Cáncer de mama – 4 años después

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Cada año se detectan más de 1.300.000 casos de cáncer de mama en América Latina y el Caribe. En esta oportunidad, Julia Álvarez, nos cuenta su experiencia desde que recibió la noticia, tratamiento y recuperación… ¿Cómo recibió la noticia? ¿qué pensó? ¿cómo se sostuvo en todo el proceso?… Julia nos cuenta estos y algún otro detalle de su pasaje por esta enfermedad. Esperamos que nos acompañes y descubras qué es lo que Dios quiere enseñarte.


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EA652 – Entre Amigas –
Cáncer de mama – 4 años después



Receta: Salsa italiana


Entrevista a Julia Álvarez

Natalia: Estamos con Julia Alvarez en un pueblito llamado La Charqueada, ubicado en Treinta y Tres, Uruguay. Ella es misionera hace más o menos 30 años, pero en estos últimos años le ha tocado pasar por una experiencia un tanto complicada de salud.

Julia: Si, hace 4 años y medio que tuve una cirugía de cáncer de mama, que hizo que cambiara mi ministerio. Tuve que cuidarme de otro forma, atenderme a mí misma. Esto fue difícil porque siempre estaba corriendo de un lado a otro, atendiendo a otras personas pero ahora me tenía que atender yo. También tuve un tratamiento exigente y fuerte. Asique ya correr por los caminos llevando la palabra ya no podía hacerlo. Asique me pregunte ¿Cómo puede servir a Dios ahora? Quizás Dios ha permitido que tuviera esto para dar la Palabra a todos los que me encontraba en las clínicas, en los hospitales, y en el sanatorio. La verdad que fue una oportunidad para testificar a los médicos, y a los que estaban igual que yo, fue una experiencia muy interesante.

Natalia: Claro, además pasando por la experiencia misma. ¿Cómo fue ese momento cuando te cuentan que enfermedad tenes y el tratamiento a seguir?

Julia: Eso es muy interesante porque Dios me estaba preparando. Yo soy una persona muy miedosa y no me gusta sufrir. Pero cuando el médico me llama por teléfono y me dice que quería vermes. Me di cuenta que algo malo había. Cuando voy al médico, el me dice que los análisis habían salido positivos, ósea que tenia Cáncer. El me dijo que tenemos un ciclo para nacer, para vivir, y morir. El fue muy claro, y realmente se lo agradezco, porque me gusto que me diga la verdad. También me conto todo lo que me tenía que hacer, comenzar con la cirugía, luego la Quimioterapia, y después la Radioterapia. También me conto de cómo me iba a sentir, que ya no iba a poder trabajar mas. Que ahora tenía que dedicarme a mí y dejar a la gente. Al salir de la consulta quede perpleja de mi misma, de la gracia de Dios tan maravillosa. Porque yo me decía a mi misma – ¡Estas enferma! Seria mente enferma ¡Preocúpate! Y yo no me podía preocupar. Esta tan llena de la paz de Dios que para mí fue como que el médico me digiera que tenía una gripe. Luego vino la intervención, que gracias a Dios fue maravilloso. Yo no puede quejarme y decir que sufrí, porque Dios no me permitió sufrir nada. Después al venir la Quimioterapia si, muchos hermanos en la fe me contaron lo difícil que era, y lo que producía. Asique ahí si tuve un poco de miedo, tenía miedo de enfrentar ese tratamiento. Entonces una hermana me manda un versículo que fue muy maravilloso. Ese versículo es Juan 14:27: La Paz os dejo mi  Paz os doy. Yo no lo doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tengan miedo. Asique pensé yo tengo miedo a la Quimioterapia y Dios me está diciendo Julia ¡No tengas miedo! Asique en esa confianza descanse, y cuando llego la Quimioterapia fui con familia y amigo que me acompañaron. Yo esperaba la reacción, está expectante de ver qué pasaba. Pero la verdad no paso nada, me sentía esplendida. Me levante, me vestí y le dije a mi hermana ¡Vamos a hacer compras! Y allí fuimos por la cuidad a hacer compras. Tuve 4 secciones muy fuerte de Quimioterapia y nunca tuve ningún problema. Luego viaje a Montevideo por 1 mes, para tener las secciones de Radioterapia donde tampoco tuve ningún problema. Tuve la pérdida de cabello, pero ya estaba concientizada de que eso podía pasar, asique tampoco fue un problema para mí. Tenía varias pelucas, chalinas, gorros asique no me complique. Yo me quería ver linda, y las pelucas realmente me molestaban, así que apenas comenzó a crecer el cabello deje de usar las pelucas, y ya no me preocupe más. Usaba el pelo muy cortito. Fue un tiempo tan precioso para mi, aunque parezca extraño, porque aprendí a conocer a Dios de una forma increíble. Conocí la Gracia de Dios.

Natalia: A mí me hace pensar mucho en la historia de Job, ¿Porque Dios te hace pasar todo esto? ¿Encontraste alguna respuesta?

Julia: Si, yo oraba y daba gracias a Dios por su cuidado, su amor para conmigo. Pero no podía decir gracias Señor por esta enfermedad. Yo agradecía todo lo demás. Pero un día parándome en el camino de la vida y mirando hacia atrás toda la riqueza espiritual que yo adquirí a través de toda esta enfermedad, me encontré dándole las gracias a Dios.  Personalmente creo que el Señor me ha sanado, siempre es una caja de sorpresas en esta situación. Pero yo estoy tan confiada en el Señor, porque mis tiempos están en las manos de Dios. Sin enfermedad o con enfermedad un día yo voy a partir de la tierra, porque no somos eternos acá. Yo ya aprendí eso, y no pienso cada día que es lo que va a suceder conmigo, todo está en las manos de Dios. Yo sigo adelante sirviendo a Dios en la manera que puedo, por supuesto que estoy limitada.

Natalia: ¿En qué ha cambiado? ¿En que es diferente ahora?

Julia: Porque tengo que cuidar un poco mi físico, el brazo especialmente. Debo cuidarme del frio y del calor, pero siempre sirvo a Dios.

Natalia: Claro, eso nos decías hoy, porque ahora se te presentan otras oportunidades que quizás antes no. Porque no llegabas a las personas con las palabras correctas porque no vivías la misma situación.

Julia: Claro, por ejemplo en una oportunidad me toco una doctora que ella también tiene cáncer. Fue una oportunidad para testificarle, porque ella me veía tan feliz que me pregunto ¿Usted cree en algo? Eso fue una puerta abierta. Mi respuesta fue ¡Sí! Creo en el Señor Jesucristo y allí comenzaba a hablarles. Ella me veía tan bien, que me decía –Creo que eso le ayuda. Y claro que si, el Señor Jesús siempre nos ayuda.

Asique un día en una consulta pudimos hablar bien claro y hasta me dejo darle un folleto. Y así como con ella el Señor me ha dado otras oportunidades, y yo estoy muy feliz.

Natalia: ¿Cuál es el consejo que le dejarías a alguien que esté pasando por la misma situación o que conozca a alguien que esté en esta situación?

Julia: La calve esta en tener al Señor Jesucristo. Yo en ese tiempo recibía montones de mensajes de gente que ni esperaba. Pero lo que te va a ayudar es la Palabra de Dios. No importa si tenes enfermedad o no, lo que importa es si tenes al Señor Jesucristo como tu salvador personal.

Ese es el secreto del éxito, de la victoria, ya sea para vida o para muerte.

En este tiempo he aprendido a disfrutar de la vida, de cada día. He aprendido a agradecer por cada cosa, por un día de sol, por el cielo azul. Lo que he aprendido es a valorar y disfrutar. Asique los animo a que puedan conocer al Señor Jesús como su Salvador y a poder valor lo que hoy en día tienen.

1 Comment

  1. washington rodriguez cancino dice:

    Hola, les escribo desde Santiago de Chile, agradecido por vuestro servicio al Señor, y beneficio para nosotros, a través de la revista Llamada de Medianoche. Quiero agradecer a Dios, por sus beneficios para con nosotros. A mí esposa María Angélica se le detecto un cáncer de colon en agosto del 2007, por lo que tuvo que someterse a una operación y extirpar 1mt. y 20 cm de colon y a un tratamiento difícil de quimioterapia. Luego de seis meses con esto, se le detecto otro cáncer, esta vez en el hígado, por lo que nuevamente tuvo que operarse para extirpar la mitad del hígado y someterse otra vez a seis meses de quimioterapia. Fue un tiempo difícil, muy difícil, donde solo la gracia de Dios, su amor y misericordia pudieron alentarla a seguir adelante. Realmente agradezco a Dios y especialmente a el devocional diario del libro “Manantiales en el desierto” que fue lo que nos sostuvo día, a día en tan penumbrosa situación. Fue el consuelo del Señor, que ocupó a este hermoso devocional diario, para alentarnos y sostenernos. (Compré por mucho tiempo sus revistas, hasta que dejaron de llegar, y ahora las encontré por internet, ¡que bueno!). Como se darán cuenta estamos a 10 años de que comenzó esta prueba y solo agradecer a Dios por su bondad, provisión, consuelo, y nueva oportunidad.

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