Caleb – Su Compañero y Su Legado (1ª parte)

Caleb – Su Excelencia y Su Trayectoria (3ª parte)
21 mayo, 2010
Caleb – Su Compañero y Su Legado (2ª parte)
21 mayo, 2010
Caleb – Su Excelencia y Su Trayectoria (3ª parte)
21 mayo, 2010
Caleb – Su Compañero y Su Legado (2ª parte)
21 mayo, 2010

Caleb

Su Compañero y Su Legado

(1ª parte)

Autor: Esteban Beitze

En medio de la noche oscura de la incredulidad, desazón y cobardía, aparece una luz que ilumina el camino, que da confianza y seguridad. Es un hombre que, en medio de la oposición y grandes retos, demostró ser un líder íntegro, capaz y perseverante. Ese hombre fue Caleb. Hoy, como nunca antes, la mies del Señor requiere de creyentes y, sobre todo, de líderes firmes, íntegros, que sirvan de ejemplo para otros. Caleb lo fue, tú también lo podrás ser. ¿Estarás dispuesto a ser usado por Dios?


DESCARGARLO AQUI :
PE1479 – Estudio Bíblico – Caleb – Su Compañero y Su Legado


 


¿Cómo están amigos? Es un placer volver a compartir unas líneas más con ustedes. Como ya saben, en el estudio “Verdadero Liderazgo Espiritual” venimos considerando la vida de Caleb, ese líder íntegro, capaz y perseverante, que es un ejemplo para nosotros. Hemos visto ya distintos aspectos de su persona, comenzando por su relación con Dios, pasando por su valor, su prueba, su reconocimiento, su servicio, su lucha, hasta su excelencia y su trayectoria. Pero, como veremos hoy, Caleb no era un líder solitario, por eso en esta ocasión abordaremos el tema titulado:

Caleb – Su Compañero

Caleb, este precioso ejemplo, este gran líder, no tuvo que hacer todo solo. Tuvo un compañero fiel que tenía la misma fe que él. Un compañero leal que en medio del ataque estuvo a su lado. En la obra de Dios necesitamos compañeros fieles. No funciona lo del “llanero solitario”. El compañero fiel, en el cual Caleb podía confiar completamente, era Josué. No entraremos en detalles con respecto a la vida de este fiel siervo de Dios, porque sería demasiado largo y no corresponde hacerlo en este momento. Pero queremos resaltar rápidamente sólo tres aspectos, que deberían formar parte de la elección del compañero de cada creyente, y ni qué hablar también de la elección del compañero en la vida de un líder.

El primer aspecto es: un compañero espiritual

Lo que más necesita el creyente en general, es un verdadero amigo espiritual. Generalmente las amistades se buscan y se encuentran en un círculo de personas con afinidades similares como ser el deporte, el trabajo, el nivel social, etc. Pero un aspecto que muchas veces no es tenido en cuenta, es el aspecto espiritual. Como creyentes en Cristo necesitamos amigos creyentes. Bien conocido es el texto de 2 Co. 6:14, 17 y 18 que dice:“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? … Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré. Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”.Este pasaje declara claramente que tiene que existir una absoluta separación entre el creyente y el mundo. Si esto se cumple, habrá verdadera y profunda comunión con Dios y con los hermanos y podremos experimentar al Todopoderoso actuando. Pero este pasaje también se extiende a la amistad cercana con hermanos en Cristo que son carnales, que todavía juegan con el mundo, que están abiertos a sus influencias. Al pasar mucho tiempo con este tipo de hermanos, tarde o temprano su forma de ser, su liviandad y falta de compromiso se nos contagiarán. Por esto Pablo exhorta a una clara separación de toda influencia mundana, sea de donde sea.

Tenemos necesidad de amigos, pero que éstos sean espirituales. Esto debería ser una realidad en la vida de cada creyente, pero sobre todo en la de aquellos que ocupan un lugar de liderazgo en la obra de Dios. Lamentablemente muchas veces sucede al revés. Cuanto más elevado el puesto de líder, cuanto más solo se encontrará. Por eso, a toda costa, se debe buscar un amigo espiritual con el cual se pueda compartir la carga del ministerio, con el cual se pueda orar, al cual se pueda consultar y del cual también se pueda obtener consejo, ánimo, pero también exhortación si fuera necesario.

Esta experiencia la tuvo Caleb. Él tuvo una persona muy espiritual como compañero. Por esta razón, pudieron disfrutar de su apoyo mutuo en las condiciones más críticas, como cuando sufrieron la oposición del pueblo, en los largos y amargos años de castigo en el desierto, en la conquista de la tierra, y finalmente, también, pudieron compartir las bendiciones de Dios al obtener la heredad prometida.

Ahora bien, ¿cómo sabemos que Josué era una persona espiritual? Esto se nota en infinidad de detalles, pero quisiera resaltar el principal. La clave para el éxito de Josué radicaba en el hecho de que“… el joven Josué hijo de Nun,… nunca se apartaba de en medio del tabernáculo”(así lo leemos en Ex. 33:11). ¿Por qué Josué fue una persona que permaneció fiel a pesar de toda la oposición del pueblo? ¿Por qué no fue contagiado por la incredulidad de los demás? ¿Por qué estuvo dispuesto a confiar en el Señor aún poniendo en riesgo su propia vida? ¿Por qué fue el elegido para guiar al pueblo después de la muerte de Moisés? ¿Por qué Dios le pudo dar la victoria en la conquista de la tierra? ¿Cuál es la razón por la cual mantuvo la fidelidad a Dios hasta su vejez? La respuesta la tenemos en ese mismo pasaje. Josué buscó constantemente la presencia de Dios desde su juventud.

Éste es el tipo de amistad que debemos anhelar, buscar y frecuentar. Lógicamente debemos buscar la misma excelencia espiritual, para que podamos ser de mutuo apoyo y bendición como lo fueron Caleb y Josué, o como lo fueron David y Jonatán.

El segundo aspecto es: Un compañero superior

Aunque pareciera ser que Caleb era mayor en edad que Josué, Caleb siempre lo respetó como líder. Josué ocupó un lugar prioritario frente a él. Ya vimos con qué respeto trató Caleb a Josué cuando le fue a pedir la heredad que Dios le había prometido. La verdadera amistad siempre respeta al otro. Pero no sólo esto sino que, inclusive, lo pone por encima de sí mismo. Esto lo vemos en Caleb, y sobre todo en el clásico ejemplo de la amistad de David y Jonatán. A pesar que Jonatán era el príncipe heredero, éste estuvo dispuesto a ver a David como superior a él mismo. Se conformó con un segundo lugar:“… tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti…”,leemos en 1 S. 23:17 que éstas fueron sus palabras. No fue egoísta, ni celoso. Se podía gozar cuando a su amigo le iba inclusive mejor que a él mismo, pero también estaba a su lado cuando las cosas andaban mal.

¡Busquemos el bien de los demás, inclusive por encima del nuestro, y tendremos buenos amigos y la bendición de Dios!

Y el tercer y último aspecto es: Un compañero imprescindible

Josué, antes se llamaba Oseas, pero su nombre fue cambiado por el mismo Moisés. Y ya el significado del nombre de Josué nos demuestra la función que tenía que cumplir. Josué significa lo mismo que Jesús: “Dios salvará”. De esta manera, y por su función, se transformó en un ejemplo de lo que iba a ser nuestro Señor Jesucristo. Fue Josué quien introdujo al pueblo a la tierra prometida y lo salvó del poder del enemigo – los pueblos que habitaban Canaán – así como Jesús nos libera del poder de Satanás y nos da como herencia la vida en plenitud ya aquí en la tierra y la herencia en los cielos.

Éste fue el amigo que tuvo Caleb, y esta clase de amistad es la que más debemos cultivar. Si queremos ser usados por Dios en Su obra, si queremos ser fuertes en la oposición, victoriosos en la lucha, llevar fruto para la gloria de Dios y ocupar el lugar que Dios nos ha encomendado con excelencia, y sobre todo, si Dios nos llama a ocupar un puesto de liderazgo con Su bendición, debemos buscar a toda costa la comunión íntima con Dios. La clave del verdadero éxito se encuentra allí, a los pies del Señor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo