Preguntas y Respuestas (prog. Nº 438)
2 abril, 2013
Preguntas y Respuestas (prog. Nº 440)
2 abril, 2013
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Preguntas y Respuestas (prog. Nº 440)
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  Contestamos a la luz de la Biblia la siguiente pregunta:

  • El Israel contradictor
    ¿Se habrán preguntado ustedes, lo que provocan en los lectores con esto?
  • ¿Glorificando a Israel?

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PR439 – Preguntas & Respuestas
Algunas preguntas de los oyentes



Silvia: Un lector de la Revista Llamada de Medianoche ha leído el artículo titulado: El Israel contradictor. Y nos escribió lo siguiente en cuanto al mismo: “en este momento, mi esposa y yo terminamos de leer su aporte “El Israel contradictor” Lamentablemente debo confesar que no estamos de acuerdo con este tema. ¿Se habrán preguntado ustedes, lo que provocan en los lectores con esto? Para nosotros, esta es otra lección de cristianización terrorista del pueblo judío.

El fanatismo misionero de las iglesias evangélicas ya por poco se asemeja a la mentalidad de los cruzados de la Edad Media. Diariamente se insiste en que los judíos deberían aceptar al Mesías. ¿De dónde proviene esta obsesión? Si los cristianos tuvieran confianza en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, con toda seguridad dejarían de lado esta obsesión. ¡Pero justamente eso es lo que no tienen!

Jorge: Le agradecemos la honestidad al lector pero honestidad, pero lamentamos decirle: que no tiene razón.
Seguramente sabe bien que apoyamos a Israel de corazón y que también nos contamos entre ‘los que claman desde los muros de Sion’, levantando la voz a favor del pueblo judío. Lo hacemos a través de nuestros mensajes y revistas, del trabajo en Beth Shalom, de muchos grupos de viaje a quienes llevamos a la tierra judía y a través del apoyo de instituciones sociales (por ejemplo el Hospital Assaf Harofeh). Organizamos conferencias especiales sobre Israel, y también en otras jornadas y conferencias llamamos la atención al futuro que la Biblia promete a Israel.

Pero nos oponemos a un falso amor a Israel, un amor a expensas de la verdad bíblica, a la cual estamos comprometidos en primer y último lugar. No podemos cambiar las claras afirmaciones bíblicas para sostener una postura equivocada hacia Israel. De hacerlo, no seríamos amigos de Israel en el sentido bíblico. Podemos apoyar a Israel sólo en el Espíritu de Jesucristo, de no ser así el amor hacia Israel sería carnal.

Es sabido que no podemos servir a dos señores, no podemos servir al Antiguo Pacto y a la vez al Nuevo Pacto. En la actualidad es válido el uno o el otro, pero no los dos al mismo tiempo. La Biblia deja muy en claro que el Antiguo Pacto ha sido anulado: “Al decir: Nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (El apóstol Pablo escribió esto en Hebreos 8:13, carta que es dirigida a los judíos). De hecho, unos pocos años después llegó el fin con la destrucción del templo y el fin de los sacrificios y el servicio sacerdotal. De modo que la historia confirma el cumplimiento de lo que dice la carta a los Hebreos. La Biblia dice inequívocamente que nuestro compromiso es con el Nuevo Pacto: “El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un Nuevo Pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica” (2 Co 3:6). Cuando un judío en la actualidad clama al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob sin tener en cuenta a Aquel a través de quien Dios se ha revelado, es decir Jesucristo, esto no le sirve de nada en absoluto. Sólo a través de Jesús se puede llegar a Dios. Por eso, un judío como Pedro también tenía que convertirse para ser salvo. Aun Pablo era un judío piadoso antes de su conversión, pero no era salvo (1 Ti 1.15-16).

Pedro les predicó a los judíos sin rodeos, diciendo: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch 4:12). ¿Será que pensamos saberlo mejor que el apóstol Pedro? El judío Pablo lo dice con la misma claridad: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Ti 2:5). Jesucristo mismo dijo con toda claridad: “…para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió” (Jn 5:23). Dejando a Jesús de lado, nadie llegará al cielo, ya sea judío o gentil.

El que no siente en su corazón el ferviente deseo de que judíos se conviertan a Jesús el Mesías, de la misma manera como se convierten también las personas en las demás naciones, el que no ora por ello ni apoya la obra de evangelismo entre los judíos, no tiene el derecho de llamarse amigo de Israel. Porque nuestro deseo más grande tiene que ser que ellos sean salvos (Ro. 9:1-3; 10:1). Debemos testificarles con amor (no como los cruzados), con dedicación, provocándolos a celos (Ro 11:14) y apoyando a los judíos creyentes en Jesucristo, para que ellos puedan alcanzar a su pueblo. De todos modos: ¿Por qué los judíos creyentes en Jesús se habrían convertido a Él si eso no fuera necesario? ¿Será que ellos se equivocaron, o que al contrario conocieron la verdad?
Vayamos a una pausa Musical, y enseguida regresamos!


Rodrigo: Jorge otro amigo de Llamada de Medianoche nos dice: ¿Glorificando a Israel?¿Qué distingue al Israel político, cultural y social (del cual se informa predominantemente) del resto del mundo ajeno a Cristo? Cuando pienso en cómo los creyentes nacidos de nuevo con ciudadanía israelí o los creyentes de origen árabe son engañados, menospreciados, excluidos y desfavorecidos, entonces el contenido de su revista con sus noticias y mensajes neo-testamentarios me parece extraño e inverosímil, ya que no conozco ningún pasaje en el Nuevo Testamento que indique que el judaísmo tuviera un trato preferencial en la era de la Iglesia (es decir, en la dispensación de la gracia). Gálatas 3:27 dice, al contrario, que todos los hijos de Dios de entre los gentiles y de entre los judíos son uno en Cristo. Toda la carta a los gálatas es una advertencia para los cristianos de no volver a caer en la ley mosaica. Y Pablo dice en Filipenses 3:20: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos”.
Por eso no puedo comprender que se haga propaganda por el Israel político, cultural, económico y social, y que eso al mismo tiempo sea mezclado con el mensaje bíblico. Debo enfatizar que amo a mis hermanos y hermanas de Israel del mismo modo como amo a los de todas partes del mundo, inclusive a los que se han convertido del Islam. Me gustaría recibir una explicación de cómo ustedes fundamentan su posición, lo cual les agradezco de antemano.

Jorge: Estimados oyentes, nosotros no glorificamos a Israel. Tampoco encubrimos de modo alguno los errores de Israel. Aún así Israel, a pesar de todas sus debilidades y sus errores, es el primer amor de Dios, es más, es la niña de Sus ojos (Zac. 2:8). Lamentablemente, hoy en día muchos cristianos ya no lo perciben ni lo defienden. Tratamos de corregir esta tendencia, pensando que es cierto lo que dijo Bonhoeffer: “¡Quién no grita a favor de los judíos, no puede alabar a Dios!” Con esto también ponemos en práctica Isaías 40. Es verdad que la salvación de Israel aún está por venir. Pero Dios ha retomado el hilo con Israel. Incluso podemos ver el itinerario de Dios cuando leemos Ezequiel 36:24-26. Allí reconocemos a un Israel aún no salvo, al cual Dios mismo trae de vuelta a la tierra de sus padres. Luego Él lo purifica, y finalmente el pueblo nace de nuevo.

Después de todo, ¿no es esta también su historia? ¿No es verdad que Dios también lo buscó a usted en su condición sucia, pecaminosa y perdida, le siguió, lo purificó y le dio la salvación? ¿No vamos a conceder lo mismo también a Israel?

De esta manera podemos ver hoy con nuestros propios ojos que Dios cumple Su Palabra y que Él también cumplirá todas las promesas que aún faltan por cumplirse.

Todo esto es, así creemos, suficiente razón y justificación para apoyar a Israel y bendecirlo.

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