Preguntas y Respuestas (prog. Nº 444)
4 abril, 2013
Preguntas y Respuestas (prog. Nº 446)
4 abril, 2013
Preguntas y Respuestas (prog. Nº 444)
4 abril, 2013
Preguntas y Respuestas (prog. Nº 446)
4 abril, 2013

  Contestamos a la luz de la Biblia la siguiente pregunta:

  • ¿No será que Isaías 7:14 solamente habla de una mujer joven, en lugar de hablar de una “virgen”? ¿Y no será que este pasaje se cumplió con el nacimiento del propio hijo de Isaías (8:3)?
  • ¿Inmunización anticristiana contra la gripe?
  • ¿Será que ésa es la señal de la bestia? ¿Cómo podemos evitarla?

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PR445 – Preguntas & Respuestas
Algunas preguntas de los oyentes



Rodrigo: En cuanto a La virgen, Emanuel, y el hijo de Isaías: ¿No será que Isaías 7:14 solamente habla de una mujer joven, en lugar de hablar de una “virgen”? ¿Y no será que este pasaje se cumplió con el nacimiento del propio hijo de Isaías (8:3)?

Jorge: Que Jesús, como Hijo de Dios, nació de la Virgen María, está bíblicamente fuera de toda duda.

  • 1. Ya en la primera promesa en cuanto al Salvador, la Biblia señala un nacimiento virginal: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gn. 3:15). De haber sido que el Mesías hubiera sido engendrado en la manera normal, es decir a través de un hombre, no podría decir “simiente suya”. Normalmente la concepción se realiza a través del semen del hombre, pero el Mesías es llamado “simiente de ella”, como indicación del nacimiento virginal.

  • 2. En Isaías 7:14 se encuentra la palabra hebrea almah, y eso significa muchacha (mujer joven), en el sentido de virgen en edad de contraer matrimonio. La misma palabra hebrea es utilizada en Génesis 24:43, Éxodo 2:8, Salmo 68:26, Cantares 1:3, 6:8 y, también, en Proverbios 30:19. Y, cada vez, es aplicado para una virgen biológica. Según la comprensión bíblica en tiempos de Isaías, era sobreentendido que una mujer joven, no casada, debía ser virgen. En este contexto, es importante el testimonio del apóstol Mateo, quien – inspirado por el Espíritu Santo – aplica el pasaje de Isaías 7:14 a Jesús y, así, proclama el cumplimiento del mismo. Mateo se refiere expresamente a una virgen joven, no casada (Mt. 1:22-23). Eso, también, lo deja claro en el versículo 18: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo”. Determinante es en este sentido, también, Lucas 1:34: “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón”. Esto también muestra que el nacimiento del hijo de Isaías, no podía ser el cumplimiento completo de la profecía de Isaías 7:14.

  • 3. Del mismo modo, la genealogía de Jesús ofrece una indicación imposible de pasar por alto, acerca del nacimiento virginal del Señor. Mateo dice, al final de la genealogía: “Y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo” (Mt. 1:16). Mateo escribe una y otra vez que los hombres engendraban a sus descendientes, pero en la concepción de Jesús, de repente, no lo hace. Dice tan solamente que Jesús fue dado a luz por María. Mateo no declara que haya sido engendrado por José, el esposo de María. Y en el evangelio de Lucas, dice: “Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí” (Lc. 3:23). “Según se creía”, deja en claro que, después de todo, Jesús no era el hijo de José, en el sentido de la concepción. En eso vemos lo clara y concordante que es la Biblia en sus declaraciones.

  • 4. Con respecto a la historia de la salvación, el nacimiento virginal de Jesús es de importancia decisiva, porque a través del mismo, nosotros, nacidos de nuevo (por Jesús) ya no estamos sometidos al pecado hereditario de Adán – del pecado que viene sobre toda persona a través de la trasmisión del semen del hombre. El nacido de nuevo está separado de este pecado que viene a través de la carne, y es ahora salvo a través del nuevo nacimiento en el Espíritu, a través de Jesucristo.
    Por eso, podemos tener la seguridad de salvación y ser salvos eternamente. Y por eso, el nuevo ser humano tampoco puede seguir pecando, como lo dice Juan.
    Vamos a una pausa?

Silvia: Jorge, mira qué interesante lo que nos plantea esta amiga de Llamada de Medianoche: ¿Inmunización anticristiana contra la gripe?
A través de una amiga, con la cual mantengo correspondencia, recientemente recibí la advertencia de una eventual inmunización obligatoria con un chip contra la gripe porcina. Esta noticia y la fotocopia adjunta de un artículo, me inquietaron mucho. ¿Será que ésa es la señal de la bestia? ¿Cómo podemos evitarla?

Jorge: En principio, es así: Cuando un gobierno, por ley, decide una inmunización, los ciudadanos deben someterse a eso, también, y especialmente, nosotros los cristianos: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos” (Ro. 13:1-2).

Algo diferente, es cuando el gobierno decide algo que claramente se dirige contra la voluntad de Dios. Eso lo vemos en Hechos de los Apóstoles, cuando el concilio prohíbe estrictamente a los apóstoles enseñar en el nombre de Jesucristo, y los apóstoles se oponen y siguen predicando: “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch. 5:29).

La vacuna contra la gripe, sin embargo, seguramente no tiene nada que ver con la señal de la bestia. El hecho es que, ésta última, recién se volverá actual con la presentación pública del Anticristo y con su consciente programa anticristiano.

No podemos, ni debemos, conectar cualquier decreto estatal en nuestros días, con la Gran Tribulación que vendrá sobre la humanidad. Además, opinamos que la iglesia ya habrá sido quitada de la tierra a través del arrebatamiento y que no tendrá que pasar por la Gran Tribulación – el juicio de la ira de Dios. Pablo habla de ello: “y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera” (1 Ts. 1:10; cp. 5:9 y Ap. 6:16-17).

Amigos: Actualmente no tiene nada que ver si, por ejemplo, el número de la puerta, la patente del auto, o el número del pasaporte, contiene el número 666. Repito: Recién en el tiempo de la directa manifestación del Anticristo, es decir, cuando él se presente en medio de la humanidad en forma visible, reconocible y activa, y esa señal tenga su aplicación con respecto a él, recién entonces será realmente una señal anticristiana.

Deseando que haya quedado aclarado este tema, me despido, hasta el próximo programa.

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