problema del pecado que te domina, que te controla y que te está destruyendo, si tú haces esta entrega, al Señor de tu vida, serás santo espiritualmente. Que Dios te bendiga en tu decisión.

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