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21 febrero, 2008

Titulo: “Buscar ayuda, donde no la hay” 2/3
  

Autor: MarcelMalgo 
Nº: PE1119

Muchas personas en ciertos momentos, en el ardor de la lucha, o a causa de circunstancias que aparentan ser lógicas, buscan ayuda en una forma que el Señor Jesúsnohabía planificado. En otras palabras: Buscan ayuda donde no puede ser hallada. A los ojos de Dios, sin embargo, eso no es un descuido, sino, nada más ni nada menos, que una falta de confianza en El.


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“Buscar ayuda, donde no la hay” 2/3

Querido amigo, querida amiga, en el pasado programa estuvimos comentando sobre las razones que nos hacen buscar ayuda en donde no debería estar. Analizamos la primera, que era el pecado, y en este programa analizaremos la segunda razón que es: La actuación por impulso, o por circunstancias que aparentan ser lógicas.

A veces, aun los creyentes, en el ardor de la lucha, o a causa de circunstancias que aparentan ser lógicas, buscan ayuda en una forma que el Señor Jesúsnohabía planificado. En otras palabras: Buscan ayuda donde no puede ser hallada. A los ojos de Dios, sin embargo, eso no es un descuido, sino, nada más ni nada menos, que una falta de confianza en El.

De Moisés, el mediador del antiguo pacto, Dios pudo dar un maravilloso testimonio:“… mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa”(Nm. 12:7). Sin embargo, también este gran hombre de Dios cometió errores en su vida. Y, justamente, en el momento en el cual el Señor, a través de Moisés, quiso ayudar a Su pueblo, que no tenía agua. El dio la siguiente orden a Moisés:“Toma una vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, yhablada la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias”(Nm. 20:8). ¿Y qué hizo Moisés? Leemos en el versículo 11:“Entonces alzó Moisés su mano ygolpeóla peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.”

Estimado amigo, Israel, en esa ocasión, no debía haber recibido agua a causa del golpe en la roca, sino porque Moisés hubiera hablado con la piedra. Justamente ésa era la manera en que el Señor quería ayudar. Pero, Moisés cambió el camino por el cual el Señor quería ayudar a Israel; en cierta forma, buscó ayuda, donde, en realidad, no debía ser hallada. En Su misericordia, Dios, esa vez, igual dio agua al pueblo. Pero para El, eso no fue otra cosa que un abuso de confianza, el cual tuvo serias consecuencias para Moisés y para Aarón:“Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón:Por cuanto no creísteis en mí(o:no confiasteis en mí), para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado”(Nm. 20:12).

¿Qué piensa usted querido amigo?¿Por qué Moisés golpeó la roca en esa oportunidad, en vez de hablar con ella? Sencillamente, porque se dejó llevar por el impulso del momento. El pueblo, en su incredulidad, había clamado por agua, lo cual hizo que la ira de Moisés se encendiera:“Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias”(Nm. 20:10-11).

Un segundo ejemplo en la vida de Moisés, nos muestra que puede ser que uno busque ayuda, a causa de ciertas circunstancias, allí donde ésta no puede ser hallada de ningún modo. En Números 10:29:32 leemos:“Entonces dijo Moisés a Hobab, hijo de Reuel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar del cual Jehová ha dicho: Yo os lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien; porque Jehová ha prometido el bien a Israel. Y él le respondió: Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y a mi parentela. Y él le dijo: Te ruego que no nos dejes; porque tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos. Y si vienes con nosotros, cuando tengamos el bien que Jehová nos ha de hacer, nosotros te haremos bien.”

¿No es verdad que Moisés, aquí, pide a su suegro una ayuda que ya le había sido prometida, en todo su alcance, de parte de Dios? Por supuesto que sí. De modo que cuando él le pidió a Hobab que lo guiara, a él y a todo el pueblo, a los lugares correctos para acampar, estaba entrometiéndose en la tarea que Dios mismo quería realizar en favor de Israel. En Deuteronomio 1:33, Moisés habla a Israel acerca del Señor y dice:“… quien iba delante de vosotros por el camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.”Números 10:12, confirma que esto realmente ocurrió de esa manera:“Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden de marcha; y se detuvo la nube en el desierto de Parán.”Cuando dice:” … se detuvo la nube en el desierto …”, quiere decir que fue Dios, el Señor mismo, quien se detuvo en el desierto para dar a su pueblo un lugar dónde acampar.

Vemos que Dios mismo quería ayudar a Israel durante su peregrinación por el desierto. Por esta razón, se puede suponer, que cuando Moisés le pidió a Hobab que los guiara a través del desierto, éste – bajo la guía de Dios – rechazó esa petición. Moisés buscaba ayuda allí donde no podía hallarla, pero no porque él no confiara en el Señor, o porque no tuviera fe, sino porque se dejó llevar por circunstancias que aparentaban ser lógicas. Allí se encontraba su suegro Hobab, delante de él, hombre que conocía el desierto como a su propia mano — ¿por qué no pedirle que lo ayudara? ¿No era lógico pedir ayuda a este hombre? ¿No estaba, en cierta forma, predestinado para guiar a Israel a través del desierto? ¿No tenía Hobab todas las capacidades y posibilidades para hacerlo?

Sin lugar a dudas, Hobab había “nacido para el desierto”. Pero – Dios, el Señor, había decidido ayudar a Su pueblo de una manera diferente: El mismo quería guiar a Israel a través del desierto.

El Señor también quiere ayudarle a usted en todas sus preguntas, y El ya tiene un plan para hacerlo. Solamente es necesario que usted preste atención para no dejar fuera de acción ese plan, al ayudarse a sí mismo, o al buscar ayuda en formas que el Señor no había planificado – quizás al calor de una discusión, o a causa de circunstancias que aparentan ser lógicas. Cuando El, por ejemplo, en una manera especial, le ha dado ciertas promesas de Su Palabra que indican que El quiere ayudarle, de esta u otra forma, entonces, por favor, ¡espere hasta que Dios mismo intervenga! Cuando haya llegado la hora del Señor, El mismo moverá cosas y personas que contribuirán a que usted reciba la ayuda. Confíe inquebrantablemente en las claras promesas del Señor, hasta que El intervenga. Así lo hizo, por ejemplo, Jorge Müller, el padre de los huérfanos de Bristol, Inglaterra, quien experimentó grandes cosas al apoyarse, sólo en base a la fe, en las promesas bíblicas de Dios. El secreto de ese hombre consistía en que, cuando él recibía una confirmación de parte de la Palabra de Dios, ponía toda su fe en ella, aun cuando todo se opusiera a la misma. Jorge Müller sabía, y creía, que El Señor había prometido ayudarlo, de una u otra manera, y él esperaba hasta que el Señor lo hiciera.

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